La causa de la enteropatía crónica (EC) en perros es multifactorial, con una creciente evidencia que respalda el papel del sistema inmunológico, la genética y el microbiota en su etiopatogenia.
Ahora bien, la literatura que examina la contribución de los factores ambientales en el desarrollo de la enteropatía crónica en perros es escasa. Asimismo, se ha descubierto que los gatos alimentados con una dieta comercial que no cumplió con las recomendaciones del Comité de Nutrición Global (GNC) de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) durante sus primeros años de vida tienen más probabilidades de desarrollar signos de enfermedad gastrointestinal. Además, una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas se asocia con un menor riesgo de desarrollar signos crónicos de enfermedad gastrointestinal en perros adultos, pero el papel de los ingredientes de la dieta o la propia dieta al inicio de los signos clínicos no está claro.
Por lo tanto, un estudio realizado por veterinarios británicos se ha propuesto evaluar posibles factores de riesgo dietéticos previos a la enfermedad en perros con enteropatía crónica. Hasta donde saben los autores, ningún estudio previo ha evaluado los ingredientes o los perfiles de macronutrientes al inicio de los signos clínicos iniciales para evaluar más a fondo los posibles factores de riesgo dietéticos previos a la enfermedad en perros con EC.
Concretamente, el objetivo de este estudio “fue evaluar la distribución calórica (como porcentaje de grasas, proteínas y carbohidratos en función de la energía metabolizable), junto con otros factores dietéticos, como los ingredientes de la dieta principal que se administran al inicio de los signos de enfermedad gastrointestinal y su asociación con la enteropatía crónica”.
La identificación de factores de riesgo dietéticos específicos sería beneficiosa, explican, en la prevención de enfermedades y proporcionaría una mayor comprensión sobre la etiopatogenia de la EC en perros.
Se reclutaron 95 perros; 48 con enteropatía crónica (25 presuntos y 23 confirmados) y 47 sin antecedentes de signos de enfermedad gastrointestinal. Los perros combinados con EC presunta y confirmada eran significativamente más jóvenes (mediana de 3 años y 6 meses) en comparación con el grupo de control (mediana de 7 años y 7 meses).
Sobre ellos, se realizó un estudio retrospectivo basado en cuestionarios de casos y controles en un hospital universitario de referencia veterinaria en el Reino Unido. Se obtuvo el historial dietético en relación con la aparición de los signos iniciales de presentación en todos los perros. La dieta principal consumida se sometió a un análisis de ingredientes y un cálculo de distribución calórica utilizando un software. También se registró el tiempo durante el cual se administró la dieta principal y el cumplimiento de las pautas del Comité de Nutrición Global de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales.
La frecuencia de uso de una dieta principal que no contenía carbohidratos fue mayor en los controles (5/47 perros, 11 %) frente a los perros con EC presunta y confirmada combinadas (0/48 perros). Además, el estudio demostró que una proporción significativamente menor de perros con enteropatía crónica confirmada fueron alimentados con una dieta principal con carne roja como fuente principal de proteína al inicio de los signos clínicos iniciales en comparación con los perros de control.
Asimismo, en el análisis univariable, los perros alimentados con una dieta constante durante >6 meses tuvieron un riesgo significativamente menor de desarrollar enteropatía crónica. “El cambio dietético tiene un efecto asociado sobre el microbiota gastrointestinal, cuya composición juega un papel clave en la patogénesis de la EC”, comentan los autores.
Ante estos datos, han concluido que, a pesar de las limitaciones del estudio, con pocos animales estudiados, y dificultades para obtener el historial dietético completo, “la presencia de carbohidratos en la dieta y fuentes de proteínas podrían desempeñar un papel como posibles factores de riesgo dietéticos previos a la enfermedad en perros con EC”.