¿Has sentido la desmotivación en la Veterinaria? Elena Diéguez da pautas para recuperar la motivación

En una nueva entrega del podcast Virbac Contigo, episodio 29, Elena Diéguez, acreditada en dermatología por la Asociación de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA), aborda una situación que actualmente es común entre la mayoría de médicos veterinarios: vivir un episodio de Burnout, que suele manifestarse en ya no sentir ilusión por ir a trabajar.

Diéguez experimentó en carne propia ese problema y cuenta que las personas fuera del sector veterinario tienden a idealizar la profesión. Sin embargo, los salarios que reciben los veterinarios los hacen estar "en la cola de las profesiones universitarias". La carrera cuenta "con la tasa más alta de suicidio respecto a otras profesiones" y "muchos compañeros tienen problemas para llegar a fin de mes después de años de estudio y turnos maratonianos.

"Pagamos un 21 % de IVA porque compartir tu vida con un animal de compañía es un lujo y desparasitarlo también", y "además de salvar animalitos tenemos que ser empresarios, psicólogos, couches, servicios sociales y, al final del día, tenemos que lamernos las heridas y seguir adelante, entonces es muy posible que ya no sea tan bonito ser veterinario clínico". Por ende, Diéguez considera el amor incondicional a los animales "es un arma de doble filo, sin duda" y, por ahora, sigue siendo el principal motivo para estudiar Veterinaria, pero "en muchos casos se acaba volviendo en nuestra contra. 

"La relación del veterinario con el trabajo no es equilibrada, y aparece el cansancio, el agotamiento, la desmotivación, y empieza a sentir que da mucho más de lo que recibe y aparece esa fatiga por compasión", explica la dermatóloga.  

Principales razones detrás del Burnout en la profesión veterinaria de pequeños animales

"Si queremos buscarlas, hay muchas. Realmente es una profesión llena de retos, llena de desafíos cada día", señaló Diéguez. Añadió que con el convenio "está claro que hemos mejorado, pero todavía en muchos casos nos enfrentamos a jornadas muy largas, agotadoras, con emergencias imprevistas y falta de tiempo para descansar".

Por otro lado, está la carga emocional "que supone lidiar con situaciones complicadas: eutanasias, diagnósticos complicados que seguimos rumiando cuando llegamos a casa, tutores que están frustrados, enfadados y descargan toda energía negativa con nosotros, y tenemos que escuchar, asimilar y al minuto siguiente estar poniendo una vacuna a un cachorro; cambiamos el chip 20 veces al día y eso es complicado de hacer sin un entrenamiento".

La dermatóloga también subraya que los estudiantes de Veterinaria suelen ser de los mejores del instituto porque la nota de corte es muy alta, por lo tanto "son personas con expectativas muy altas, muy perfeccionistas, que se han esforzado muchísimo para llegar al mundo laboral y que después sienten que su trabajo no siempre es valorado por los clientes, compañeros y que no tienen facilidades para seguir creciendo profesionalmente muchas veces, porque van a tener también que sacrificar su tiempo, y en muchos casos su dinero para poder hacerlo y eso los frustra".

Para todo lo anterior, "unido a la toma de decisiones críticas, y a altas demandas físicas y mentales, realmente hay que tener la cabeza y el cuerpo súper entrenados para que en algún momento no nos sintamos cansados, desmotivados e incluso llegar a estar quemados".

Diéguez indica que "puede que un salario bajo no sea causa de depresión, pero sí que es causa de fuga de talento y motivación, y eso lo estamos viendo. Es muy difícil encontrar veterinarios ahora para trabajar en la clínica de pequeños animales".

Otro punto importante del episodio es la dificultad para integrar la vida profesional con la personal. "Las nuevas generaciones han aprendido y no están dispuestas a entregar su vida a la profesión como lo hicimos nosotros, y eso respetable y entendible totalmente. Yo creo que el trabajo ha dejado de ser un valor social. Hoy el trabajo es el medio para poder vivir, para poder ser independientes, pero ya no se vive para trabajar, trabajamos para vivir", destacó la veterinaria.

Elena Dieguéz expresó que "es muy importante ponernos las pilas y darle un giro a la profesión porque nos estamos quedando sin veterinarios, esto es una fuga masiva, a pesar de que la Veterinaria es una profesión muy demandada en España".

La clínica de pequeños animales ha dejado de ser atractiva para los estudiantes en España. "Hasta un 45 %, según las encuestas de veterinarios menores de 35 años, no recomendaría la profesión a un familiar o amigo", concluye la dermatóloga acreditada por AVEPA.

De igual forma, en esta nueva entrega de Virbac Contigo, se abordan las herramientas y la preparación necesaria para gestionar el estrés al momento de comenzar a ejercer la Veterinaria.