La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) alerta sobre los peligros para la salud pública derivados de la plaga de conejos, cuya presencia en diversas provincias de España se ha incrementado significativamente en los últimos meses. Este fenómeno, además de su evidente impacto en el entorno rural, está generando una preocupación creciente debido a la posible expansión de esta plaga hacia zonas urbanas, como resultado del creciente contacto de las personas con el campo y la mayor presencia de animales salvajes en las ciudades.
La preocupación se centra en el hecho de que los conejos, explican, son uno de los principales hospedadores de garrapatas, insectos que actúan como vectores transmisores de diversas enfermedades graves, entre ellas la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una enfermedad viral que puede resultar mortal en humanos. “La presencia de animales salvajes como conejos o jabalíes en zonas urbanas es cada vez mayor”, explica el director general de ANECPLA, Jorge Galván. “Si a esto le sumamos que son cada vez más las personas que aprovechan su tiempo libre para pasear por el campo, en muchos casos con sus mascotas, la probabilidad de que este riesgo asociado al salto de plagas de garrapatas del campo a la ciudad se produzca es altamente probable”, afirma. “Lo que tiene un alto potencial de riesgo para la salud pública”.
En España, se encuentran presentes varias especies de garrapatas, pero son dos géneros en particular los que preocupan: Hyalomma e Ixodes, siendo el primero de ellos el principal vector transmisor del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Esta enfermedad zoonótica, que se transmite de animales a personas, representa una amenaza sanitaria emergente, especialmente en aquellas áreas con una alta densidad de conejos, tanto en el campo como en las zonas urbanas en expansión.
Desde 2013, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha confirmado 16 casos humanos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España. La enfermedad puede provocar síntomas graves, como fiebre alta, dolores musculares, hemorragias y en algunos casos, la muerte, si no se recibe tratamiento adecuado. Por ello, ANECPLA solicita a las administraciones públicas que incrementen las medidas de control de las poblaciones de conejos y, en consecuencia, de las garrapatas, con el fin de reducir el riesgo de transmisión de estas enfermedades.
“El aumento de la interacción entre los conejos, las garrapatas y las zonas urbanas requiere una respuesta inmediata y efectiva. Debemos ser conscientes de que este problema afecta directamente a la salud pública y que, si no se toman medidas, la propagación de enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo podría verse facilitada”, señala Galván. El director general de ANECPLA recalca asimismo la importancia de que sean profesionales especializados en la gestión de plagas quienes lleven a cabo las labores de control, utilizando métodos apropiados según las condiciones del entorno, el ciclo biológico de las plagas y el nivel de infestación, todo ello minimizando el impacto sobre el medio ambiente y la salud pública.