En Europa y países vecinos, Leishmania spp., transmitida por flebótomos (Diptera, Psychodidae), es responsable de leishmaniasis humanas y animales que son endémicas en países ribereños del Mar Mediterráneo y el Mar Negro. Las especies endémicas en esta área incluyen Leishmania donovani sensu lato (sl), que es un complejo de especies que incluye L. donovani sensu stricto (ss) y Leishmania infantum, y Leishmania tropica y Leishmania major. Las formas clínicas más frecuentes de leishmaniasis humana incluyen leishmaniasis visceral (LV), asociada a L. infantum y L. donovani sl, y leishmaniasis cutánea (CL), causada por cualquiera de las cuatro especies.
Leishmania infantum es el principal patógeno de Leishmania en animales, siendo los perros la especie huésped más sensible, y la leishmaniasis canina (CanL) es una enfermedad importante de los perros. Si no se tratan con prontitud, la LV y la CanL son afecciones potencialmente mortales. La leishmaniasis cutánea es más comúnmente una infección localizada caracterizada por nódulos y úlceras cutáneas persistentes que eventualmente se curan por sí solas, pero son una causa importante de estigma social y discapacidad relacionada con el trabajo. La incidencia de CL es notablemente mayor que la de LV, especialmente en el norte de África y Oriente Medio, donde se asocia principalmente con L. tropica y L. major.
VECTORES Y ESPECIES HOSPEDADORAS
La endemicidad de Leishmania spp. depende de la presencia de vectores específicos y especies hospedadoras reservorio. Leishmania infantum y L. major tienen ciclos de transmisión zoonóticos, que involucran a perros y especies de roedores salvajes como reservorios primarios, respectivamente. El ciclo de L. donovani ss es antroponótico, siendo los humanos el reservorio primario, mientras que L. tropica exhibe ciclos antroponóticos y zoonóticos que involucran a roedores como reservorios.
La capacidad de los vectores para sostener el desarrollo de una o más de una Leishmania spp. se utiliza para clasificarlos como vectores “no permisivos” o “permisivos”. La especificidad para Leishmania spp. se basa en la presencia de receptores en el intestino medio del flebótomo que permiten la unión de ligandos específicos del parásito.
Debido a que la distribución geográfica de los vectores es un aspecto clave que influye en la epidemiología de la leishmaniasis, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha estado recopilando y mapeando la presencia y ausencia de vectores de Leishmania spp. en Europa y países vecinos.
Con la idea de ampliar la última investigación, Eduardo Berriatua, Pedro Pérez Cutillas y Aurora González Vidal de la Universidad de Murcia, y el investigador Olivier J. T. Briët, han publicado recientemente un trabajo. Los autores incluyeron información sobre parásitos y vectores publicada hasta marzo de 2023, y analizan la relación entre Leishmania spp. y leishmaniasis visceral, y Phlebotomus spp., independientemente de su especificidad conocida para Leishmania spp. La investigación tuvo dos objetivos. El primero era evaluar la asociación estadística entre la distribución espacial (las presencias y ausencias en unidades espaciales) de Leishmania spp. y formas clínicas por un lado y la distribución espacial de especies de vectores confirmadas y sospechadas por el otro en un intento de probar si esta asociación podría proporcionar algunas perspectivas epidemiológicas sobre su posible estado de vector e importancia relativa en esta área. El segundo objetivo era identificar áreas sin información sobre parásitos y/o vectores donde se debería promover una mayor vigilancia.
MAR MEDITERRÁNEO Y MAR NEGRO
Los autores utilizaron modelos para analizar la relación espacial entre las especies autóctonas de Leishmania y las formas clínicas en humanos y animales y 14 especies de Phlebotomus en Europa y países vecinos.
Descubrieron que las distribuciones de leishmaniasis autóctonas y vectores se restringen principalmente a las naciones que bordean el mar Mediterráneo y el mar Negro. Las diferencias en las distribuciones de varias Leishmania spp. “no solo se explican por diferentes vectores con diferentes distribuciones, sino también por distintas distribuciones de huéspedes reservorio”. La amplia prevalencia de L. infantum y LV se puede atribuir en gran medida a los perros y otras especies hospedadoras extendidas, que, comentan, sirven como reservorio para este parásito en toda el área de estudio y al gran número de especies de vectores capaces de transmitir este parásito.
En contraste, la transmisión de L. major y L. tropica dentro de esta área se limita al norte de África y Oriente Medio (incluido Azerbaiyán), a pesar de que sus vectores confirmados ( P. papatasi para L. major y P. sergenti para L. tropica ) también están presentes en Europa. Los ciclos zoonóticos para estas Leishmania spp. “dependen de especies de roedores y damanes, que están ausentes en Europa”.
Asimismo, detectaron que los ciclos de transmisión antroponótica de L. tropica en el norte de África y Oriente Medio, así como de L. donovani ss en Turquía, suelen estar asociados a entornos urbanos y rurales empobrecidos que se caracterizan por un alto nivel de interacción entre humanos y vectores. Los autores también plantean inquietudes sobre la posibilidad de propagación de L. tropica y L. donovani ss en países del sur de Europa donde los vectores competentes están ampliamente presentes, aunque en una densidad menor.
Asimismo, los autores descubrieron una concordancia limitada entre las distribuciones espaciales de Leishmania spp. (y manifestaciones clínicas) y las distribuciones de sus vectores, que “podrían ser justificadas por varias razones”, entre las que incluyeron la ausencia de infecciones por Leishmania spp. en poblaciones de vectores en algunas regiones, estudios limitados y esporádicos sobre la distribución y vigilancia de vectores en muchos países, lo que lleva a datos incompletos y a la falta de reconocimiento de la presencia de vectores en áreas debido a los bajos esfuerzos de muestreo; el subregistro significativo de casos de leishmaniasis, especialmente CL y CanL, o el desafío de diagnosticar infecciones por L. infantum, ya, según apuntan, muchos perros infectados y la mayoría de los individuos infectados permanecen asintomáticos.
MEJORAR LAS NOTIFICACIONES
“La vigilancia de los flebótomos y la notificación y diagnóstico de los casos de leishmaniasis deberían mejorarse para comprender con mayor precisión las distribuciones de Leishmania spp. y sus vectores”. Si bien algunas relaciones significativas inesperadas entre Leishmania spp. y sus vectores podrían ser falsas, para otras, la existencia de informes esporádicos o recientes de infecciones en estos vectores “sugiere que se justifican más estudios de competencia vectorial (considerando la variación de cepas) y estudios del estado de infección vectorial para estos vectores”.
En resumen, la relativamente baja concordancia entre las distribuciones de Leishmania y de los vectores “destaca la necesidad de mejorar la notificación de la leishmaniasis y la vigilancia de los vectores en las zonas donde no se dispone de información, tanto para una mejor comprensión de la epidemiología de la infección en las zonas endémicas como para vigilar la posible propagación de la infección a zonas no endémicas”. Si bien algunas de las asociaciones estadísticas inesperadas entre flebótomos y Leishmania spp. pueden ser falsas, en el caso de otras, la existencia de informes esporádicos o recientes de infecciones “justifica estudios adicionales de competencia de los vectores que consideren la variación de las cepas”.