Una nueva investigación ha identificado las zonas de riesgo de picaduras de garrapatas en la ruta jacobea más transitada, así como ha ofrecido recomendaciones para un viaje seguro. Concretamente, "desplazarse por la zona central de los senderos, utilizar calzado cerrado y ropa de colores claros, y utilizar repelentes adecuados", son algunos de los consejos que aporta el estudio Determinación de las zonas de riesgo de picaduras de garrapatas en el Camino de Santiago Francés (etapas O Cebreiro-Santiago), realizado por Susana Remesar Alonso.
Este trabajo tiene su origen en un proyecto de investigación financiado por la Cátedra do Camiño de Santiago e das Peregrinaciones de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), cuya creación es fruto de la colaboración entre la USC y Turismo de Galicia de la Xunta de Galicia.
Susana Remesar, profesora del Departamento de Patología Animal de la USC, recuerda en este trabajo que las garrapatas son artrópodos que se alimentan de sangre y que "transmiten una gran variedad de bacterias, virus y parásitos, lo que les confiere una gran importancia como vectores de agentes patógenos para humanos y animales. Estudios previos han demostrado que un alto porcentaje de las garrapatas presentes en la vegetación gallega albergan patógenos zoonóticos, estando algunas genoespecies de Borrelia incluidas en el grupo B. burgdorferi sensu lato, causas de la enfermedad de Lyme, las más prevalentes".
El Camino de Santiago, se recuerda en la investigación, "es la ruta antigua más transitada de Europa y la mayor parte de su recorrido se realiza a través de zonas boscosas de vegetación autóctona con presencia de animales salvajes que, en conjunto, forman un hábitat adecuado para el mantenimiento de las poblaciones de garrapatas". Por estos motivos, el objetivo principal de esta investigación fue determinar y delimitar las zonas de riesgo de picadura de garrapata presentes en las diferentes etapas del Camino de Santiago Francés en Galicia. Esta información será de gran importancia para prevenir las picaduras de estos artrópodos, reduciendo así el riesgo de transmisión de agentes patógenos.
Los muestreos de garrapatas se realizaron en periodos de mayor actividad y los resultados obtenidos revelan que "la garrapata más abundante en las zonas muestreadas es Ixodes ricinus, lo que resulta de especial interés desde el punto de vista epidemiológico, ya que en un alto porcentaje de las muestras se detectaron genoespecies de Borrelia asociadas con la enfermedad de Lyme. Además, también se detectaron ejemplares de Dermacentor marginatus e Ixodes ricinus positivos para especies zoonóticas Rickettsia, Anaplasma y Babesia.
Los conocimientos adquiridos permitirán desarrollar estrategias de control proporcionando información sobre cómo prevenir las picaduras y cómo actuar en caso de sufrirlas. En los anexos del estudio se sugieren como primeras medidas de prevención las siguientes: caminar en la zona central de los senderos y usar calzado cerrado, ropa ligera y repelentes.
Una segunda fase consistiría en revisar el cuerpo y la ropa al final del día para descartar garrapatas adheridas al cuerpo. Y, en tercera fase, si se localiza alguna, se debe extraer lo antes posible mediante unas pinzas, colocándolas cerca de la piel y tirando suavemente. Asimismo, se recomienda guardar la garrapata en un frasco con alcohol por si es necesario analizarla posteriormente, y lavar la herida con agua y jabón. Está contraindicado el uso de aceites o calor para extraer las garrapatas, así como tampoco se deben cortar.
El estudio recuerda que, si en los días siguientes a la picadura de una garrapata aparece fiebre o erupción cutánea, se debe acudir a un centro de salud con el recipiente con la garrapata por si fuera necesario analizarla para saber exactamente qué enfermedad transmitió.