El pasado 29 de octubre, más de 200 personas murieron y decenas permanecen desaparecidas por las graves inundaciones que afectaron principalmente a la región de Valencia.
En unas pocas horas cayó en algunas zonas el equivalente a un año de lluvia, lo que provocó grandes riadas que arrasaron localidades enteras, dejando atrapadas a miles de personas. En algunos lugares se registraron más de 500 litros por metro cuadrado.
Las precipitaciones, que llegaron acompañadas de fuertes vientos y tornados, fueron provocadas por un fenómeno meteorológico conocido como Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ha afectado a una amplia zona del sur y el este del territorio español. Entre los afectados también se encuentran miles de animales, tanto de granja como mascotas.
Ante esta trágica situación, el Colegio de Veterinarios de Valencia trabaja desde el día después de la riada para tratar de paliar los devastadores efectos de la DANA tanto sobre sus colegiados como con los propios animales.
En esta labor se ha sumado toda la comunidad veterinaria de la provincia: las propias Consejerías de Agricultura, Sanidad y Medio Ambiente, la patronal del sector clínico; las dos facultades de Veterinaria y casi 400 veterinarios voluntarios.
Una de las veterinarias que más conoce cómo se está viviendo toda esta situación es Diana Uribelarrea, coordinadora de asistencia veterinaria en zona cero del Colegio de Veterinarios de Valencia para la DANA, a quien resulta de agradecer que haya hecho un hueco para participar en el podcast de Diario Veterinario.
La veterinaria ha comenzado haciendo un repaso de la situación general de las primeras actuaciones como voluntaria, describiendo el estado en el que se encontraban las poblaciones, las personas y sus animales. Asimismo, ha comentado cómo realizaba las coordinaciones de los distintos movimientos voluntarios entre las zonas afectadas, todo ello “sin experiencia ninguna en este campo”, pero realizando las tareas sobre la marcha.
Equipo de veterinarios voluntarios en uno de los puestos montados en una parroquia.
En lo que respecta a la ayuda recibida por los veterinarios, a muchos de ellos, indica, se les ayudó a limpiar sus clínicas, “si todavía seguían en pie”. En cuanto empezaron a funcionar, “llevamos material que se había destrozado por completo para que empezaran cuanto antes con la acción clínica”.
Urribelarrea ha repasado la labor que los veterinarios también han llevado a cabo sobre la población general, como la ayuda a las mascotas o el análisis microbiológico de las heces y el barro de los animales afectados.
Sobre la situación en la que se encuentran los grandes animales, comenta que existen granjas enteras en las que se han quedado sin comida, por lo que se están gestionando donaciones de alimento. En los pequeños animales, “hemos visto desde pequeños cortes hasta neumonías por aspiración por haber aspirado agua o barro”.
Veterinarios con uno de los animales rescatados.
No obstante, matiza que actualmente lo que más se están encontrando son diarreas hemorrágicas, ocasionadas “por algún agente microbiológico que estaba en el barro y en las aguas”. Así, ante la imposibilidad de los dueños de ingresar a los animales al tener sus coches destrozados, han sido los propios veterinarios los que han ido a recoger a los animales.
Desde el enfoque One Health, la veterinaria ha expuesto su preocupación sobre las posibles zoonosis que puedan transmitirse entre animales y personas. Concretamente, alerta del riesgo de que las personas que están limpiando y expuestas a agentes patógenos puedan llevar bacterias a sus mascotas, y ha puesto el ejemplo de la leptospirosis como la principal zoonosis ya notificada.
Una de las veterinarias voluntarias atendiendo a un perro.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS DE LOS VETERINARIOS
Además de las terribles pérdidas humanas ocasionadas por la DANA, las pérdidas económicas son otras de las consecuencias ocasionadas por el trágico evento. En este sentido, la voluntaria ha lamentado que “desgraciadamente habrá muchos veterinarios que no podrán abrir sus clínicas”, y ha comentado las distintas líneas de ayuda que existen para todas las personas que han perdido sus negocios, incluidos los clínicos. Otra muestra de solidaridad destacada ha sido la línea de apoyo creada de psicólogos para veterinarios afectados.
Por último, Urribelarrea ha concluido la entrevista con historias de esperanza y final feliz, como perros rescatados de las zonas afectadas.
Veterinarios tras una larga jornada de trabajo.