Españoles alertan del tratamiento frente a la leishmaniosis que puede inducir pancreatitis en perros

La leishmaniosis canina es causada por Leishmania infantum, un protozoo parásito transmitido por la picadura de flebótomos. La combinación de N -metil-glucamina (antimoniato de meglumina) y alopurinol se considera el tratamiento de primera línea y más eficaz para la leishmaniosis canina.

En humanos, el antimoniato de meglumina se ha asociado con pancreatitis. Los antimoniales pentavalentes ocupan el cuarto lugar como la causa más común de pancreatitis inducida por fármacos en la literatura médica. Se observaron niveles séricos elevados de enzimas pancreáticas en casi todos los pacientes humanos tratados con antimoniales pentavalentes, y se desarrolló pancreatitis manifiesta en hasta el 70 % de estos pacientes. Aunque algunos informes de casos han descrito pancreatitis aguda secundaria al tratamiento con antimoniato en perros, pero algunos estudios han concluido que la pancreatitis no es un efecto adverso de este medicamento. 

El objetivo de un trabajo elaborado por Xavier Roura, Clàudia Viñeta, María Cristina López y Maria Frau, del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona; junto a los veterinarios Jorge Castro, Antón Costas y Carolina Arenas, de Valencia, fue evaluar si el tratamiento con antimoniato de meglumina podría inducir pancreatitis en perros con leishmaniosis, sobre la base de signos clínicos, concentración de inmunorreactividad cuantitativa de lipasa pancreática (cPLI) sérica canina y anomalías ultrasonográficas.

La hipótesis principal fue que el antimoniato de meglumina podría inducir pancreatitis en perros enfermos de Leishmania infantum. Las hipótesis secundarias fueron que los estadios clínicos avanzados de LeishVet podrían aumentar el riesgo de desarrollar pancreatitis y el uso de prednisona podría tener un efecto protector reduciendo el riesgo de desarrollar pancreatitis.

EL TRATAMIENTO PARA LA LEISHMANIOSIS PUEDE INDUCIR PANCREATITIS EN PERROS

Se realizó un estudio prospectivo, observacional, longitudinal y multicéntrico desde abril de 2021 hasta febrero de 2023. Se incluyeron 33 perros con leishmaniosis y se clasificaron en estadios clínicos LeishVet; 13 (39,4 %) se incluyeron en el estadio II, 11 (33,3 %) en el estadio III y 9 en el estadio IV (27,3 %). El tratamiento de la leishmaniosis consistió en una combinación de antimoniato de meglumina subcutáneo a una dosis de 100 mg/kg/24 h durante 30 días y alopurinol oral a una dosis de 10 mg/kg/12 h durante 1 año. Además, los autores podían decidir si la adición de prednisona a una dosis de 0,7 mg/kg/24 h durante 7-15 días estaba indicada cuando había una alta sospecha de inflamación debido al depósito de complejos inmunes en cualquier órgano asociado con leishmaniosis.

Los autores descubrieron que un total de 14 animales (42,4 %) desarrollaron pancreatitis, 10 durante el tratamiento con antimoniato de meglumina y 4 al final del tratamiento. De los diez perros, uno murió durante la tercera semana de tratamiento y una ecografía abdominal confirmó la pancreatitis. Otro perro que presentó un shock hipovolémico y signos clínicos graves compatibles con pancreatitis aguda fue sacrificado a discreción de los propietarios. 

En los casos en los que se diagnosticó pancreatitis durante el tratamiento, se suspendieron el antimoniato de meglumina y el alopurinol y se inició un tratamiento de apoyo con analgésicos, antieméticos y fluidoterapia. Cada caso fue reevaluado por uno de los autores certificados por la junta de medicina interna y se reinició el tratamiento con alopurinol.

También hallaron que el estadio clínico LeishVet avanzado se asoció estadísticamente con el desarrollo de pancreatitis. Esto sugiere que la pancreatitis aguda puede ser un efecto colateral asociado al uso de este fármaco en perros con estadio clínico avanzado de leishmaniosis, más que un efecto adverso directo del fármaco. Por tanto, si se observan signos clínicos sugestivos de pancreatitis, "podría ser útil recomendar la evaluación de la medición del cPLI sérico y la ecografía abdominal, o si existe una alta sospecha de la presencia de complejos inmunes circulantes porque el perro tiene un estadio clínico avanzado de LeishVet (III o IV)".

Por otro lado, nueve perros recibieron prednisona al inicio del tratamiento, pero no se asoció estadísticamente con la prevención de pancreatitis.

Ante estos resultados, comentan que, si bien el antimoniato de meglumina sigue siendo la primera opción de tratamiento leishmanicida para la leishmaniosis canina, “parece inducir pancreatitis en un porcentaje significativo de perros”. Por ello, sugieren que se debe considerar la monitorización de los niveles séricos de cPLI y la realización de una ecografía abdominal cuando se observen signos clínicos asociados a pancreatitis o cuando exista una alta sospecha de complejos inmunes circulantes en perros con estadio clínico avanzado de LeishVet.