Las poblaciones de jabalí europeo (Sus scrofa) han experimentado un aumento continuo en los últimos 40 años en toda Europa. La Comunidad Valenciana no es una excepción, con un aumento del 159,7 % en los cotos de caza en los últimos 10 años, convirtiéndose en la especie de caza mayor más popular del territorio. Esta situación tiene implicaciones adicionales, ya que se sabe que los jabalíes son portadores de una plétora de patógenos zoonóticos que pueden transmitirse a los humanos cuando surgen situaciones de contacto cercano, incluidos los protozoos. El aumento de los contactos entre humanos y vida silvestre debido a la superposición de hábitats de animales y asentamientos humanos, la manipulación de canales mientras se prepara la carne y las infecciones transmitidas por los alimentos son algunos de los escenarios más comunes en los que puede ocurrir la transmisión zoonótica.
Giardia y Cryptosporidium han sido señalados como algunos de los protozoos zoonóticos más importantes. G. duodenalis es uno de los parásitos entéricos más comunes en humanos y animales domésticos. Es responsable anualmente de alrededor de 280 millones de casos de diarrea humana en todo el mundo, que afecta especialmente a los niños, e infecta a más de 40 especies animales, particularmente en los recién nacidos.
Criptosporidium spp. es el quinto patógeno más importante transmitido por los alimentos, con más de 8 millones de casos notificados cada año. En medicina humana, los pacientes inmunocomprometidos pueden desarrollar una enfermedad crónica, lo que lleva a un resultado grave, a veces fatal.
G. duodenalis y Cryptosporidium tienen otras características que hacen de estos parásitos algunas de las causas más comunes de diarrea parasitaria en humanos. La capacidad de los ooquistes de Cryptosporidium spp y Giardia duodenalis para resistir los tratamientos de agua convencionales y su dosis de infección muy baja aumentan su riesgo de transmisión, ya que ambos son parásitos transmitidos principalmente por los alimentos y el agua.
Sólo diez ooquistes de Cryptosporidium hominis o Cryptosporidium parvum o diez quistes de G. duodenalis son suficientes para promover la enfermedad sintomática en adultos humanos sanos. Además, existe una falta de tratamiento eficaz contra Cryptosporidium spp., y la alta resistencia ambiental de Cryptosporidium se considera un factor clave en su transmisión.
Por tanto, dada la importancia que tienen estos dos protozoos dentro del campo de la salud pública y que ambos parásitos se pueden encontrar en la población cada vez mayor de jabalíes, el objetivo principal de un estudio realizado por Alba Martí, Samantha Morales, Jesús Cardells, Víctor Lizana y María Auxiliadora Dea-Ayuela de la Universidad Cardenal Herrera-CEU, e Irene Torres de la Universidad Autónoma de Barcelona, fue determinar la prevalencia de ambos parásitos en el jabalí en la Comunidad Valenciana. Además, este estudio tuvo como objetivo evaluar los efectos potenciales de los factores climáticos, relacionados con el hombre y relacionados con el huésped en su epidemiología.
ALTA PREVALENCIA DE CRYPTOSPORIDIUM
Se recogieron 498 muestras fecales de jabalí entre 2018 y 2022. Diferentes factores epidemiológicos fueron considerados potenciales variables moduladoras en la transmisión de ambos parásitos. La prevalencia de G. duodenalis fue de 1,20 %, mientras que Cryptosporidium spp. la prevalencia alcanzó el 21,7 %. Se observó coinfección en el 0,2 %. Asimismo, dos especies de Cryptosporidium spp. fueron identificadas: Cryptosporidium scrofarum y Cryptosporidium suis.
Los resultados de este estudio, explican los autores, “demuestran que la exposición a Cryptosporidium spp. en los jabalíes es elevada, sobre todo entre los ejemplares jóvenes pertenecientes al clima Típico Mediterráneo”. Además, la probabilidad de infección depende tanto de la temporada como de la densidad de jabalíes.
Por otro lado, “la exposición a G. duodenalis parece escasa y está influenciada, a su vez, por el clima”. Ambas especies de Cryptosporidium detectadas en el presente estudio han sido reportadas en humanos. Debido al aumento del número de jabalíes y su colonización de áreas urbanas y periurbanas, “esto podría representar un riesgo inherente para la salud de la población humana”.
En resumen, “es necesario investigar más a fondo las conexiones entre los patógenos, los factores ambientales, las actividades humanas y la vida silvestre como una forma de prevenir futuros brotes desde una perspectiva de One Health”.