Los parásitos protozoarios entéricos Giardia duodenalis y Cryptosporidium spp. son de preocupación veterinaria en clínicas de animales pequeños, ya que son causas comunes de diarrea aguda y prolongada en gatos y perros. Debido a que las infecciones por ambos patógenos afectan principalmente a gatitos y cachorros, el diagnóstico preciso y temprano es importante para acelerar el tratamiento y mejorar el estado de salud de los animales infectados. Además, algunos genotipos/especies de G. duodenalis y Cryptosporidium spp. tienen potencial zoonótico.
Varios estudios de base molecular no han podido demostrar que los gatos y perros de compañía sean fuentes importantes de giardiasis y criptosporidiosis humanas, lo que sugiere que el riesgo general de transmisión zoonótica de gatos y perros a humanos es bajo. Sin embargo, las mascotas infectadas pueden representar un riesgo de salud subestimado para niños pequeños, ancianos e individuos inmunodeprimidos.
La prevalencia de la infección por G. duodenalis puede variar en gran medida dependiendo de la población animal analizada, el estado clínico de los animales estudiados, la región geográfica de origen y, de manera importante, el método de diagnóstico utilizado. Las tasas de prevalencia notificadas en todo el mundo oscilaron entre el 10 y el 100 % en perros y el 1 y el 20 % en gatos.
En España, se han documentado tasas de infección por G. duodenalis, principalmente mediante examen microscópico, en promedios del 16,4 al 40,9 % en perros con y sin dueño y del 5,9 al 9,2 % en gatos con y sin dueño. De forma similar, las infecciones caninas y felinas por Cryptosporidium spp. se han documentado a nivel mundial en el rango de 0-100 % y 0-30 % respectivamente, y en España un 7,4-14,8 % en perros. No se han realizado estudios de características similares en la población felina. Sin embargo, las tasas de prevalencia pueden variar.
VARIACIONES EN LA PREVALENCIA
Debido a su sensibilidad diagnóstica superior, los estudios epidemiológicos basados en el ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), el ensayo de inmunofluorescencia directa (DFA) o PCR han arrojado tasas de prevalencia de 2 a 4 veces mayores que las basadas en microscopía convencional. Estas amplias variaciones de prevalencia indican claramente que la elección de la técnica diagnóstica más adecuada debe ser el resultado de una evaluación cuidadosa de las características clínicas y epidemiológicas de la población animal en estudio, así como de los recursos disponibles.
La detección de infecciones por G. duodenalis y Cryptosporidium spp. en la práctica clínica con pequeños animales puede ser un desafío por varias razones, como por ejemplo que la mayoría de las clínicas veterinarias pequeñas dependen de métodos basados en microscopía de baja sensibilidad, o que las infecciones subclínicas se caracterizan por un desprendimiento fecal bajo e intermitente de ooquistes.
VARIOS MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
Actualmente, hay varios métodos disponibles para la detección de infecciones por G. duodenalis y Cryptosporidium en gatos y perros. Los métodos basados en microscopía incluyen el examen de preparaciones húmedas (útiles en casos de diarrea profusa) o de material fecal concentrado (la alternativa preferida cuando los recuentos de ooquistes son bajos). La detección de ooquistes de Cryptosporidium por microscopía requiere procedimientos específicos como la tinción de Ziehl-Neelsen o Heine debido al pequeño tamaño de los ooquistes, la posibilidad de confundirlos con levaduras y porque los gatos y perros eliminan bajas cantidades de ooquistes por gramo, en contraste con otras especies animales como el ganado. Entre los métodos de inmunodiagnóstico, se encuentran disponibles comercialmente varias pruebas rápidas de inmunocromatografía de flujo lateral (TIC), que permiten obtener resultados en tan solo 15-30 min. Sin embargo, la fiabilidad de las TIC se ve a menudo obstaculizada por sensibilidades diagnósticas limitadas y altas tasas no deseadas de resultados falsos positivos.
Por otro lado, los ensayos de inmunofluorescencia directa altamente sensibles y específicos permiten la detección de ooquistes de una manera rentable y se utilizan como técnica de referencia en muchos entornos clínicos veterinarios. Finalmente, también hay disponible una amplia gama de métodos basados en PCR simple y múltiple para la detección de G. duodenalis y Cryptosporidium.spp. Aunque son muy sensibles, su complejidad y su elevado coste los hacen inadecuados para la práctica habitual en pequeñas clínicas veterinarias.
