La muerte de una mascota no solo es motivo de mucha tristeza para la familia a la que hizo compañía, sino que también es un acontecimiento que va acompañado de sus propios trámites y suele ir precedido por una enfermedad o un accidente que, a menudo, los tutores no saben cómo enfrentar.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado unas recomendaciones para gestionar la enfermedad terminal o muerte de la mascota. En este sentido, explican cuál es el papel de diferentes personas o entidades que pueden ayudar a los tutores: veterinarios, servicios municipales, seguros...
¿SE PUEDE SACRIFICAR A LA MASCOTA?
Lo normal es que un gato, un perro o una mascota de otro tipo no se muera de repente, sino que lo haga debido a una enfermedad, a su edad avanzada o tras haber sufrido un accidente. “Si te das cuenta de que tu mascota está sufriendo y para evitar que el sufrimiento se agrave, lo indicado es contactar con el veterinario”, advierten desde la OCU.
Algunos dueños preferirían sacrificar a su mascota antes que verla sufrir, pero la Ley de Bienestar Animal, aprobada en 2023, hace puntualizaciones al respecto y deja en manos del veterinario las decisiones sobre el final de la vida: si hay posibilidad de tratar al animal, si le administran o no determinados tratamientos, si la única salida razonable es el sacrificio...
Asimismo, desde la organización recuerdan que la vejez o una enfermedad no son por sí solas una razón para poder aplicar la eutanasia. Hay que justificar que el animal tiene sufrimientos por causas de las que no podrá recuperarse. Y el veterinario es quién puede, bajo su criterio, determinar que está justificada la eutanasia.
Además, la ley prohíbe el sacrificio del animal por razones como: la escasez de medios económicos; los problemas para cuidar del animal; la falta de espacio; los problemas de comportamiento que puedan ser reconducidos a juicio de un especialista.
Si la mejor opción es la eutanasia, su precio dependerá del establecimiento veterinario al que acudas, pero suele oscilar entre los 100 y los 200 euros. En algunos casos el coste depende del peso del animal y hay establecimientos que se ofrecen a administrar la eutanasia en el propio hogar familiar.
¿QUÉ HACER SI LA MASCOTA MUERE EN CASA?
“Si tu mascota muere en casa, no puedes quedarte con su cuerpo sin más, por ejemplo, para enterrarlo en tu jardín privado o en un paraje por el que la sacaras a pasear”, advierten. Sin embargo, hay varias opciones alternativas.
Una de las opciones es llamar al servicio municipal de recogida de animales muertos. Algunos ayuntamientos ofrecen un servicio de recogida de animales muertos, que a veces es gratuito y a veces tiene coste. “Llama al teléfono municipal de información y pregunta si existe y cómo funciona. Estos servicios se encargan no solo de la recogida, sino también de dar un tratamiento adecuado al cadáver, como puede ser la incineración, y casi siempre serán la alternativa más económica, cuando no la única gratuita”, aconseja la OCU.
La segunda opción es ir al veterinario, donde te pueden ofrecer varias opciones”, comentan. “Si no quieres que te den las cenizas, te ofrecerá incinerar el cuerpo junto al de otros animales, lo que suele ser más barato. El coste suele ir ligado al peso del animal; cuanto más pesado, más costoso. Los precios suelen empezar en 60 o 70 euros para las mascotas más pequeñas y pueden duplicarse para las más grandes”, señalan. Por otra parte, “si quieres que te entreguen las cenizas, tendrás que optar por una incineración individual, más cara. La operación puede costar de 170 euros en adelante para los animales más pequeños, pudiendo superar ampliamente los 300 euros para los grandes”.
Finalmente, la última opciónes recurrir a una funeraria o un cementerio de mascotas. En este punto, existen también empresas funerarias especializadas en animales, con las que trabajan los veterinarios para las incineraciones, pero a las que puedes acudir directamente.
Igualmente existen cementerios de animales donde se pueden depositar cenizas o incluso inhumar el cuerpo, es decir, enterrarlo con los requisitos que la normativa imponga a efectos de proteger la salud pública. “Y esos cementerios no son solo privados. Empieza a haberlos públicos, como es el caso de El Parque, el primer cementerio público para mascotas, situado en Málaga”, puntualiza la organización.
El coste dependerá mucho del tipo de enterramiento elegido y de la duración del alquiler. Además, es posible que se cobren gastos de mantenimiento anual, los cuales interesa conocer bien antes de decidirse por una opción.
Asimismo, la OCU advierte que “la inhumación por parte del dueño suele estar prohibida por la normativa autonómica y municipal.”
¿QUÉ PAPELEO HAY QUE HACER AL MORIR LA MASCOTA?
Cuando fallece una mascota hay que hacer varias cosas: pedir el certificado que acredite que el animal fue incinerado o enterrado; encontrar el número de identidad que tuviera el animal y que te sería entregado al ponerle el chip; y llevar esa documentación al registro en el que estuviera inscrito el animal y darlo de baja.
Si el fallecimiento ocurre en una clínica veterinaria, el propio veterinario se encargará de hacerlo. Las funerarias y cementerios de mascotas también suelen facilitar estas gestiones, aunque la OCU recuerda que no se debe olvidar “preguntar por todos estos detalles y por su coste para no llevarte una sorpresa”.
¿ES ÚTIL TENER SEGUROS PARA MASCOTAS?
Las mascotas y los riesgos relacionados con ellas pueden estar cubiertos por distintos seguros: muchos seguros del hogar incluyen alguna cobertura relacionada con la muerte de los animales de compañía. Por ejemplo, servicios de eutanasia con tarifas bastante más reducidas que las que ofrece el mercado.
Además, también hay seguros de responsabilidad civil que cubren los daños a personas o bienes que las mascotas puedan causar. De hecho, estos seguros son obligatorios para los perros peligrosos y la Ley de Bienestar Animal tiene previsto hacerlos extensivos a perros de todo tipo. Igualmente, también hay seguros de salud especiales para mascotas.