Analizan los retos del sector clínico veterinario: gestión empresarial, retención de talento y grandes corporaciones

“Sueldos bajos, la falta de reconocimiento de la profesión, la fuga del talento o el burnout, son algunos de los retos a los que hacen frente los veterinarios de las clínicas de pequeños animales, que es donde trabajan el 60 % de los veterinarios en activo en España (AMVAC y AEDPAC, 2023)”, señalan desde el Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña (CCVC). Al mismo tiempo, el sector vive en un contexto más favorable que nunca: nunca hasta ahora había habido tantos animales de compañía en los hogares catalanes.

Las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades del sector clínico veterinario protagonizaron esta nueva edición de los Desayunos del Consell, que se celebró el 20 de junio y que contó con las intervenciones de Manel López-Béjar, decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB); Pere Mercader, propietario y socio gestor de Veterinary Management Studies (VMS); Mireia Sabaté, coordinadora clínica del Hospital Clínic Veterinario de la UAB; Carme Muntané, fundadora de la Clínica Veterinaria Sant Gervasi, y Judit Vives Puente, directora general del Hospital Veterinario de Cataluña. Moderó la sesión Verónica Araunabeña, presidenta del CCVC.

“Existe una falta de cultura empresarial en nuestro sector; somos veterinarios clínicos, no gestores, y en la Facultad recibimos muy poca formación sobre gestión empresarial”, comentó al abril el debate la presidenta del Consejo. Por alusiones, el decano de Veterinaria explicó que el 5º curso incluye una asignatura sobre gestión, pero “el alumnado ve muy lejos gestionar una empresa y no se implica suficiente” y anunció que “nuestro objetivo como Facultad es revisar la estructura de la materia para enfocarla más en la gestión de la clínica veterinaria”.

Las cifras revelan que probablemente muchos de estos futuros graduados terminarán al frente de una clínica. Mercader explicó que “en España hay unas siete mil clínicas y unos veinte mil veterinarios que trabajan en el sector de la clínica; de ellos, la mitad son propietarios de un negocio”, por lo que los veterinarios llegan a la gestión “por obligación, no por convicción”. La razón es que “la veterinaria es una profesión vocacional y quienes abren una clínica no son inversores ni la abren con visión de rentabilidad; se conforman con dedicarse a lo que les gusta y ganarse la vida razonablemente bien”, remachó. Así, los propietarios de estos negocios acaban aprendiendo “trabajando”, porque “es un sector estable, en el que hemos ido haciendo y los números salen”, según la fundadora de la Clínica Veterinaria Sant Gervasi, Carme Muntané.

Pero la realidad en las grandes estructuras es otra. A medida que la estructura crece, la necesidad de gestionar a todo este personal hace que la parte de gestión y la figura de los coordinadores sean fundamentales.

EL RETO DE CAPTAR Y RETENER TALENTO

La dificultad de captar talento y retenerlo fue también uno de los puntos clave que se discutieron. Para el decano de Veterinaria, “la sociedad está cambiando, y ahora mismo se da más valor a la posibilidad de compaginar la vida personal con la profesional y tener un buen ambiente de trabajo y unas buenas condiciones que tiempo atrás”. En este sentido, para Mireia Sabaté, “si los veterinarios no están a gusto a nivel de condiciones, se marchan a otro sitio para ver si están mejor, parece que hagan el juego de las sillas”. El problema es que, según la coordinadora clínica del Hospital Clínico Veterinario de la UAB, "cuando se han movido tres o cuatro veces y no han encontrado las condiciones que buscaban, esto les genera mucha frustración y acaban abandonando la profesión".

Para Mercader, la retención del talento es un reto al que se enfrentan, sobre todo, las clínicas pequeñas: “Las personas jóvenes quieren que en las empresas pasen cosas divertidas, que haya novedades, como que se compren nuevas máquinas, entren nuevos compañeros para conocer gente nueva, y es en las estructuras grandes donde ocurren más cosas”. Esto, concluyó, “crea un dilema interesante para el propietario de la clínica a la hora de elegir el perfil a contratar: fijo a alguien joven que se quedará aquí dos o tres años, y al que habré dedicado unos seis meses a formar, o ¿contrato a alguien en otra etapa vital y con menos ganas de cambiar?”.