En este sentido, un estudio realizado por Guadalupe Miró, Ana Montoya, Juan P. Barrera, Rocío Checa, Valentina Marino y Juliana Sarquis, miembros del Laboratorio de Investigación PetParasiteLab adscrito al Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM); Carlos Foncubierta y Efrén Estévez-Sánchez, del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la UCM; y Begoña Bailo y David Carmena del Centro Nacional de Microbiología, Instituto de Salud Carlos III, ha evaluado el desempeño diagnóstico de métodos comunes basados en microscopía, inmunodiagnóstico y moleculares para la detección de infecciones por G. duodenalis y Cryptosporidium en muestras fecales de diferentes poblaciones de gatos y perros utilizando DFA como estándar de oro. Como objetivo secundario, investigaron si los factores epidemiológicos y clínicos básicos aumentaron las probabilidades de infecciones felinas y caninas por estos patógenos.
HECES DE GATOS Y PERROS
El estudio se realizó contra un panel de muestras fecales recolectadas prospectivamente de perros (n = 225) y gatos (n = 103) de diferentes grupos de edad (cachorro/gatito: 0-6 meses; joven: 7-12 meses; adulto: 1-10 años; senior: >10 años) y origen (colectividades o no) y durante el período 2020 a 2021. Las colectividades se refieren a perros de cría y colonias de gatos controladas bajo supervisión veterinaria. Los ensayos de diagnóstico comparados incluyeron el método de mertiolato-yodo-formalina (MIF), la prueba rápida de inmunocromatografía de flujo lateral y la PCR en tiempo real; utilizando el ensayo de inmunofluorescencia directa como estándar de oro.
Se utilizaron un total de 328 muestras fecales de origen felino y 258 de origen canino. Utilizando DFA como estándar, la prevalencia general de G. duodenalis fue del 24,4 %, variando del 11,6 % en gatos al 30,2 % en perros. La prevalencia general de Cryptosporidium spp. fue del 4,0 %, variando desde el 2,9 % en gatos hasta el 4,4 % en perros. Se detectó coinfección de ambos parásitos en el 2,4 % de las muestras.
En el caso de G. duodenalis, la técnica MIF logró valores de sensibilidad y especificidad diagnósticas de 58,7 % y 95,1 % y una concordancia moderada con el ensayo de inmunofluorescencia directa. Por otro lado, tanto los métodos inmunocromatografía de flujo lateral como PCR en tiempo real tuvieron un mejor desempeño, logrando valores de sensibilidad y especificidad diagnósticas de 68,7–78,7% y 97,1–93,5 % (respectivamente), con una concordancia sustancial con DFA.
Para Cryptosporidium spp., el ensayo de inmunocromatografía logró valores de sensibilidad y especificidad diagnósticas de 46,1 % y 99,0 % para una concordancia moderada con DFA. En el caso de la PCR se logró valores de sensibilidad y especificidad diagnósticas de 38,4 % y 99,3% para una concordancia moderada con el ensayo de inmunofluorescencia directa.
En el análisis epidemiológico, Giardia duodenalis se encontró con mayor prevalencia en perros que en gatos independientemente del método de diagnóstico utilizado, y no se observaron diferencias estadísticamente significativas en las tasas de infección por Cryptosporidium spp. entre las poblaciones felinas y caninas, independientemente del método de diagnóstico utilizado.
Asimismo, los perros que vivían en colectividades tenían más probabilidades de estar infectados por G. duodenalis. De manera similar, las gatas se asociaron positivamente con mayores probabilidades de infección por Cryptosporidium spp. que los gatos machos.
ENSAYO DE INMUNOFLUORESCENCIA DIRECTA
Ante estos hallazgos, han comentado que el ensayo de inmunofluorescencia directa es el método recomendado para el diagnóstico de rutina de infecciones por G. duodenalis y Cryptosporidium spp. en muestras fecales de perros y gatos en la clínica de pequeños animales, en función de su rendimiento diagnóstico y su relación coste-eficacia. Sin embargo, la técnica de microscopía óptica mertiolato-yodo-formalina es útil para la toma de decisiones en infecciones por G. duodenalis posteriores al tratamiento.
“El diagnóstico temprano y preciso de ambos patógenos es importante no solo para un tratamiento oportuno sino también para prevenir la transmisión entre especies de estos parásitos a humanos y otros huéspedes animales”, añaden.
En conclusión, la implementación de la DFA (sola o combinada con PCR cuando sea posible) en entornos clínicos y veterinarios “puede mejorar significativamente el diagnóstico y control de estas infecciones, generando así un impacto positivo en la salud pública”.