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Dos veterinarias españolas exploran el impacto de la anestesia en la salud renal de los perros

Dos veterinarias españolas exploran el impacto de la anestesia en la salud renal de los perros

La hipótesis propuesta en este estudio es que la enfermedad renal aguda postoperatoria puede ocurrir en perros sin enfermedad renal diagnosticable preexistente después de la anestesia general
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Las autoras identificaron IRA postoperatoria en 5 perros.

se define como una reducción repentina de la función renal normal, caracterizada por un aumento absoluto de la creatinina sérica (sCr) ≥ 0,3 mg/dl (≥ 26,4 μmoL/l) dentro de las 48 h posteriores a la anestesia general y/o una reducción de la diuresis (<1 ml/kg/h durante más de 6 h). La LRA puede ser reversible según el grado y la duración del daño renal y puede ocurrir sin pérdida aparente de la función renal.

 

La falta de evidencia con respecto a la incidencia de IRA postoperatoria en perros sin enfermedad renal preexistente resalta la necesidad de más investigación. Comprender la ocurrencia de IRA en la población más amplia es esencial, ya que la IRA postoperatoria puede tener impactos significativos en los resultados del paciente. En medicina humana, la IRA se reconoce como una complicación común durante el período postoperatorio, se han propuesto varios mecanismos para explicar esta asociación. Estos incluyen cambios hemodinámicos (hipotensión, hipovolemia y disminución de la perfusión renal durante la cirugía), así como efectos nefrotóxicos de ciertos agentes anestésicos. Además, la inflamación, el estrés oxidativo y la lesión microvascular inducida por la cirugía y la anestesia pueden contribuir al daño renal. Sin embargo, existe una comprensión limitada de cómo estos mecanismos podrían aplicarse a los perros sometidos a anestesia, especialmente a aquellos sin enfermedad renal preexistente.

 

La IRA se asocia con un aumento de la morbilidad y la mortalidad, así como con una hospitalización prolongada o la necesidad de tratamientos más intensivos, lo que resulta en mayores costes. La incidencia de IRA postoperatoria en medicina humana varía entre el 1 y el 36 % dependiendo del tipo de cirugía y la definición utilizada para IRA. 

 

En medicina veterinaria, los datos sobre la IRA postoperatoria, particularmente en perros sin enfermedad renal preexistente, son escasos. La mayoría de los estudios se han centrado en la incidencia general de la IRA adquirida en el hospital, que abarca varias etiologías, incluida la anestesia. Varios estudios informan una incidencia del 9 al 14,5 % de los pacientes hospitalizados. En particular, la IRA adquirida en el hospital se asocia con una alta tasa de mortalidad, que varía del 45 al 62 %, incluso con tratamientos avanzados como la hemodiálisis. Esto subraya la posible gravedad de la IRA, lo que justifica una investigación más profunda de su incidencia postoperatoria, particularmente en la población de bajo riesgo como aquellos sin enfermedad renal diagnosticada.

 

Exploran el impacto de la anestesia en la salud renal de los perros

 

El objetivo de un estudio realizado por Lorena Muñoz-Blanco, de la Universidad Europea de Madrid, y Verónica Salazar, de la Universidad Alfonso X El Sabio, fue informar prospectivamente la incidencia de IRA postoperatoria en una muestra de pacientes caninos sin enfermedad renal preexistente sometidos a procedimientos quirúrgicos electivos, clasificados de ASA I a II, en un hospital veterinario de referencia universitario.

 

Como objetivo secundario, también buscaron comprender la progresión normal de los niveles de creatinina sérica en estos pacientes después de la anestesia general.

 

La hipótesis propuesta en este estudio es que la IRA postoperatoria puede ocurrir en perros sin enfermedad renal diagnosticable preexistente después de la anestesia general.

 

Se incluyeron un total de 170 perros ingresados ​​para cirugía electiva en un único centro universitario. Los niveles de sCr se midieron en los siguientes momentos: día del procedimiento (antes de la anestesia), 24 h, 48 h y 7 días después de la cirugía (0 h, 24 h, 48 h y 7d). 

 

Se analizaron los factores de riesgo potenciales de IRA, incluidas las características del paciente (edad, sexo, patologías, tratamientos), el protocolo anestésico (fármacos, tipo y tasa de fluidoterapia, duración del procedimiento) y las complicaciones intraoperatorias. 

 

IRA postoperatoria en 5 perros

 

Las autoras identificaron IRA postoperatoria en 5 perros con base en un aumento de sCr ≥0,3 mg/dl en las 48 h posteriores a la cirugía. De estos, tres desarrollaron IRA dentro de las primeras 24 h. Dos de estos pacientes mantuvieron un aumento en la sCr ≥0,3 mg/dL en comparación con sus valores basales durante las primeras 48 h, mientras que el tercero tuvo una diferencia de creatinina de 0,23 mg/dL a las 48 h en comparación con su valor basal. 

 

Los perros que desarrollaron IRA se clasificaron como ASA I, excepto uno, que se clasificó como ASA II debido a la presencia de enfermedad valvular mitral mixomatosa en estadio 2.

 

Respecto a los factores de riesgo, solo se encontró una relación entre la duración de la cirugía y la probabilidad de desarrollar IRA postoperatoria. El tiempo quirúrgico se considera un factor de riesgo de IRA en medicina humana. “En nuestro estudio, encontramos una relación inversa entre tiempos quirúrgicos más prolongados y la probabilidad de desarrollar IRA postoperatoria”, indican. Esta asociación podría explicarse por los mayores volúmenes de líquidos que se administran típicamente durante cirugías prolongadas, lo que podría aumentar el aclaramiento de creatinina. Sin embargo, “nuestros hallazgos no identificaron una relación significativa entre el volumen total de líquidos administrados y el desarrollo de IRA”.

 

Además, el sesenta y uno coma siete por ciento (105/170) de los pacientes experimentaron al menos una complicación, “sin observarse relación entre la aparición de una o más complicaciones en el mismo paciente y el desarrollo de IRA postoperatoria”, matizaron.

 

Asociación entre la IRA y la duración de la cirugía

 

Así, las autoras concluyen que se necesitan estudios a gran escala que incluyan un número sustancial de perros con y sin IRA para garantizar suficiente poder estadístico. Dichos estudios “son necesarios no solo para aclarar y recopilar más información sobre la asociación entre la IRA y la duración de la cirugía sugerida por nuestros resultados, sino también para explorar otras asociaciones potenciales”.

 

Este estudio representa una aproximación inicial a la incidencia de IRA postoperatoria en perros. Además, “los datos muestran que la progresión normal de la creatinina sérica (sCr) tras un procedimiento bajo anestesia general es disminuir durante las primeras 48 h, volviendo a los valores basales al séptimo día”.

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