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Advierten ante aumento de casos, "prevención de leishmaniosis en gatos debe ser tan importante como la canina"
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Advierten ante aumento de casos, "prevención de leishmaniosis en gatos debe ser tan importante como la canina"

​Ante el incremento en la detección de la leishmaniosis felina, tutores y veterinarios deben tener más presente esta enfermedad tanto en la prevención como en el diagnóstico
Laura Izquierdo Robert
Laura Izquierdo Robert.

La leishmaniosis es una enfermedad zoonótica que no sólo afecta a los perros, sino también a otras especies como los gatos, animales en los que es menos conocida. Sin embargo, la detección de la Leishmania spp. está aumentando en la población felina y los veterinarios hacen un llamamiento a los tutores de los gatos para que estén alerta.


Además, en la actualidad, esta enfermedad ha perdido su carácter estacional ya que "el aumento de temperaturas favorece la presencia de los insectos vectores que la transmiten, los mosquitos flebótomos, durante todo el año", advierte el Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona (COVB), con motivo del Día Mundial de la lucha contra la leishmaniosis, que se celebra este 1 de junio.


La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria causada por la Leishmania infantum. Este patógeno se transmite por la picada de un tipo de mosquito llamado flebótomo, y se considera una zoonosis porque de forma infrecuente se puede transmitir de los animales a las personas. Su distribución geográfica en el mundo varía, pero, actualmente, es endémica en la Cuenca del Mediterráneo. 


"La prevención de la leishmaniosis en gatos debe ser tan importante como la canina porque los veterinarios detectan un aumento de casos", afirman desde el Colegio de Veterinarios de Barcelona (COVB). La leishmaniosis canina es más conocida y estudiada, y en España se diagnostican anualmente 31 casos nuevos por cada 1.000 perros. Pero el COVB este año quiere poner el énfasis en la leishmaniosis en gatos, puesto que se está detectando de forma más frecuente y con presentaciones muy variable. 


“Tanto a los tutores de los gatos como a los veterinarios nos cuesta pensar que un gato pueda estar afectado por esta enfermedad, pero, ambos debemos tenerla más presente. A los veterinarios nos toca sospechar de ella e incluirla en los protocolos diagnósticos. Y a los tutores les toca la parte de prevención, a pesar de que no tenemos unas guías tan claras como en perros, recomendamos desparasitar externamente durante todo el año a todos los gatos, también a los gatos que viven dentro de casa y sobre todo a los inmunosuprimidos. Actualmente, debido al aumento de las temperaturas, se ha perdido la estacionalidad de los mosquitos vectores y éstos pueden transmitir la enfermedad tanto al gato como al perro durante todo el año”, advierte Laura Izquierdo, veterinaria i portavoz del Comité Científico del COVB.


ALGUNAS RECOMENDACIONES


Desde el COVB recuerdan que los mosquitos "pueden estar presentes durante todo el año y transmitir la enfermedad a perros y gatos, por lo que hay que hacer una prevención continua". Asimismo, advierten de la importancia de "usar antiparasitarios externos durante todo el año". En el caso de perros, la pipeta mensual o el collar semestral, y en el caso de gatos, "el collar es el único sistema probado para la prevención de la leishmaniosis".


Además, señalan que los gatos inmunosuprimidos tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, por lo que es recomendable "reforzar el sistema inmunitario del gato con una buena alimentación y consultar al veterinario de confianza en caso de duda". Y, finalmente, comunican que, "a pesar de esto, la prevalencia clínica de la enfermedad en gatos sigue siendo menor que en perros y estos parecen ser capaces de controlar mejor la enfermedad, desarrollando más infecciones subclínicas y, en ocasiones, siendo capaces de eliminarlas sin necesidad de tratamiento".


SÍNTOMAS EN FELINOS


Algunos de los síntomas más frecuentes de la leishmaniosis en gatos son las costras y úlceras en la piel, heridas o marcas cutáneas y mucotáneas en la lengua y los ojos, decaimiento o debilidad, dermatitis nodular en la cabeza, orejas, párpados o patas, dermatitis escamosa, conjuntivitis, anemia, pérdida del apetito y pérdida de peso. "Como en otras enfermedades, ante la observación de síntomas cutáneos u otros descritos es conveniente consultar al veterinario", advierten a los propietarios desde el Colegio.


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