El ordenamiento jurídico español, a través de la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, define a los animales de compañía como “animales domésticos o salvajes en cautividad, mantenidos por el ser humano, principalmente en el hogar”. En este sentido, una encuesta mundial reciente indicó que el 58 % de los encuestados poseía mascotas. De estos propietarios de mascotas, el 59 % tenía perros y el 53 % tenía gatos.
Cabe destacar que, en España, los perros y los gatos son los animales de compañía preferidos. De hecho, hay registrados 10.165.498 perros y 967.834 gatos, lo que significa que hay más mascotas que personas menores de 18 años (8.589.495 de una población total de 48.592.909). La misma tendencia se observa en el País Vasco, donde se encuentran registrados 392.234 perros y 32.138 gatos y la población menor de 18 años es de 399.011 (población total de 2.196.745).
Se estima que la tenencia de mascotas a nivel mundial aumentará, particularmente en los hogares de la generación millenial (1980-1994), que tienden a tener familias más pequeñas y tardan más en tener hijos. Los factores económicos también juegan un papel importante: si bien las mascotas requieren cierta inversión, sus costes de mantenimiento son generalmente más bajos.
En cualquier caso, los dueños de mascotas valoran mucho su relación con su mascota, como lo demuestra una encuesta internacional a dueños de perros y gatos en la que el 95 % de los encuestados consideraba que su mascota era un miembro de la familia y casi el 90 % describió su relación como cercana.
Cabe recordar que, mientras que pocos estudios se han centrado en los beneficios para los animales, numerosos estudios han demostrado lo beneficiosas que pueden ser las interacciones con las mascotas para la salud humana, particularmente en lo que respecta al manejo del estrés. Una de las principales explicaciones de cómo las personas se benefician de interactuar con sus mascotas es el apoyo social que proporcionan.
Varias teorías intentan explicar los fundamentos de este vínculo. Una explicación clave es la teoría de la biofilia, que sugiere que los seres humanos tienen un interés innato en la naturaleza y, por extensión, en los animales. Una segunda explicación resalta que el vínculo entre humanos y animales se basa en el apego, un rasgo humano universal en el comportamiento afiliativo. Esto sugiere que los humanos tienen una necesidad natural de conectarse con otros, formando lazos de afiliación y afecto.
La relación entre los humanos y sus mascotas ha fascinado a los investigadores desde hace mucho tiempo, en particular al explorar cómo varía el apego según el tipo de mascota. En este sentido, los gatos y los perros muestran rasgos sociales y de comportamiento únicos que influyen en la dinámica de las relaciones entre humanos y mascotas. Además, se ha descubierto qué características humanas específicas afectan a este apego.
Una investigación realizada por Eider Egaña-Marcos, Olatz Goñi-Balentziaga y Garikoiz Azkona, de la Universidad del País Vasco, ha examinado los factores humanos que influyen en el apego a las mascotas entre los dueños de gatos y perros en el País Vasco. Al investigar estos elementos, el informe tiene como objetivo mejorar la comprensión de cómo los factores humanos dan forma al vínculo entre humanos y animales.
El estudio incluyó un total de 202 participantes, de los cuales el 66,8 % eran dueños de perros y el 74,8 % se identificaron como mujeres, con edades comprendidas entre 18 y 74 años. Asimismo, se excluyó a quienes poseían tanto gatos como perros simultáneamente. La encuesta incluyó preguntas sobre los participantes, así como sobre su relación con sus mascotas (cuánto tiempo habían vivido con ellas o cuánto tiempo pasaban con ellas entre semana y fines de semana).
Los dueños de gatos reportaron haber vivido con sus mascotas por períodos de tiempo significativamente más largos que los dueños de perros. Asimismo, ambos grupos afirmaron que habían dedicado cantidades similares de tiempo con sus mascotas entre semana. No obstante, los dueños de gatos reportaron haber dedicado un poco menos de tiempo que los dueños de perros durante los fines de semana.
En consonancia con muchos estudios anteriores, los resultados indican que el apego es generalmente más fuerte con los perros en comparación con los gatos y que las características del propietario, como ser mujer, más joven, no vivir con niños y la cantidad de tiempo que pasa con las mascotas los fines de semana, están vinculadas a vínculos más fuertes con las mascotas.
Se puede concluir, apoyándose en estudios previos, que los individuos sin hijos pueden ver a sus mascotas como "sustitutos de la descendencia", fomentando así conexiones emocionales más fuertes. En general, estos hallazgos implican que las mascotas desempeñan un papel distintivo en las familias.
Por otra parte, la investigación ha demostrado que los dueños de mascotas que regularmente dedican tiempo a actividades de cuidado con el animal, como es el juego, pueden reportar niveles de apego más fuertes. Sin embargo, la calidad de las interacciones también juega un papel importante; por tanto, las interacciones significativas que fomentan el compañerismo y la comprensión mutua pueden mejorar el vínculo humano-animal, independientemente del tiempo total que se pasa juntos.
Este cambio “puede reflejar cambios en el papel de las mascotas entre las generaciones más jóvenes que están influenciados por la evolución de las normas culturales, una mayor conciencia del bienestar animal y una dinámica social cambiante”.