La comunicación entre especies es un área de investigación floreciente. Explora las complejidades de cómo las diferentes especies, particularmente los humanos y los animales no humanos, intercambian información y se conectan en varios niveles. Históricamente, la idea de la comunicación entre especies fue recibida con escepticismo con respecto a la capacidad de los animales para comunicarse de manera efectiva. Sin embargo, la investigación contemporánea ahora enfatiza el lado humano de esta dinámica, centrándose en cómo los humanos pueden adaptarse y mejorar su comunicación con animales no humanos.
Este cambio, que reconoce que los humanos a menudo tienen nociones preconcebidas sobre otros animales, sus estados de conciencia y sus capacidades comunicativas, impulsa la comprensión de que "los seres humanos siempre están en comunicación con otros animales". Esta idea sigue siendo relevante incluso cuando los individuos no son conscientes de estas interacciones o les resulta difícil comprenderlas por completo.
RELACIÓN Y COMUNICACIÓN ENTRE PERROS Y HUMANOS
A lo largo de su vida compartida con los humanos, los perros se han especializado en la comunicación con sus compañeros sociales heteroespecíficos. La mayoría de las habilidades comunicativas no parecen aprenderse, ya que son evidentes desde una edad temprana, incluso en los cachorros. Por ejemplo, los perros observan y responden continuamente a la atención de su contraparte humana y ajustan su comportamiento en función de la perspectiva humana. La investigación muestra que esto se extiende a habilidades específicas como el seguimiento de la mirada humana, así como la interpretación de gestos, como señalar con el dedo. El contexto de un gesto de señalar también juega un papel para los perros, ya que se ha demostrado una mayor tasa de éxito en condiciones de cooperación.
Además de interpretar el comportamiento humano, los perros también han desarrollado sus propias estrategias para comunicar información a sus compañeros sociales humanos. Estas incluyen la vocalización y la manipulación física, así como el uso de movimientos corporales o la dirección de la mirada o el posicionamiento físico en una ubicación.
Más allá de la comunicación directa, los perros muestran una forma de contagio emocional, reflejando o respondiendo a los estados de los humanos con los que comparten sus vidas, lo que refleja la forma más primitiva de empatía. Este contagio también se puede ver en un análisis de las respuestas fisiológicas. Por ejemplo, la calidad de la relación y las personalidades de los cuidadores, entre otros factores, influyen en los niveles de cortisona de los animales.
Si bien los perros demuestran una capacidad impresionante para interpretar las señales emocionales humanas, las intensidades afectivas y las experiencias compartidas, la naturaleza intrincada de la comunicación entre humanos y perros revela una asimetría significativa. En el contexto de la comunicación entre especies, los humanos desempeñan un papel doble al expresar amor y atención a sus perros y, al mismo tiempo, ejercer autoridad sobre ellos para integrarlos a la sociedad humana, lo que resalta el papel fundamental que ocupan los humanos en la configuración de la dinámica de la comunicación.
COMPRENDER LA DINÁMICA DE INTERACCIÓN ENTRE LOS PERROS Y SUS DUEÑOS
Hasta la fecha, los estudios han explorado el impacto de la sensibilidad humana a la comunicación no verbal, la experiencia previa con perros y la familiaridad humana en las interacciones con los perros. A pesar de reconocer el papel dinámico y dual de los humanos y destacar su participación fundamental en el proceso de comunicación entre especies, hasta ahora, la contribución activa de los humanos a la formación y dinámica de las conexiones con sus perros no se ha establecido claramente. Por lo tanto, un trabajo realizado en Alemania tuvo como objetivo obtener una comprensión más profunda de la dinámica de interacción entre los perros y sus dueños, al tiempo que explora los determinantes clave que dan forma e influyen en estas dinámicas. La selección del perro como sujeto de este estudio es particularmente ideal, indican, debido a su capacidad única para la interacción mutua compleja y sostenida con los humanos.
Se estudiaron doce parejas de humanos y perros mediante entrevistas narrativas para explorar cómo las personas perciben sus relaciones con sus perros. Además, las parejas participaron en una tarea cooperativa para observar la dinámica de interacción durante las actividades cotidianas.
Los participantes tenían distintas expectativas sobre su relación con el perro, a menudo condicionadas por la infancia o experiencias previas con animales. Incluso antes de la interacción directa, los individuos ya estaban asignando roles a los perros, contemplando si serían percibidos como hijos, amigos o miembros de la familia, enfatizando la creencia de que el perro debe integrarse en su estilo de vida y formar una conexión emocional única.
Los autores pudieron descubrir que las expectativas individuales enmarcan las interacciones y que las nociones tradicionales de propiedad de perros están evolucionando hacia relaciones más familiares. “La evolución de las expectativas similares a las de una familia fomenta vínculos únicos entre dueños y perros”, comentaron. El cambio en el reconocimiento de los animales como simples "mascotas" a "animales de compañía", y sus contrapartes humanas no como "dueños" sino como "cuidadores", “subraya estas expectativas familiares en evolución que los humanos tienen para sus perros”. Así, sugieren que “tratar a los perros como miembros de la familia subraya el reconocimiento de su subjetividad y alteridad”.
Por otro lado, descubrieron que la comunicación eficaz se basa en una combinación matizada de señales verbales y no verbales. “A medida que los compañeros humanos realizan señales de comportamiento a sus perros, los compañeros caninos desarrollan estrategias de comunicación para expresar sus necesidades”. En cuanto a la empatía, indicaron que “surge como un elemento fundamental que guía las relaciones entre humanos y perros más allá de la observación hacia una comprensión más profunda de las dimensiones emocional y experiencial”.
En resumen, “nuestros hallazgos subrayan la profunda influencia de las expectativas, el conocimiento y la empatía humana en la comunicación con los perros”. También destacan el papel fundamental de la compatibilidad entre parejas de humanos y perros, y “enfatizan que dicha compatibilidad es un determinante clave de la satisfacción en las relaciones entre especies”. Estos hallazgos “contribuyen a una comprensión más profunda de cómo los factores humanos modulan la comunicación y la satisfacción en las interacciones entre humanos y animales”.