Identifican una medida de manejo clave para el control de la neumonía enzoótica porcina

Un estudio reciente dirigido por investigadores de Estados Unidos está dando nuevos pasos para eliminar Mycoplasma hyopneumoniae (M. hyopneumoniae), una bacteria que causa enfermedades respiratorias en los cerdos, la denominada neumonía enzoótica. 

M. hyopneumoniae es uno de los patógenos bacterianos porcinos más importantes en todo el mundo, lo que afecta el bienestar animal y causa importantes pérdidas económicas a la industria porcina. Los hallazgos de este estudio demuestran que es posible una estrategia de diagnóstico destinada a ayudar a eliminar el patógeno de rebaños individuales y, finalmente, erradicarlo por completo.

El estudio fue dirigido por las investigadoras Amanda Sponheim y María Pieters. Esta última señala que M. hyopneumoniae no sólo es costosa para los ganaderos, sino que la neumonía que causa, impacta significativamente en el bienestar animal. "Estos cerdos están sufriendo mucho, esencialmente se destruye el sistema que limpia su tracto respiratorio, abriendo la puerta a otras infecciones", explica la científica.

En el estudio, Pieters y su equipo se centraron en el paso crucial de confirmar la exposición al patógeno de las cerdas recién introducidas en una manada, conocidas como primerizas de reemplazo. Tal y como argumentan, “las primerizas se introducen regularmente en los rebaños para mejorar la productividad, pero ese proceso puede crear un ciclo continuo de enfermedades a medida que las primerizas de reemplazo y sus lechones quedan expuestos a enfermedades que circulan en un rebaño”.

Por esta razón, “uno de los componentes más importantes para controlar o eliminar M. hyopneumoniae es el cierre del rebaño, cuando no se introducen nuevos animales mientras haya casos positivos”. Es decir, si un ganadero es capaz de mantener una piara cerrada hasta que todos los cerdos hayan pasado por el período infeccioso, entonces las nuevas primerizas y los lechones podrán unirse a la piara sin riesgo de enfermedad, ya que las bacterias habrán sido eliminadas efectivamente de la piara.

Sin embargo, explican, “para que el cierre de un rebaño sea exitoso, se debe programar con precisión para garantizar que cualquier animal positivo haya superado el período infeccioso de aproximadamente 8 meses antes de la reapertura. Esto significa que es crucial identificar el día cero de las primerizas de reemplazo, o el primer día de su infección después de ser introducidas en un rebaño positivo. Una vez que se identifica el día cero, el reloj está configurado para el cierre del rebaño”.

Por otra parte, conviene recalcar que el estudio analizó diferentes técnicas de exposición que se utilizan en las granjas, así como diferentes enfoques de recolección de muestras. De hecho, los investigadores determinaron que “la recolección de muestras específicas de cerdos vivos llamadas secreciones traqueales profundas resultó más eficaz para la detección temprana de M. hyopneumoniae, permitiendo así la identificación más precisa del día cero”.

En términos prácticos, esta investigación ofrece conocimientos valiosos para veterinarios y ganaderos. El estudio, finalmente, recomienda esquemas de recolección de muestras personalizadas basadas en la exposición esperada de la población y cuestiona las pautas existentes sobre el tamaño de la muestra. Los hallazgos proponen un “nuevo enfoque para decidir cuántos cerdos analizar y cuándo”, proporcionando una forma más estratégica y eficiente de gestionar y eliminar M. hyopneumoniae en piaras de cerdos.

Según remata Pieters, M. hyopneumoniae “es una bacteria difícil y no existen muchos recursos. Pero en los últimos 15 años, el conocimiento que hemos generado en la Universidad de Minnesota ha sido crucial para el diseño de estrategias de erradicación de enfermedades”.

Como conclusión, estos avances son una gran ayuda para el bienestar animal y para los ganaderos y, de hecho, en algunos países, “el uso de estas estrategias ha llevado a la eliminación completa de M. hyopneumoniae”. Mientras tanto, Pieters y su equipo “continúan diseñando estrategias que se ajusten al modelo de producción norteamericano, de modo que esa tendencia continuará a nivel mundial, a medida que las granjas comerciales vean los beneficios”, argumenta la investigadora.