Aunque para algunos el tema de esta nota pudiera parecer un déjà vu, lo cierto es que la resistencia bacteriana a los antibióticos continúa siendo un problema de salud urgente sin resolver, y que, según un estudio publicado en The Lancet, con el título “Global burden of bacterial antimicrobial resistance 1990–2021: a systematic analysis with forecasts to 2050”, podría ser la principal causa de muertes a nivel global para esa fecha.
Los investigadores acotan las muertes por edad, y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) atribuibles, y asociados con la RAM bacteriana para 22 patógenos, 84 combinaciones de patógenos y fármacos, y 11 síndromes infecciosos, documentados en 204 países y territorios, entre 1990 y 2021, y que incluyeron el número de muertes que involucran sepsis; la proporción de muertes infecciosas atribuibles a un síndrome infeccioso determinado; la proporción de muertes por síndrome infeccioso atribuibles a un patógeno determinado; el porcentaje de un patógeno determinado resistente a un antibiótico de interés; y el riesgo excesivo de muerte o duración de una infección asociada con esta resistencia, fueron la sustancia informativa con la que alimentaron los programas de modelaje y proyección estadística, con los que generaron tres escenarios posibles:
Un escenario de referencia que es un pronóstico probabilístico del futuro más probable; un escenario de medicamentos Gram-negativos que supone el desarrollo futuro de medicamentos dirigidos a patógenos Gram-negativos, y un escenario de mejor atención que supone futuras mejoras en la calidad de la atención médica, y el acceso a antimicrobianos apropiados, presentando estimaciones finales agregadas a nivel global, súper regional y regional.
Los científicos aseguran que, de mantenerse las tendencias de la resistencia antimicrobiana observadas, sumadas a la enorme cantidad de infecciones hospitalarias ocasionadas por el incorrecto y en ocasiones negligente manejo de los pacientes; las bajas tasas de vacunación global; el incorrecto uso de los antibióticos existentes, y la falta de nuevos desarrollos medicamentosos que puedan combatir con eficacia a las bacterias, hongos, y demás patógenos que hoy se han vuelto notoriamente resistentes a la acción antimicrobiana, "ocasionarán un problema de salud a nivel global de proporciones inconmensurables, con un alto costo en vidas humanas y recursos financieros".
“Necesitamos urgentemente nuevas estrategias para reducir el riesgo de infecciones graves mediante vacunas, nuevos medicamentos, una mejor atención sanitaria, un mejor acceso a los antibióticos existentes y orientación sobre cómo utilizarlos de forma más eficaz”, concluye Stein Emil Vollset, epidemiólogo del Instituto Noruego de Salud Pública y del Instituto de Métricas de Salud de la Universidad de Washington, y coautor del estudio.