Durante la última década, las enteropatías inflamatorias crónicas (CIE, por sus siglas en inglés) en perros han recibido gran atención en el campo de la investigación clínica. Se han logrado grandes avances en la comprensión de la patogenia y la clasificación de la CIE en perros, y se han desarrollado nuevas opciones de diagnóstico y tratamiento.
La verdadera prevalencia de CIE en perros aún se desconoce, pero se estima que se presenta entre el 1 y el 2 % de los casos de animales derivados, y hasta entre el 20 y el 30 % de las visitas al veterinario en animales de compañía se relacionan con vómitos /diarrea.
Las enteropatías inflamatorias crónicas “se diagnostican con base en la presencia de signos gastrointestinales crónicos de más de 3 semanas, evidencia histopatológica de inflamación de la mucosa intestinal y la exclusión de otras causas subyacentes”, explica Albert E. Jergens, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Iowa, EEUU.
Actualmente, la CIE canina se subclasifica en función de la respuesta al tratamiento. Los perros se clasifican como enteropatía que responde a los alimentos si los signos clínicos se resuelven o mejoran significativamente dentro de las 2 a 4 semanas posteriores al inicio de una prueba de dieta de eliminación con una nueva fuente de proteínas y carbohidratos de ingredientes limitados (dieta comercial o casera) o una dieta de proteínas hidrolizadas.
Asimismo, existen otro tipo de clasificaciones, según explican los autores en la revisión realizada, en función de la respuesta a otro tipo de tratamientos, como la terapia con antibióticos, o la administración de inmunosupresores. Los expertos también comentan que existen ciertos casos que “no responden adecuadamente al tratamiento médico y se clasifican como enteropatía que no responde, lo que conlleva un peor pronóstico a largo plazo y una alta tasa de eutanasia”.
ENTEROPATÍA QUE RESPONDE A LOS ALIMENTOS
La enteropatía que responde a los alimentos, “es el grupo más prevalente (50–65 %) de CIE en perros, y los perros afectados suelen ser más jóvenes y tienen signos clínicos menos graves que los perros con otras subclases de CIE”, apunta Romy M Heilmann, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Leipzig, Alemania.
En este sentido, manifiestan que se pueden lograr excelentes respuestas a largo plazo en perros con enteropatía que responde a los alimentos con proteína hidrolizada comercial o dietas de proteína nueva de ingredientes limitados. No obstante, “el uso de una dieta con proteínas hidrolizadas es el enfoque preferido por los autores y veterinarios dada la impresión clínica de una respuesta superior sobre las dietas con nuevas proteínas/carbohidratos nuevos y los antecedentes alimentarios incompletos (p. ej., golosinas) en muchos perros afectados, lo que dificulta la búsqueda de una proteína nueva nunca antes consumida”.
En definitiva, los perros que tienen reacciones adversas debido a una alergia (normalmente a una proteína del alimento) o a una intolerancia alimentaria necesitan un alimento especialmente diseñado para las sensibilidades alimentarias. Por ello, los nutricionistas y veterinarios de Hill's Pet Nutrition han desarrollado Prescription Diet z/d, una nutrición clínica especialmente formulada para ayudar a los perros con sensibilidades alimentarias. De hecho, z/d es una nutrición clínicamente probada que reduce los signos cutáneos y digestivos derivados de las intolerancias alimentarias.
Este alimento dietético contiene una fuente seleccionada de hidratos de carbono y una fuente de proteínas hidrolizadas. Este alimento está formulado para evitar que se desencadene una reacción exagerada del sistema inmunitario frente a ciertos componentes del alimento. Con proteína animal hidrolizada, antioxidantes, fibra prebiótica y nutrientes que favorecen la salud de la piel.