La leishmaniosis canina (CanL) es una enfermedad zoonótica transmitida por vectores con una distribución mundial causada por el parásito protozoario Leishmania infantum. Se considera una enfermedad endémica en la cuenca del Mediterráneo, Portugal, América Latina y el sur de Asia. Las hembras de flebótomos son el vector biológico y los perros se consideran el principal reservorio.
La leishmaniosis canina se manifiesta por un amplio espectro de signos clínicos y un amplio rango de gravedad de la enfermedad que se clasifica en cuatro estadios: enfermedad leve (estadio I), moderada (estadio II), grave (estadio III) o muy grave (estadio IV), todos sobre la base de los signos clínicos, las anomalías clinicopatológicas y la medición de anticuerpos contra la leishmania.
Las manifestaciones cutáneas son los signos clínicos más comunes y, entre ellas, la dermatitis papular se considera una presentación típica en áreas endémicas y se asocia con leishmaniosis leve en estadio I. Esta forma cutánea se asocia con una inmunidad celular específica y se caracteriza por la ausencia de anomalías de laboratorio y la falta de signos clínicos sistémicos. La autocuración de las lesiones de la piel puede ocurrir en algún momento; sin embargo, por lo general toma de tres a seis meses.
La posibilidad de aparición de otros signos clínicos y los resultados del tratamiento frente a CanL dependen de las interacciones entre el parásito y las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas del huésped.
El tratamiento con respecto al estadio I se ha descuidado científicamente. Se ha descrito el tratamiento a corto plazo con varios fármacos anti-Leishmania convencionales (antimoniato de meglumina, miltefosina y/o alopurinol) en perros clasificados como estadio I, así como tratamientos inmunopotenciadores como la domperidona.
Alternativamente, en algunos casos también se puede considerar la monitorización sin tratamiento. Hay pruebas limitadas de los resultados del tratamiento para perros en esta etapa y, por lo tanto, la eficacia clínica de estas opciones de tratamiento aún se desconoce.
Sin embargo, no se ha investigado el tratamiento local en la dermatitis papular en estadio I debida a infección canina por L. infantum.
Se ha informado de cierta actividad frente a la leishmania de polihexametileno biguanida (PHMB), un polímero con actividad antimicrobiana comúnmente utilizado como tratamiento de primera línea para heridas localmente infectadas. Por otro lado, la activación de TLR4 (un tipo de receptor celular), induce una respuesta inmunitaria protectora contra leishmania.
Sobre este asunto, los investigadores Iciar Martínez, Laura Ordeix, Laia Solano y Maria Cabré de la Universidad Autónoma de Barcelona; María José Guerrero del Hospital Veterinario Alhaurín el Grande; Annabel Dalmau de AniCura Mediterrani Hospital Veterinario; María Magdalena Alcover, Diana Berenguer, Roser Fisa y Cristina Riera de la Universidad de Barcelona; y Liam Bueno del Royal Veterinary College, han realizado un trabajo con el objetivo principal de evaluar la seguridad y la eficacia clínica de PHMB administrado localmente solo o en combinación con agonistas de TLR4, (TLR4a), y la administración local de antimoniato de meglumina en el tratamiento de la dermatitis papular por infección por L. infantum en perros.
EVOLUCIÓN A LOS 15 Y 30 DÍAS
Veintiocho perros con dermatitis papular se dividieron al azar en cuatro grupos diferentes; tres de ellos se consideraron grupos de tratamiento: PHMB (n = 5), PHMB + TLR4a (n = 4) y antimoniato de meglumina (n = 10), y los restantes se consideraron el grupo placebo (n = 9), que fue subdividido en dos subgrupos: diluyente (n = 5) y TLR4a (n = 4).
Los perros fueron tratados localmente cada 12 h durante cuatro semanas. En comparación con el placebo, la administración local de PHMB (solo o con TLR4a) mostró una mayor tendencia hacia la resolución de la dermatitis papular debido a la infección por L. infantum en el día 15 y el día 30, mientras que la administración local de antimoniato de meglumina demostró la resolución clínica más rápida después de 15 y 30 días después del tratamiento.
Los resultados de este estudio, comentan los autores, mostraron que los perros con dermatitis papular tratados con antimoniato de meglumina local sanaron más rápido que los perros tratados con un placebo. Además, “ningún perro tratado con antimoniato de meglumina tópico mostró empeoramiento de los signos clínicos o recaída durante el seguimiento de un año”.
Por otro lado, PHMB (solo o en combinación con TLR4a) “mostró una mayor tendencia a la resolución en comparación con el placebo, aunque los resultados se consideraron no significativos”.
Asimismo, “no se observaron efectos adversos en ninguno de los fármacos a lo largo del estudio en ninguno de los perros”. Por tanto, concluyen que "el antimoniato de meglumina local es una alternativa segura y eficaz para el tratamiento de la dermatitis papular en perros con L. infantum”.