EL BIENESTAR EMOCIONAL EN LA PROFESIÓN

La salud mental es la otra gran lacra de la profesión, que afecta tanto a los trabajadores senior como a aquellos que dan los primeros pasos en el mercado laboral. “A las nuevas generaciones les transmitimos a menudo el mensaje de que cuando empiecen a trabajar lo van a pasar fatal, y les estamos condicionando; el mensaje debe ser otro”, alertó López-Béjar. El decano recordó el proyecto iniciado este 2024 con la Fundación Galatea y cuyo objetivo es radiografiar el bienestar emocional de los estudiantes de Veterinaria de la UAB y diseñar una cartera de servicios para dotarlos de recursos y mejorar su salud mental.

“Dotar de herramientas de carácter preventivo a los futuros profesionales es muy necesario”, apuntó Mercader, y en esta línea Vives señaló que “muchos problemas de bienestar emocional no les provoca sólo el trabajo, sino la suma de factores, y como uno mismo gestiona determinadas situaciones, teniendo en cuenta que trabajamos en un sector con situaciones muy variables y exigentes que son difíciles de predecir”. Para Sabaté, en cambio, el poco bienestar emocional del colectivo va ligado a las condiciones laborales: “No todo el peso debe recaer en la gestión que puede realizar el propio trabajador; la base es mejorar las condiciones laborales”.

LAS GRANDES CORPORACIONES, ¿UNA AMENAZA O UNA OPORTUNIDAD?

La aparición de nuevas estructuras como son las corporaciones, que compran centros y cambian su gestión, es “una evolución natural”, según Mercader, y, en muchos casos, “han subido el listón tanto en calidad como subiendo los precios”. Se trata de fondos de inversión, y, como explicó Vives, a diferencia de los negocios familiares, "las personas que las gestionan miran los números más a corto plazo, por lo que se toman decisiones más drásticas".

En cuanto a las ventajas, para Muntané es que "ofrecen a las clínicas pequeñas la opción de derivar a los pacientes para determinados tratamientos", y para Sabaté que "proporcionan a los veterinarios que trabajan una formación continuada y estancias en otros lugares".

MUTUAS: UNA RELACIÓN MÁS FÁCIL CON EL CLIENTE Y MEJOR SEGUIMIENTO DE LOS ANIMALES

Las mutuas para los animales, al igual que para las personas, ponen al alcance de los clientes determinadas pruebas y ayudan a que se sienta más apoyado. También facilitan el trabajo del veterinario, según Mireia Sabaté: “Se evitan los conflictos con los clientes cuando toca hablar de precios, y nos ayudan a realizar nuestro trabajo sin sufrir por este motivo”. Además, tal y como comenta Judit Vives, “ayudan a realizar un seguimiento más continuado del animal y esto hace que puedan detectarse antes las patologías y se establezca una relación de mayor confianza entre el cliente y el veterinario”.

Otros temas que se trataron en la sesión fueron la venta de medicamentos. España, Italia y Chipre son los únicos países de la Unión Europea donde las clínicas veterinarias no pueden dispensar medicamentos; sólo se permite su cesión, y siempre según lo establecido en el Real Decreto 666/2023, de 18 de julio. En los países donde sí pueden dispensarlos, la venta de medicamentos reporta el 15% de los ingresos a una clínica veterinaria pequeña. Sobre la reivindicación de buena parte del colectivo de poder dispensarlos, Mercader matizó: “La idea es que la venta de medicamentos y productos sea un complemento, no que la empresa dependa, pero con este tema hay una herida abierta”, afirmó, quien explicó que “la lógica del legislador es separar el poder de prescripción y de la venta para que no se haga un mal uso”.

Otro de los temas importantes que se abordó fue el IVA. Para Judit Vives, que el IVA de los servicios veterinarios sea del 21 % “está ligado a cómo nos valora la sociedad, y es una muestra clara de que la profesión veterinaria no está en el foco”. Una afirmación de acuerdo con el punto de vista del decano de Veterinaria, para quien “servicios de los veterinarios clínicos son un bien de servicio público, y la relación de la mascota con el tutor beneficia al bienestar emocional de la sociedad y tiene, por tanto, una función de salud pública”. Para darle la vuelta a la situación, López-Béjar expone que un primer paso ese “aprender a transmitir el mensaje del bien para la sociedad que supone la relación de los propietarios con las mascotas, y quizás también cambiar la forma en que jugamos nuestras cartas”.