La anestesia es una herramienta esencial en la clínica veterinaria. Permite realizar procedimientos quirúrgicos y diagnósticos que de otro modo serían imposibles. Existen varios fármacos y técnicas anestésicas, así como distintas vías de administración, siendo la anestesia intravenosa una de las más populares.
El pasado 2021, los veterinarios españoles Rocío Bustamante, Gustavo Ortiz-Díez, Susana Canfrán, Ignacio A Gómez de Segura y Delia Aguado, de la Universidad Complutense de Madrid, llevaron a cabo una encuesta en la que recogieron información sobre el uso de anestesia intravenosa total (TIVA, por sus siglas en inglés) en perros y gatos.
Tras recibir los cuestionarios, los investigadores han concluido que un total de 275 (92 %) de los participantes habían usado TIVA. De ellos, un 24 % raramente, un 36 % a veces, y un 40 % muy a menudo o siempre. Hubo una asociación entre una mayor tasa de uso de TIVA y un bajo nivel de especialización, así como una menor experiencia clínica y una falta de disponibilidad de sistemas de inhalación de gases anestésicos.
Recientemente, los mismos autores han buscado ampliar la información y el conocimiento sobre el tema con un nuevo trabajo. Se envió un cuestionario anónimo por correo electrónico a diplomáticos y residentes de los Colegios Americano y Europeo de Anestesia y Analgesia Veterinaria, para recabar información sobre el uso, las ventajas percibidas, las razones para el uso o no de anestesia intravenosa total y las actitudes hacia esta técnica en perros y gatos.
Los autores obtuvieron 153/703 respuestas (66 % diplomáticos, 34 % residentes). Aunque el 99 % y el 94 % de los encuestados utilizaron TIVA en perros y gatos respectivamente, solo el 14 % la utilizó con frecuencia (varias veces a la semana) en perros y menos del 1% en gatos.
Asimismo, la mayoría de los encuestados utilizaron propofol (97%, perros) y alfaxalona (85%, gatos), principalmente combinados con opioides. Por otro lado, las razones para no utilizar TIVA con mayor frecuencia incluyeron una recuperación prolongada (49%, perros; 61%, gatos), un mayor coste (46%, perros) y preocupaciones sobre la acumulación de fármacos (44 %, gatos).
En cuanto al uso frecuente de TIVA, descubrieron que fue impulsado por indicaciones clínicas (100 %) y una mayor estabilidad hemodinámica (87 %). Una mayor proporción de encuestados que utilizaron anestesia intravenosa total informaron con frecuencia la alta estabilidad del plano anestésico (20 %) y no estaban de acuerdo con utilizar TIVA solo cuando existía una indicación clínica específica.
Los investigadores concluyen que se ha informado del uso de anestesia intravenosa total, aunque de forma ocasional, entre los anestesiólogos veterinarios. “Las indicaciones clínicas para la TIVA son la razón más probable para su uso, mientras que factores como una recuperación prolongada o un mayor coste pueden limitar su uso”.