Una nueva investigación ha arrojado luz sobre la aparición y los factores de riesgo asociados con las complicaciones del uso de catéteres intravenosos periféricos en la clínica veterinaria de pequeños animales del Reino Unido.
Aunque los catéteres intravenosos periféricos (PIVC) se utilizan a diario en la clínica veterinaria para administrar una variedad de tratamientos, están asociados a numerosas complicaciones que pueden comprometer el bienestar del paciente y aumentar el coste de la atención.
El estudio describió a 325 perros y 57 gatos a los que se les colocó un catéter venoso peritoneal en 19 institutos veterinarios.
Los autores descubrieron que se produjeron complicaciones en el 26,7 % de las colocaciones de catéteres venosos periféricos, siendo las más comunes la hinchazón de las extremidades, la sospecha de flebitis y el desprendimiento de los catéteres venosos periféricos. Los factores que aumentaron el riesgo de complicaciones de los catéteres venosos periféricos fueron más de un intento de colocación de los catéteres venosos periféricos, la colocación de un segundo catéter venoso periférico o de catéteres venosos periféricos posteriores, el lavado a intervalos irregulares y el lavado con lactato de sodio. El estudio también descubrió que no se realizó la higiene de manos antes de colocar un catéter venoso periférico en un tercio de los casos.
Estos hallazgos resaltan la importancia de la higiene de las manos antes de la colocación de una válvula intravascular periférica, además de una preparación adecuada de la piel con un mínimo de clorhexidina al 2 %. También enfatizan la necesidad de que el equipo veterinario esté atento al monitorear a un paciente con una válvula intravascular periférica, especialmente a aquellos con factores de riesgo que puedan aumentar el riesgo de complicaciones.
“Nuestra ambición es, en última instancia, reducir las consecuencias adversas del uso de catéteres PIVC en la clínica diaria, lo que a su vez, esperamos, mejorará el bienestar de las mascotas que atendemos y reducirá la prescripción de antibióticos para tratar las infecciones relacionadas con los catéteres”.