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El primer hallazgo en perros de un virus causante de la obesidad en personas plantea su carácter zoonótico

El primer hallazgo en perros de un virus causante de la obesidad en personas plantea su carácter zoonótico

El hallazgo puede ser importante para la salud tanto de los perros como de los humanos, ya que aún no se ha investigado su potencial zoonótico
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Se analizó la sangre de los animales mediante técnicas serológicas.

En las últimas décadas, la obesidad se ha convertido en un problema de salud pública cada vez más grave en todo el mundo. En la actualidad, a excepción de algunas partes del África subsahariana y Asia, en todo el mundo hay más personas obesas que con bajo peso y, como resultado, la obesidad causa más muertes que el bajo peso. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que en 2016, más de 1.900 millones de adultos de 18 años o más tenían sobrepeso y más de 650 millones de estos adultos eran obesos. Según el Informe regional europeo sobre la obesidad de la OMS de 2022, el sobrepeso y la obesidad afectan a casi el 60 % de los adultos y a casi uno de cada tres niños (el 29 % de los niños y el 27 % de las niñas).

 

La etiología heterogénea de la obesidad, que involucra principalmente factores genéticos y aspectos conductuales, hace que el tratamiento de los pacientes obesos sea extremadamente difícil. Los factores infecciosos rara vez se consideran al diagnosticar la enfermedad. Sin embargo, a la luz de informes recientes que describen el papel de los virus en los procesos de aumento de peso, parecería ser un error ignorar la base infecciosa de la obesidad, especialmente porque se ha demostrado una correlación entre la infección con ciertos virus y el desarrollo de la obesidad en animales. Unos de los virus inductores de obesidad incluyen los adenovirus humanos tipos 5, 9, 31, 36 y 37. Además, el único de los adenovirus humanos vinculado de forma inequívoca a los procesos de aumento de peso en varias especies animales es el adenovirus humano tipo 36. La infección con este virus causó una acumulación significativa de grasa en cuatro especies animales: pollos, ratas, monos y ratones infectados en laboratorio. Como resultado de una infección inducida, la grasa corporal visceral aumentó más del 100 % en animales de laboratorio en comparación con los individuos de control. En este sentido, muchos autores informaron que el porcentaje de humanos seropositivos obesos infectados con el virus varía entre el 29 % y el 65 %.

 

Hallazgo en perros del virus causante de la obesidad en personas

 

El adenovirus humano 36 (HAdV-D36) es un patógeno que se ha reconocido desde la década de 1980. Aunque se han llevado a cabo amplias investigaciones sobre su biología y patogénesis, numerosos aspectos de la biología de este virus siguen sin explorarse. Por ejemplo, aún no se ha determinado por completo el espectro completo de huéspedes potenciales para HAdV-D36. Dado que HAdV-D36 ya se ha detectado en algunas especies animales, un estudio realizado en Polonia tuvo como objetivo evaluar el potencial de los perros como huéspedes de este virus y examinar sus efectos sobre parámetros sanguíneos específicos.

 

El adenovirus humano 36, explican, induce obesidad a través de la activación simultánea de varios procesos fisiológicos, incluyendo la promoción de la diferenciación de preadipocitos en adipocitos, mayor captación de glucosa, colesterol y triglicéridos del torrente sanguíneo y la posterior acumulación de estas sustancias en las células musculares y grasas. Además, se asocia con una reducción de los niveles de leptina y noradrenalina. “En el presente estudio se examinaron las correlaciones de los niveles de anticuerpos anti-HAdV-D36 y los niveles séricos de leptina, colesterol y triglicéridos en los perros estudiados”.

 

Para ello, se recogieron muestras de sangre de perros (n = 118) de diferentes razas, sexos y edades durante la visita veterinaria. Las muestras se obtuvieron de perros que ocuparon entre el 3.er y el 4.º grado en la escala de cinco grados de la condición corporal (BCS). Esto significa que los perros de este estudio no fueron calificados como obesos, pero con tendencia a ganar peso.

 

Se analizó la sangre de los animales mediante técnicas serológicas para determinar la presencia de anticuerpos y se examinaron parámetros bioquímicos como leptina, colesterol y triglicéridos.

 

80 animales positivos 

 

En cuanto a la presencia del virus, 38 fueron negativas y 80 mostraron títulos de anticuerpos elevados. Se midió la concentración de leptina en 72 muestras de suero, 18 negativas y 54 positivas para anticuerpos HAdV-D36 presentes. La leptina estaba presente en ambos grupos de muestras. Por lo tanto, los autores no encontraron correlación positiva entre la concentración de leptina y el título de anticuerpos.

 

Por otro lado, se midieron las concentraciones de colesterol y triglicéridos en 84 muestras de suero de perros, tanto positivas (n = 60) como negativas (n = 24) para la presencia de anticuerpos HAdV-D36. El análisis estadístico mostró que los títulos de anticuerpos HAdV-D36 ausentes o negativos están asociados con niveles más altos de triglicéridos, mientras que su presencia está relacionada con concentraciones más bajas de triglicéridos. A su vez, comentan que “observamos una correlación débil entre el título de anticuerpos HAdV-D36 y la concentración de colesterol en los sueros analizado”.

 

Hasta la fecha, “según nuestro conocimiento, no se han realizado estudios sobre la prevalencia de la infección por HAdV-D36 entre las mascotas”. Por lo tanto, “podemos suponer que el presente estudio identifica a los perros como huéspedes de HAdV-D36 por primera vez, lo que puede ser importante para la salud tanto de esta especie animal como de los humanos, ya que aún no se ha investigado su potencial zoonótico”, por lo que “no se puede descartar la transmisión en la población canina, así como entre perros y humanos”.

 

Plantean la cuestión de su potencial zoonótico

 

En este artículo, matizan, “hemos analizado el papel de los perros como posibles huéspedes del adenovirus humano 36 y sus implicaciones en la obesidad de estos animales”. Las pruebas de detección de anticuerpos anti-AdV-D36 confirmaron la capacidad del virus para infectar a los perros. En cuanto al análisis de marcadores como la leptina, los triglicéridos y el colesterol, exponen que mostró una correlación positiva entre los niveles de anticuerpos y las concentraciones de triglicéridos, “lo que es parcialmente coherente con los informes de la literatura anterior”. 

 

Por lo tanto, resumen que “los resultados del presente estudio, basado en muestras de suero de 118 perros, revelaron una seroprevalencia de HAdV-D36 del 67,7 %, lo que representa una tasa de infección significativamente mayor en comparación con la observada hasta la fecha en humanos”. Asimismo, añaden que “la investigación presentada en este artículo arroja nueva luz sobre la biología y la gama de huéspedes del adenovirus humano 36 y plantea la cuestión de su potencial zoonótico.

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