El derrame pleural es una afección en la que se produce una acumulación excesiva de líquido (trasudado, exudado, quiloso, linfa o sangre) en el espacio pleural. Esta acumulación intratorácica puede ocurrir cuando aumenta la presión hidrostática capilar o la permeabilidad, disminuye la presión oncótica intravascular o se impide el drenaje linfático. Por lo tanto, el derrame pleural no es una entidad patológica en sí misma, sino un signo de una enfermedad subyacente.
En perros, el derrame pleural puede deberse a causas traumáticas; enfermedades congénitas; neoplasias torácicas primarias y metástasis torácicas secundarias; neoplasias abdominales; y enfermedades inflamatorias, cardíacas o infecciosas, como enfermedades vasculares y envenenamiento por rodenticidas. Las evaluaciones citológicas de los derrames pleurales pueden sugerir la patogénesis de una enfermedad.
Una enfermedad infecciosa de importancia clínica veterinaria es la leishmaniosis, la cual es causada principalmente por Leishmania infantum, y es caracterizada por una amplia gama de síntomas, que incluyen problemas respiratorios como tos y secreción nasal. La afectación pulmonar clínica en la leishmaniosis se considera rara. Estos síntomas respiratorios a menudo se deben a la propagación sistémica de la infección a los pulmones, lo que provoca complicaciones respiratorias secundarias.
La acumulación de líquidos intratorácicos como complicación de la leishmaniosis rara vez se ha descrito en humanos. Sólo se han notificado dos casos de derrame agudo en perros afectados por Leishmania sp. que involucra derrame pericárdico. En estos casos, los exámenes citológicos mostraron que los parásitos se encontraban en el citoplasma de algunos macrófagos. En este sentido, el objetivo de un trabajo recientemente publicado ha sido describir un caso de derrame pleural agudo en un perro con leishmaniosis.
Hasta donde saben los autores, no se ha informado del derrame pleural canino agudo como complicación de esta enfermedad.
Una perra mestiza intacta de 2 años (10,6 kg), inicialmente callejera y luego adoptada, fue sometida a cirugía de ovariohisterectomía sin presentar signos clínicos. Durante los dos meses siguientes, el perro presentó pérdida progresiva de peso, onicogrifosis e hiperqueratosis nasal leve. Ante estos signos, el animal fue sometido a pruebas serológicas para confirmar la sospecha de leishmaniosis. Sin embargo, antes de que se pudieran realizar más pruebas, durante un paseo, el perro presentó signos de disnea grave y murió repentinamente. Posteriormente, el perro fue sometido a la necropsia.
MACRÓFAGOS CON AMASTIGOTES DE LEISHMANIA
Durante la evaluación macroscópica se observó que el perro presentaba áreas multifocales de alopecia en las extremidades de todas las extremidades, así como hiperqueratosis del epitelio nasal y de las cuatro almohadillas. Los ganglios linfáticos submandibulares, preescapulares y poplíteos estaban agrandados. Al abrir la cavidad torácica se observó una gran cantidad de líquido amarillento, lo que provocó una compresión importante de los pulmones y atelectasia pulmonar. Los ganglios linfáticos esternales estaban agrandados, hemorrágicos y friables. La cavidad abdominal contenía una pequeña cantidad de líquido rojizo y un hígado moderadamente agrandado con bordes redondeados.
El análisis citológico del derrame pleural reveló una presencia significativa de linfocitos, células plasmáticas y macrófagos. Numerosos macrófagos contenían amastigotes intracitoplasmáticos de Leishmania.
Los autores concluyeron, por tanto, que la causa de la muerte de este animal fue una insuficiencia respiratoria debido a una gran cantidad de líquido pleural en el tórax, que comprimía los pulmones, provocando atelectasias e impidiendo el intercambio gaseoso.
El análisis citológico del líquido pleural en este caso revelaba características típicas de un exudado. El líquido pleural observado en la necropsia parecía turbio, lo que indicó una alta concentración celular, lo que se confirmó mediante evaluación citológica.
Ante este curioso caso, los autores han comentado que, a pesar de que el animal no mostró signos de infección por Leishmania en el momento de la cirugía, “este procedimiento puede haber provocado una disminución de la inmunidad y una exacerbación de la infección”. Es posible que “se haya producido una anomalía inmunológica en este animal dos meses después de la cirugía”.
En resumen, “nuestro estudio mostró la asociación de la leishmaniosis canina con el derrame pleural agudo y la muerte súbita en un perro”. Estos hallazgos demuestran “la importancia de la citología como práctica clínica habitual”. Además, “los exámenes macroscópicos, histopatológicos, inmunohistoquímicos y citológicos post mortem del líquido pleural fueron esenciales para el diagnóstico concluyente de este caso”.
IMPORTANCIA DE PREVENIR LA ENFERMEDAD
En España, la leishmaniosis canina es una enfermedad endémica y está presente prácticamente en todas las regiones. Por ello, es fundamental proteger a los perros durante todo el año para reducir de forma eficaz el riesgo de infección.
En este sentido, y para contribuir en la lucha de esta enfermedad, Elanco impulsa iniciativas para concienciar a los tutores de perros acerca de la importancia en la prevención como clave para reducir el riesgo de infección y promueve la formación de los profesionales veterinarios con el objetivo de actualizar conocimientos.
Por ejemplo, la compañía ha ha creado dos vídeos dirigidos a veterinarios acerca de la reducción de riesgo de la Leishmaniosis y de la prevención de la Leishmaniosis con la colaboración de la experta Guadalupe Miró (DVM, PhD, Dipl. EVPC, EBVS Veterinaria especialista en Parasitología, Profesora Facultad de Veterinaria, Dpto. de Salud Animal Universidad Complutense de Madrid, España).
Advantix®, la pipeta pionera y experta en leishmaniosis, es un antiparasitario externo para perros formulado con dos sustancias activas, imidacloprid y permetrina, que actúan de forma combinada proporcionando una amplia cobertura frente a pulgas, garrapatas, flebotomos, mosquitos, piojos y moscas de los establos. Este tratamiento mensual fácil de aplicar, protege a perros a partir de 1,5kg y a cachorros a partir de las siete semanas de edad.
Por su parte, Seresto® es un collar que libera de pulgas, garrapatas y reduce el riesgo de leishmaniosis canina hasta 8 meses, gracias a su tecnología de liberación de principios activos. Seresto® es muy cómodo y fácil de colocar y está indicado para proteger a los perros y gatos de todos los tamaños, a partir de las siete y diez semanas de edad, respectivamente.
Asimismo, desde la compañía recuerdan que tanto Advantix® como Seresto® siguen siendo eficaces, aunque el perro se moje. "Seguir las pautas de desparasitación marcadas por los profesionales veterinarios es imprescindible para mantener la salud y el bienestar de nuestras mascotas y para salvaguardar la salud de toda la familia", rematan.