Mycoplasma hyopneumoniae (M. hyopneumoniae) es el principal agente etiológico responsable de la neumonía enzoótica (EP) en cerdos, a la vez que otros patógenos secundarios también participan con frecuencia en el complejo respiratorio porcino (PRC).
En el tratamiento y control de la neumonía enzoótica se considera la medicación estratégica con antimicrobianos activos, preferentemente contra M. hyopneumoniae, pero también puede ser útil contra las principales bacterias secundarias, especialmente durante los periodos en los que los cerdos tienen riesgo de padecer enfermedades respiratorias.
Hay una serie de estudios sobre la eficacia de los antibióticos evaluados in vitro y los resultados muestran una buena susceptibilidad contra M. hyopneumoniae. Aunque los efectos clínicos de los antibióticos contra M. hyopneumoniae también se han evaluado in vivo, se administran mediante la ingestión de premezclas en los alimentos.
Asimismo, la administración de antibióticos a animales ha sido objeto de un intenso escrutinio debido a su contribución a la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos en la cadena alimentaria.
Como alternativa, el uso de probióticos como aditivos alimentarios para cerdos ha demostrado ser una solución que satisface las expectativas en la producción animal. Por ejemplo, se ha propuesto la administración de diferentes cepas de Saccharomyces cerevisiae para aumentar las concentraciones de inmunoglobulinas, tanto en el calostro como en la leche del cerdo, y disminuir la incidencia de diarrea durante la lactancia.
Además, en otros estudios realizados en las últimas etapas de la gestación y lactancia, se encontró que la administración de S. cerevisiae a las cerdas aumentó el contenido de gamma globulina en su leche, mientras que la administración de mananooligosacáridos de levadura incrementó la concentración de IgG en calostro.
USO DE PROBIÓTICOS PARA MEJORAR LA SALUD DE LOS CERDOS
Se ha descubierto que los probióticos también tienen un efecto inmunomodulador, aunque aún no se comprende completamente su mecanismo de acción. Los probióticos también estimulan las células inmunocompetentes para producir citocinas que mejoran, reducen o regulan el sistema inmunológico local y su respuesta. Los estudios se han realizado principalmente en humanos y han demostrado que el efecto inmunomodulador del probiótico estudiado provocó un aumento en la actividad de las células fagocíticas y que la variabilidad dependía de las especies y cepas de bacterias, la viabilidad de las bacterias y la dosis de la preparación probiótica utilizada.
Con respecto a esto, se cree que el posible efecto inmunomodulador de los probióticos está implicado en el mantenimiento del equilibrio de los linfocitos Th1/Th2 en cooperación con los linfocitos Th17 y los linfocitos T reguladores.
En un proyecto realizado por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, se ha descrito el impacto de dos tratamientos probióticos, uno basado en S. cerevisiae vivo y otro basado en Saccharomyces cerevisiae fragmentado (betaglucanos), que se administraron a lechones al nacer y antes del desafío con M. hyopneumoniae.
Se dividieron treinta y dos cerdos en cuatro grupos de ocho animales cada uno. Conviene destacar que los animales tenían libre acceso al agua y a la comida. Los grupos fueron los siguientes: Grupo A, control negativo no tratado; Grupo B, inoculado por nebulización con control positivo de M. hyopneumoniae; Grupo C, tratado primero con S. cerevisiae desintegrada (Sc desintegrada) e inoculado mediante nebulización con M. hyopneumoniae; y el Grupo D, tratados con levadura S. cerevisiae viva (Sc viva) e inoculados mediante nebulización con M. hyopneumoniae.
MENOR INCIDENCIA DE LESIONES PULMONARES
Los resultados de la evolución clínica, el grado de lesiones neumónicas y los parámetros productivos de los grupos C y D tratados sugieren, según comentan los autores, que S. cerevisiae tiene un efecto inmunomodulador en la neumonía crónica proliferativa por M. hyopneumoniae caracterizada por hipersensibilidad retardada, que depende de la alteración o modulación de la respuesta inmune respiratoria.
Por ejemplo, las lesiones pulmonares patológicas encontradas en los grupos expuestos a M. hyopneumoniae, los cerdos del grupo A no tratado ni expuesto tuvieron lesiones pulmonares muy leves. Los cerdos del Grupo B que solo fueron desafiados con M. hyopneumoniae presentaron lesiones consolidadas de color gris rojizo en todos los animales que variaron en extensión del 9,2 % al 29 %, localizadas principalmente en las áreas craneoventrales de los lóbulos pulmonares. No obstante, “los animales de los Grupos C y D tratados con S. cerevisiae desintegrada y viva, respectivamente, y desafiados con M. hyopneumoniae presentaron áreas consolidadas de color gris rojizo con extensiones de 0,1% a 1,0 % en algunos cerdos del Grupo C y de 1,4 a 4,2% en el Grupo D”.
Estos resultados revelan que “cuando los cerdos fueron desafiados con Mycoplasma hyopneumoniae en condiciones controladas, mostraron protección contra la neumonía enzoótica; por lo tanto, quizás podría comportarse como un inmunodulador, lo que nos sigue dando orientación para continuar con las investigaciones para corroborar este efecto”.
En resumen, “los datos presentados en este estudio mostraron que S. cerevisiae contribuyó a la resistencia innata de los cerdos infectados”.