Veterinarios españoles prueban el uso del calostro de cabra para mejorar la supervivencia de los lechones

El calostro es una fuente rica de nutrientes y compuestos bioactivos que desempeñan un papel clave en la termorregulación, el desarrollo intestinal y la adquisición de inmunidad en los lechones. Debido al aumento del tamaño de la camada en las razas de cerdos modernas, el número de lechones nacidos con bajo peso al nacer, típicamente menos de 1 kg, está aumentando. Este bajo peso al nacer conduce a altas tasas de morbilidad y mortalidad previas al destete, así como a retrasos permanentes en el crecimiento y el desarrollo. Estos lechones tienen una menor probabilidad de supervivencia debido a sus menores reservas de energía corporal, entre otros factores. Desafortunadamente, la producción de calostro no se ve afectada por el tamaño de la camada y, en consecuencia, se distribuye entre un mayor número de lechones en las cerdas hiperprolíficas modernas, lo que conduce a una ingesta insuficiente, especialmente por parte de animales menos competitivos y de menor peso.

El calostro aporta energía altamente metabolizable a los lechones recién nacidos, que se utiliza para combatir la hipotermia, muy común en las primeras horas de vida. La ingesta de calostro aumenta la tasa metabólica y mantiene el equilibrio homeotérmico en los lechones durante el primer día después del nacimiento, y también es beneficiosa para su desarrollo y crecimiento. El componente energético más importante del calostro son los lípidos, que representan el 5-8 % en las primeras secreciones y cambian significativamente con el tiempo.

Los triacilgliceroles (TG) son los principales lípidos en la leche de cerda, representan el 94-96 %, y tienen la función principal de proporcionar energía. Además, los TG presentan ácidos grasos esenciales (AG) cruciales para mantener el funcionamiento normal del cuerpo. El contenido de AG y la composición del calostro de la cerda están influenciados por diferentes factores, incluidos la genética, el estado de lactancia y la nutrición materna.

ALTERNATIVAS AL CALOSTRO PORCINO

Dado que las mortalidades pre-destete ocurren principalmente en los dos primeros días post-parto, la suplementación nutricional al nacimiento es uno de los objetivos prioritarios de la investigación reciente en el sector porcino. Para hacer frente a este problema, se han utilizado varios suplementos nutricionales: calostro de cerda y sus derivados, suplementos energéticos a base de aceites vegetales o glucosa. Sin embargo, el calostro caprino apenas ha sido estudiado como suplemento para lechones recién nacidos. Su mayor digestibilidad podría conducir a una mayor absorción y utilización eficiente de los nutrientes. Además, las cabras producen calostro durante mucho más tiempo (36 h) y en mayor cantidad que las cerdas.

Los cabritos, a diferencia de los lechones, son separados de las cabras nada más nacer, y reciben calostro administrado mecánicamente, sin llegar a utilizar el 100 % del calostro producido el primer día postparto. Por lo tanto, las industrias intensivas de cría de cabras lecheras producen miles de litros de calostro que normalmente se desechan, lo que supone un importante problema económico y ambiental.

Dado que la cerda y la cabra son especies diferentes, es importante realizar un estudio comparativo detallado de la composición de AG de ambos tipos de calostro de antemano. El objetivo de un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia y del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL- CSIC) se ha propuesto determinar los perfiles completos de AG en cabras y cerdas, así como ciertos factores que podrían afectarlos, como el nivel de partos de la cerda y el día posparto de la cabra. A través de este método, los autores se propusieron mejorar el conocimiento del calostro caprino y establecer la hipótesis sobre su potencial como posible suplemento energético alternativo para lechones recién nacidos.

Las muestras de calostro se obtuvieron de dos granjas comerciales ubicadas en el sureste de España. El muestreo de calostro se realizó según las prácticas de manejo estándar para cada especie: ordeño manual para cerdos y ordeño mecánico para cabras.

Un total de quince cerdas (Landrace × Large White) de diferentes rangos de partos (5 cerdas de primer parto, 5 cerdas de segundo a cuarto parto, y 5 cerdas de quinto parto y más) fueron muestreadas. Durante la gestación, las cerdas fueron alimentadas con 2.5 kg/cerda de una dieta comercial de gestación.

Asimismo, se recolectaron muestras de calostro de cabra en su primer (D1) y segundo (D2) día de ordeño posparto. Las cabras fueron alimentadas durante la gestación con una relación forraje (basado en ensilado de maíz). Los perfiles de AG del calostro se analizaron mediante cromatografía de gases.

“UN BENEFICIO AÑADIDO QUE NO DEBE SUBESTIMARSE”

Los autores descubrieron que el valor de partos de las cerdas no afectó la composición de AG del calostro. Se encontraron altas proporciones de ácidos palmítico, oleico y linoleico en ambos tipos de calostro. Los niveles de ácidos palmítico, oleico y linoleico “fueron significativamente mayores en el calostro de cabra D1, mientras que los AG saturados de menos de 14 carbonos se encontraron en mayores proporciones en D2”.

Estos AG, explican, juegan un papel importante en el calostro ya que son una fuente de energía fácilmente disponible y también se les ha atribuido una fuerte actividad antibacteriana.

Ante estos resultados, comentan que el calostro de cerda y de cabra tienen perfiles de AG diferentes, aunque esto no los hace incompatibles desde el punto de vista nutricional. La composición de AG del calostro de cabra “podría ser adecuada para complementar la alimentación de lechones recién nacidos y contribuir así a su supervivencia durante las primeras horas de vida”.

Las cantidades significativas de AGS de cadena corta y media, así como otros AG menores presentes en el calostro de cabra, “podrían contribuir a mejorar el estado nutricional de los lechones neonatos”. Además, “el uso de este producto caprino, del que las granjas intensivas suelen tener problemas para deshacerse y que puede suponer un problema medioambiental, aportaría un beneficio añadido que no debe subestimarse”.

Por lo tanto, a modo de resumen, indican que “el calostro de cabra, especialmente el D2, podría usarse como un suplemento energético alternativo para lechones recién nacidos, en particular para los más débiles y pequeños de la camada, que son los más necesitados”.