La calprotectina (S100A8/A9) es una proteína leucocitaria que se une al calcio, relacionada con la respuesta inmune innata que ha demostrado estar específicamente involucrada en la inflamación, teniendo un amplio rango de funciones proinflamatorias. Estudios previos en la especie canina han demostrado un aumento de la concentración de calprotectina en muestras de suero en diferentes enfermedades inflamatorias, como la enfermedad inflamatoria intestinal, en la que se utilizaron técnicas de radioinmunoensayo, y la pancreatitis canina, el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS) y la sepsis, mediante pruebas de ELISA. También se ha evaluado en diferentes trastornos prostáticos caninos, donde se utilizaron técnicas de inmunohistoquímica, y se confirmó la expresión tisular de calprotectina en prostatitis canina y carcinoma prostático.
En otras especies animales se ha medido calprotectina en saliva. En este tipo de muestra se han evaluado cambios en la concentración de calprotectina en caballos con síndrome de úlcera gástrica, y en situaciones de sepsis, inflamación y estrés en cerdos. En todos estos casos se observó una correlación positiva entre el estado inflamatorio y los niveles de calprotectina.
Actualmente, existe un ensayo automatizado disponible comercialmente que permite la medición de la concentración de calprotectina, diseñado originalmente para su aplicación en humanos. Se trata de un ensayo inmunoturbidimétrico que utiliza nanopartículas de poliestireno recubiertas de anticuerpos policlonales anti-calprotectina. Este ensayo ha sido validado para medir calprotectina en muestras de saliva y suero de cerdo, en muestras de saliva de caballo y en muestras fecales de perro, pero no en saliva o suero canino.
La hipótesis principal de un estudio realizado por Marina García-Camacho, Asta Tvarijonaviciute, Silvia Martínez-Subiela, José Joaquín Cerón y Alberto Muñoz Prieto, de la Universidad de Murcia fue que la calprotectina se puede medir en la saliva y el suero de los perros utilizando el ensayo automatizado mencionado anteriormente, y que las concentraciones de calprotectina salival y sérica podrían alterarse en diferentes enfermedades inflamatorias o endocrinas sistémicas de los perros.
Los autores quisieron realizar una validación analítica de un ensayo automatizado disponible comercialmente en perros para medir la concentración de calprotectina en muestras de saliva y suero canino. Además, para evaluar el posible uso clínico de este ensayo, se evaluaron los valores salivales y séricos de calprotectina en tres enfermedades caninas que presentan diferentes mecanismos fisiopatológicos y respuestas de la proteína de fase aguda (APP): la leishmaniasis canina, como ejemplo de una enfermedad con una activación del sistema inmune; la piómetra, como ejemplo de sepsis; y el hiperadrenocorticismo, como ejemplo de una enfermedad endocrina en la que están involucrados los corticoides y suele haber una cierta inhibición del sistema inmune. Así, se evaluó la posible correlación de la calprotectina salival y sérica con tres APP diferentes (PCR, Hp y ferritina), para obtener conocimiento sobre la posible asociación de la calprotectina con la inflamación.
Hasta donde saben los autores, no existen informes sobre la medición de calprotectina en saliva canina, y tampoco existen ensayos automatizados validados para medir la concentración de calprotectina en muestras de suero o saliva de perro.
Los resultados de la validación analítica mostraron que el ensayo fue preciso, exacto, y presentó un límite de detección de 0,038 mg/L. Cuando este ensayo se aplicó a las diferentes enfermedades, se observó un aumento significativo en la concentración de calprotectina salival en perros con leishmaniasis y en aquellos con piómetra, en comparación con los sanos, mientras que no se encontraron diferencias significativas en suero.
Ante este hallazgo, comentaron que cuando este ensayo se aplicó a las enfermedades estudiadas, se observaron aumentos significativos en la calprotectina salival en leishmaniasis y piómetra, lo que “podría estar relacionado con el hecho de que ambas son enfermedades relacionadas con la inflamación sistémica y la activación del sistema inmune”. Sin embargo, en el hiperadrenocorticismo, no se observaron cambios significativos; se deben realizar más estudios para aclarar la razón de esto, ya que, aunque los corticoides pueden estimular la síntesis de esta proteína, “se sabe que principalmente producen una disminución en la función del sistema inmune”.
Respecto a que no se encontraron diferencias significativas en calprotectina en ninguna de las enfermedades estudiadas en las muestras se suero, indicaron que la mayor sensibilidad de la saliva, en comparación con el suero, para detectar cambios de concentración de calprotectina en la enfermedad también se ha observado en un estudio realizado en cerdos. “Se podría plantear la hipótesis de que las mayores concentraciones de calprotectina en saliva y la mayor sensibilidad de la calprotectina salival para detectar condiciones inflamatorias sistémicas podrían deberse a la presencia de mecanismos de acción particulares en las glándulas salivales, donde un factor estimulante desencadena una inducción de la expresión de esta proteína en la saliva, como se ha descrito previamente en ratones”, exponen.
Además de la mayor sensibilidad para la medición de calprotectina, la saliva tiene otras ventajas. “Es una muestra no invasiva, lo que reduce el estrés de los animales estudiados”, añaden.
Por otro lado, se obtuvo una correlación moderada positiva significativa entre la calprotectina salival y la PCR sérica y la haptoglobina, y entre la calprotectina y la PCR en suero. “La calprotectina salivar y sérica mostró una asociación positiva significativa con las APP séricas, confirmando que la calprotectina está influenciada por la inflamación sistémica”, propusieron. Sin embargo, esta correlación fue moderada, lo que podría explicarse por las “diferencias en la biosíntesis y liberación de estos marcadores durante el proceso inflamatorio”.
En resumen, el presente estudio, consideran los autores, demuestra que la calprotectina salival y sérica canina se puede medir con el ensayo automatizado disponible comercialmente validado, que demostró ser preciso y exacto. Además, “la calprotectina salival mostró aumentos significativos en perros con piómetra y leishmaniasis” y, por lo tanto, podría servir como un “posible biomarcador de inflamación sistémica en el perro”. Sin embargo, “esto requeriría estudios adicionales, que incluyan grupos de pacientes más grandes con edades comparables, para evaluar el valor de la calprotectina en la detección y el seguimiento del tratamiento de las enfermedades evaluadas en este estudio y otras afecciones inflamatorias o endocrinas sistémicas en el perro”.