El tratamiento primario para cualquier neoplasia subcutánea es, siempre que sea posible, la resección quirúrgica, y el seguimiento depende del resultado de la operación para lograr márgenes limpios adecuados. Los márgenes limpios se obtienen cuando se mantiene una distancia específica (generalmente en mm o cm) desde las células neoplásicas hasta los márgenes resecados; por lo tanto, son identificables solo mediante una evaluación histopatológica. Si no se obtienen márgenes limpios, el pronóstico empeora, lo que requiere el inicio de tratamientos adicionales como quimioterapia o radioterapia, cuando sea posible. Garantizar márgenes limpios es crucial para mejorar los resultados y reducir la necesidad de intervenciones más agresivas en el manejo y el cuidado del paciente. Por esta razón, tanto la creación como la evaluación precisa del anillo específico que rodea el tumor son cruciales para el pronóstico del paciente. Un anillo bien definido puede afectar significativamente las decisiones de tratamiento, lo que en última instancia influye en la efectividad de las intervenciones y mejora los resultados generales del paciente.
La contracción de los tejidos es un proceso bien documentado y conocido que altera notablemente el tamaño del tejido una vez extirpado y, por lo tanto, conduce a una discrepancia evidente entre las mediciones quirúrgicas e histopatológicas. Si bien este fenómeno es ampliamente reconocido en la literatura médica, sigue habiendo una falta de recomendaciones prácticas claras para mitigar su impacto en el entorno clínico cotidiano, lo que deja a los médicos o veterinarios sin estrategias definitivas para abordar este desafío de manera efectiva.
MÉTODO SENCILLO Y EFECTIVO BASADO EN CORCHO Y AGUJAS
Un equipo de veterinario de Suiza se ha propuesto evaluar la efectividad de una técnica nueva y rentable para evitar la contracción de la piel. Plantearon la hipótesis de que la técnica permitiría mantener las dimensiones originales de la muestra incluso después de la fijación con formalina, lo que daría como resultado un nuevo método de muestreo efectivo y eficiente.
El estudio se realizo sobre tejido de cadáveres de gatos. Los cadáveres se colocaron en decúbito lateral y se seleccionaron secciones bilaterales de las regiones del tórax, flanco y fémur. Se obtuvo un total de seis muestras de cada gato. Las muestras del tórax se tomaron inmediatamente caudalmente a las extremidades anteriores, las muestras del flanco se seleccionaron inmediatamente posteriores a las costillas y las muestras del fémur se recolectaron de la pata trasera aproximadamente a la mitad del muslo. Todas las muestras recolectadas incluyeron el tejido subcutáneo y la fascia subyacente.
Todas las muestras tenían forma circular y su diámetro preescisional fue de 50 mm. Se utilizaron plantillas de plástico flexibles de 50 mm prefabricadas para marcar las áreas de escisión con marcadores cutáneos. Luego de dibujar la zona de escisión sobre la piel del gato, se controló el diámetro con un calibrador digital (lectura 0,01 mm). Se marcó el centro de la zona en el medio de la sección dibujada y se trazaron una línea vertical y una horizontal para delinear y marcar los puntos cardinales cráneocaudal y ventrodorsal.
Inmediatamente después de la toma de la muestra y sus mediciones, los márgenes laterales y profundos de los especímenes se tiñeron con tinta y las mismas mediciones se repitieron 10 minutos después de la incisión en todas las direcciones con el mismo método.
SIN CONTRACCIÓN DEL TEJIDO TRAS 48 HORAS
Las muestras se midieron en tres puntos temporales en total: T0 (tiempo de escisión), T1 (10 min después de la incisión) y T2 (al menos 48 h después de la recolección de la muestra y la fijación con formalina). Las muestras del grupo de estudio se estiraron y se fijaron en una placa de corcho con agujas puntiagudas después de la escisión para restaurar sus dimensiones originales. Todas las muestras exhibieron una tendencia similar. Después de 48 h de fijación con formalina, las muestras de control mostraron una contracción significativa, con una reducción del 25,73 % en el radio y del 26,32 % en el diámetro.
En cambio, las muestras fijadas en corcho mostraron cambios mínimos, con una reducción del radio de -0,28% y ningún cambio en el diámetro.
Ante estos resultados, los autores han comentado que las muestras de piel extraídas para nuestro estudio mostraron una contracción notable después de la recolección, lo que puede dar lugar a discrepancias significativas entre la evaluación de los márgenes quirúrgicos e histopatológicos. “Este aspecto puede conducir a evaluaciones clínicas y terapéuticas inadecuadas y a decisiones menos precisas con respecto a la necesidad o el tipo de tratamientos posibles”.
La contracción del tejido fue, tal y como explican, evidente en todas las muestras de ambos grupos inmediatamente después de la incisión, comenzando aproximadamente en un 20%, y continuó en cierta medida antes de la fijación con formalina, hasta alrededor del 25-26%. Esto indica que “todos los tejidos se encogieron aproximadamente una cuarta parte de sus dimensiones iniciales dentro de los primeros 10 minutos después del corte”.
SOLUCIÓN VIABLE Y ECONÓMICA
El posterior procesamiento diferente de las muestras de los dos grupos reveló una clara disparidad después de la fijación con formalina. Mientras que el grupo de control mostró una tasa de contracción estable de aproximadamente el 26%, “las muestras que se fijaron en la placa de corcho utilizando agujas de punta fina conservaron sus dimensiones originales medidas antes de la incisión”, han celebrado.
Por lo tanto, “esta observación destaca la eficacia de este método para prevenir la contracción fisiológica del tejido”. En consecuencia, esta técnica simple, rápida y rentable “presenta una solución viable para minimizar la contracción de la piel felina, lo que la convierte en un enfoque ideal para investigadores y médicos que buscan preservar las características y dimensiones anatómicas durante el análisis de muestras para mejorar en general la confiabilidad y precisión del diagnóstico, la terapia y el resultado del paciente”, han sentenciado. De hecho, “esta técnica no requiere ningún material ad hoc; y, además, se pueden considerar alternativas similares. Por último, “pero no menos importante, no se necesitan conocimientos técnicos especiales”. Por lo tanto, “proponemos un procedimiento rápido, rentable y fácilmente factible para el control de la retracción de la piel”, han concluido.