Papel del microbioma en el manejo exitoso de las enteropatías caninas crónicas

Durante la última década, las enteropatías inflamatorias crónicas (CIE, por sus siglas en inglés) en perros han recibido gran atención en el campo de la investigación clínica. Se han logrado grandes avances en la comprensión de la patogenia y la clasificación de la CIE en perros, y se han desarrollado nuevas opciones de diagnóstico y tratamiento.

La verdadera prevalencia de CIE en perros aún se desconoce, pero se estima que se presenta entre el 1 y el 2 % de los casos de animales derivados, y hasta entre el 20 y el 30 % de las visitas al veterinario en animales de compañía se relacionan con vómitos y diarrea. En cuanto al tratamiento de este tipo de trastornos, el adecuado manejo nutricional resulta imprescindible para la recuperación del animal.

En este sentido, en un artículo de revisión, el experto Albert E. Jergens, de la Facultad de Medicina Veterinaria, de la Universidad Estatal de Iowa, en EEUU, explica que “el grupo de perros con enteropatías que responden a alimentos es el más prevalente (50–65 %)”.

A la hora de manejar desde el punto de vista dietético a un paciente con problemas gastrointestinales, los alimentos tienen que cumplir una serie de características, como una elevada digestibilidad, una densidad energética adecuada, o una mayor cantidad de electrolitos y vitaminas para reponer las pérdidas de estos nutrientes causados por los vómitos y las diarreas.

Sobre este asunto, el efecto de la fibra sobre el tracto digestivo incluye, entre otros, la modificación del vaciado gástrico, la normalización de la motilidad y velocidad de transporte intestinal, la captación de toxinas de la luz del intestino, la neutralización del ácido gástrico, la captación del exceso de agua intestinal, y el apoyo al crecimiento y las funciones de los microorganismos intestinales normales.

Tal y como apuntan en el artículo, Romy M Heilmann, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Leipzig, Alemania, indica que “la disbiosis intestinal se asocia con inflamación de la mucosa y disfunción gastrointestinal en perros con CIE”, y expone que “la remisión clínica de la enteropatía es más sustancial si es acompañada de una mejor composición microbiana y la expansión de las bacterias beneficiosas para el microbioma intestinal canino”.

IMPORTANCIA DE LAS FIBRAS

Recientemente, se ha incluido una nueva clasificación de la fibra relacionada con su capacidad de influir positivamente en las poblaciones microbianas intestinales y en sus funciones.

Las fibras se caracterizan por atravesar el tracto digestivo sin ser degradadas por las enzimas digestivas del animal y llegar al intestino grueso con su estructura intacta.

Una vez en el intestino grueso, sirven como sustrato para nutrir de forma selectiva a los microorganismos comensales beneficiosos, estimulando su crecimiento y su actividad metabólica, lo que da como resultado una modificación del microbioma intestinal del paciente hacia una composición más favorable.

Además, como consecuencia de la fermentación de las fibras prebióticas por los microorganismos del intestino grueso, se producen y liberan al medio intestinal compuesto denominados “postbióticos”, que son extremadamente interesantes por su efecto positivo, tanto a nivel intestinal como a nivel sistémico.

En base a estas consideraciones, Hill’s Pet Nutrition ha estudiado cómo las distintas fuentes de fibra actúan sobre el tracto gastrointestinal y ha desarrollado ActivBiome+, “una combinación patentada de fibras prebióticas que actúan de forma sinérgica nutriendo a las bacterias presentes en el intestino grueso de cada mascota, promoviendo el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas”.

Con la incorporación de esta tecnología revolucionaria y clínicamente probada a una amplia gama de productos, Hill’s sigue apostando por la innovación y por la mejora de sus fórmulas para proporcionar a las mascotas con trastornos digestivos un mayor alivio y mejor mantenimiento de la salud gastrointestinal.