La tromboembolia arterial felina (FATE, por sus siglas en inglés) es una afección que implica una embolización tromboembólica aguda, más comúnmente en la trifurcación aórtica. El desarrollo de FATE se ha asociado principalmente con enfermedad cardíaca, aunque también se han informado otros factores de riesgo que incluyen enfermedades sistémicas como neoplasia e hipertiroidismo. Independientemente de la etiología, la FATE produce isquemia tisular, suministro inadecuado de oxígeno y glucólisis anaeróbica, lo que en última instancia conduce a consecuencias sistémicas. Los signos clínicos incluyen paraparesia o paraplejía unilateral o bilateral, dolor, vocalización, cianosis de las almohadillas plantares, pulsos arteriales ausentes o disminuidos y poiquilotermia. La tromboembolia arterial felina tiene un pronóstico de regular a reservado con aproximadamente 40-50 % de tasas de supervivencia informadas cuando se excluye la eutanasia en el ingreso.
El diagnóstico y el tratamiento oportunos son cruciales para limitar la necrosis isquémica y reducir el riesgo de lesión por isquemia-reperfusión y reducir significativamente el riesgo de complicaciones y amputación de las extremidades afectadas. Sin embargo, existe literatura limitada que evalúe el diagnóstico de FATE, y a menudo se realiza un diagnóstico presuntivo basado en la presencia de signos clínicos. Un medio para descartar tromboembolia arterial felina sería útil en pacientes en los que se estén considerando diagnósticos diferenciales adicionales para parálisis, como lesiones ortopédicas o neurológicas.
El diagnóstico definitivo se puede realizar utilizando imágenes avanzadas como la angiografía o la visualización directa del trombo con ultrasonido, pero estas modalidades pueden no estar ampliamente disponibles u obtenerse en un marco de tiempo clínicamente relevante. La termografía infrarroja también se ha utilizado para el diagnóstico de FATE; sin embargo, no está fácilmente disponible en la mayoría de las prácticas. Como el diagnóstico eficiente es esencial para el tratamiento oportuno de FATE, una prueba de diagnóstico objetiva, rápida, asequible sería beneficiosa.
Debido al suministro vascular comprometido y la glucólisis anaeróbica que ocurre con FATE, la producción de lactato debería aumentar y las concentraciones de glucosa deberían disminuir en las extremidades afectadas en comparación con las extremidades no afectadas. Estudios previos han investigado las diferencias comparativas de glucosa en gatos y perros con tromboembolia arterial, pero hay investigaciones limitadas que evalúan los valores de lactato en gatos con tromboembolia arterial felina.
El objetivo principal de un trabajo realizado en EE UU fue establecer valores de corte para diagnosticar tromboembolia arterial felina utilizando diferencias en las concentraciones sanguíneas de lactato (Δlactato) y glucosa (Δglucosa) entre las extremidades afectadas y no afectadas. Se planteó la hipótesis de que los gatos FATE tendrían un Δlactato y Δglucosa significativamente más altos en comparación con una población de control. Los objetivos secundarios de este estudio fueron evaluar la asociación entre Δlactato y Δglucosa y la supervivencia al alta, y la presencia de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) concurrente. Se planteó la hipótesis de que un Δlactato y Δglucosa altos se asociarían con una menor supervivencia al alta y una mayor incidencia de ICC.
Se obtuvieron de forma prospectiva las concentraciones de glucosa y lactato en sangre en el momento del ingreso de gatos afectados por tromboembolia de y gatos con otras afecciones. Se midieron las concentraciones de glucosa y lactato de las extremidades delanteras (o no afectadas) y de las extremidades traseras (o afectadas). Se calcularon las diferencias de lactato (Δlactato) y glucosa (Δglucosa) entre las dos extremidades.
El grupo con tromboembolia arterial felina y los grupos de control incluyeron 18 y 41 gatos, respectivamente. La edad media de los gatos dentro del grupo FATE y los grupos de control fue de 9,5 años y 5 años, respectivamente. La mayoría de los gatos eran de pelo corto doméstico (35). 28 de los gatos eran machos castrados y 13 de los gatos eran hembras esterilizadas.
Los gatos del grupo de control se presentaron al servicio de urgencias por una variedad de dolencias, como por ejemplo obstrucción urinaria, signos gastrointestinales, lesión renal aguda, o lesiones ortopédicas que incluían fracturas o cojeras.
Tras realizar los análisis, los investigadores pudieron descubrir que la mediana de Δlactato fue significativamente mayor en el grupo FATE que en el grupo de control (7,2 mmol/L frente a 0,1 mmol/L, respectivamente). La mediana de Δglucosa fue significativamente mayor en el grupo FATE que en el grupo de control (155 mg/dL frente a 3 mg/dL, respectivamente).
Se realizó un diagnóstico de FATE utilizando un punto de corte de ∆lactato de 2,2 mmol/L (sensibilidad del 100% y especificidad del 95%) o un punto de corte de ∆glucosa de 41 mg/dL (sensibilidad y especificidad del 100%). Así, comentaron que “nuestro estudio es el primero en informar un punto de corte óptimo para ∆lactato para el diagnóstico de tromboembolia arterial felina”.
Sin embargo, no hubo correlación entre Δlactato y Δglucosa y la supervivencia al alta. “Esto puede deberse a la alta tasa de eutanasia, la selección de pacientes o el tamaño de la muestra del estudio”, indicaron. Pero si pudieron comprobar que un nivel más alto de ∆glucosa se asoció significativamente con ICC concurrente.
En este punto, matizaron que el tratamiento de la ICC es imperativo y el diagnóstico a menudo requiere pruebas adicionales, como radiografías torácicas, que pueden no ser factibles durante la presentación inicial, y celebran que “nuestro estudio demostró que un aumento de Δglucosa se asoció con un diagnóstico de insuficiencia cardíaca congestiva y los valores elevados de Δglucosa deberían aumentar la sospecha clínica de ICC concurrente”.
Tanto el Δlactato como el Δglucosa fueron herramientas diagnósticas precisas para los gatos con FATE. Ninguno se correlacionó con la supervivencia hasta el alta. Los valores más altos de Δglucosa se asociaron significativamente con la presencia de insuficiencia cardíaca congestiva.
Por todo ello, concluyeron que el Δlactato y el Δglucosa “son métodos diagnósticos de cabecera fácilmente disponibles, asequibles y de fácil realización, con una alta sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de FATE”. Además, el Δglucosa se asocia con el diagnóstico de ICC y “puede utilizarse para priorizar la intervención y el diagnóstico inicial del paciente”.