Los aminoácidos son compuestos importantes en el organismo, ya que constituyen los principales componentes de las proteínas y diversas moléculas bioactivas. Estudios recientes han demostrado que los aminoácidos juegan un papel importante en el intestino y en la regulación de la inflamación. Participan en la proliferación y apoptosis de células epiteliales intestinales (IEC), procesos inflamatorios y estrés oxidativo.
En consecuencia, los aminoácidos pueden regular este proceso común que tiene lugar en enfermedades inflamatorias como las enteropatías crónicas (EC). Algunos estudios realizados en medicina humana han mostrado alteraciones del perfil de aminoácidos en pacientes que padecen enfermedades gastrointestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), con niveles disminuidos de varios aminoácidos en muestras séricas y niveles aumentados en muestras fecales de estos pacientes. Este hallazgo también significa que algunos aminoácidos podrían usarse para monitorear la actividad clínica de la enfermedad o incluso servir como parte del tratamiento al mejorar los síntomas clínicos.
En medicina veterinaria, los estudios relacionados con la metabolómica en los CE se centran en la búsqueda de biomarcadores potenciales. Se ha observado que la cobalamina, el folato, la proteína C reactiva o el índice de disbiosis (DI) podrían ayudar en la evaluación diagnóstica, el pronóstico y el seguimiento de la actividad clínica.
Sin embargo, faltan estudios sobre el perfil nutricional de la enteropatía sensible a los alimentos (FRE) en perros. En investigaciones anteriores, se han evaluado los perfiles de ácidos grasos de cadena corta y totales en perros FRE, encontrando alteraciones y correlaciones entre algunos de estos compuestos y el índice de actividad de la enfermedad intestinal.
Actualmente, los informes científicos sobre el perfil de aminoácidos en perros con EC son muy limitados, aunque se han realizado algunos estudios en perros con enteropatía con respuesta inmunosupresora (IRE) y enteropatía con pérdida de proteínas (PLE), encontrando alteraciones en el perfil de aminoácidos. en comparación con individuos sanos.
Dado que FRE parece tener la mayor prevalencia (60-70% de los casos de EC) y los perros que padecen esta enfermedad responden a una dieta de eliminación basada en proteína hidrolizada o proteína nueva, la evaluación del perfil de aminoácidos merece más atención.
Por lo tanto, un equipo de investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid ha realizado un estudio con varios objetivos. En primer lugar, comparar los perfiles de aminoácidos plasmáticos y fecales entre perros control y perros con FRE para ampliar el conocimiento actual y caracterizar la enfermedad. El segundo objetivo fue buscar correlaciones entre los aminoácidos y los metabolitos, como los ácidos grasos de cadena corta (SCFA) u otros indicadores de parámetros de la salud intestinal, incluida la puntuación de condición corporal, o índices como el índice de actividad de la enfermedad inflamatoria intestinal canina, para evaluar si el perfil de aminoácidos podría servir como indicador de la gravedad de la enfermedad.
LEUCINA Y FENILALANINA
Los criterios de inclusión para perros sanos (n = 6), fueron un examen físico normal, un análisis de sangre y la ausencia de signos clínicos, incluidos los digestivos, durante al menos cuatro meses. Los perros asintomáticos con enfermedades crónicas fueron excluidos del estudio. Solo se inscribieron en el estudio perros enfermos (n = 9), que habían sufrido signos clínicos digestivos (pérdida de peso, anorexia, hiporexia, vómitos o diarrea) durante al menos tres semanas.
Los perros FRE tenían proporciones más bajas de asparagina, histidina, glicina, cistina, leucina y aminoácidos de cadena ramificada/aromáticos en plasma; sin embargo, aumentó la fenilalanina.
En muestras fecales, la cistina fue mayor mientras que la fenilalanina fue menor en los perros enfermos en comparación con el control. La leucina se correlacionó negativamente con la humedad fecal, y la leucina y la fenilalanina con la grasa fecal.
La fenilalanina fecal, la isoleucina y la leucina también se correlacionaron positivamente con los ácidos grasos de cadena corta totales, mientras que se encontró una correlación negativa con la glicina y la cistina.
Este estudio demuestra “la importancia de los aminoácidos leucina y fenilalanina como indicadores de la gravedad de la enfermedad en perros FRE”.
En resumen, los autores explican que “nuestros resultados muestran que los perros con FRE tenían diferentes perfiles de aminoácidos fecales y plasmáticos que los perros de control. La alta correlación observada entre leucina y fenilalanina sugiere que podrían usarse como biomarcadores de estas enfermedades”.
Además, “las correlaciones estadísticamente significativas observadas para los demás aminoácidos estudiados podrían indicar la funcionalidad del microbiota intestinal, así como la alteración de la homeostasis. En consecuencia, estos aminoácidos podrían desempeñar un papel en la enteropatía que responde a los alimentos”.