Cuando los dueños de mascotas piensan en proteger a su animal frente a los parásitos, las primeras criaturas que vienen a la mente suelen ser pulgas, garrapatas y gusanos del corazón. Pero un parásito menos conocido y que conviene prevenir es la Giardia, del cual existen cepas que infectan a perros, gatos e incluso a las personas.
Las infecciones por Giardia pueden causar diarrea, gases, molestias abdominales, náuseas y vómitos, indica la experta. “El año pasado, en los EE. UU., aproximadamente 1 de cada 15 perros (6,7 %) y 1 de cada 25 gatos (4,1 %) que se sometieron a pruebas de detección de infecciones por Giardia en el consultorio veterinario dieron positivo”.
Por contexto, esto hace que Giardia sea más común que otros parásitos de su misma clase, que se detectaron en 1 de cada 200 perros analizados en clínicas veterinarias el año pasado, o lombrices intestinales, que se encontraron en 1 de cada 50 perros.
La experta veterinaria en parasitología Meriam Saleh explica que el parásito tiene dos etapas del ciclo de vida: parásitos maduros que viven en el intestino de un animal y quistes que se eliminan en las heces.
“Los quistes son inmediatamente infecciosos cuando pasan a través de las heces, incluso los pedazos de heces muy pequeños o microscópicos pueden tener quistes y contaminar objetos en el hogar, el ambiente exterior y el propio pelaje de la mascota. Si el perro o el gato tiene algunas heces en las patas y luego camina, toca los tazones de comida o agua con las patas o se rasca el costado, los quistes microscópicos están contaminando esas áreas”, comenta.
Por tanto, si una mascota ingiere heces infectadas o quistes que se han propagado a otro objeto, Giardia infectará a su nuevo huésped y comenzará el ciclo nuevamente.
DISTINTAS CEPAS PARA DISTINTAS ESPECIES
Aunque el parásito puede infectar a múltiples especies, por lo general utiliza diferentes cepas para hacerlo. “En general, los perros están infectados con cepas caninas de Giardia y los gatos están infectados con cepas felinas, pero en casos muy raros, los perros y los gatos pueden tener cepas que también se han encontrado en las personas”, afirma Saleh.
Si bien el riesgo de que el parásito se propague a los dueños o mascotas de una especie diferente a la que está adaptada la cepa del parásito es muy bajo, es importante tomar precauciones. “El riesgo aumenta en los hogares con una persona gravemente inmunodeprimida que podría ser más susceptible a los nuevos gérmenes, pero se puede reducir practicando una buena higiene tanto para las mascotas como para las personas, como lavarse las manos después de levantar o acariciar a su perro o gato”.
SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD
Mientras que algunas mascotas infectadas con Giardia experimentan diarrea y problemas para digerir los alimentos, otras no muestran ningún síntoma. Por lo tanto, es importante someter a una prueba a una mascota si existe la posibilidad de que haya entrado en contacto con quistes.
“El tratamiento generalmente se administra entre 3 y 10 días, según el medicamento que se use. En algunos casos, su veterinario puede prescribir una combinación de dos o más medicamentos que son efectivos contra el parásito”.
Afortunadamente, la mayoría de las mascotas se recuperan bien de la infección por Giardia con un tratamiento estándar. Para garantizar que el parásito se elimine por completo del entorno de la mascota, será necesaria una limpieza seria.
“Su veterinario le recomendará que recoja los desechos de su mascota y se deshaga de las heces; use un desinfectante para lavar y limpiar objetos y superficies duras con las que su mascota pueda entrar en contacto; y bañe a su mascota hacia el final del tratamiento para evitar la reinfección de cualquier quiste de Giardia en su pelaje”, añade.
A diferencia de las pulgas, las garrapatas y los gusanos del corazón, la Giardia no se puede prevenir con un medicamento mensual. En cambio, la prevención se centra en mantener un ambiente limpio y prestar atención a los otros animales con los que interactúa una mascota.