La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una de las enfermedades víricas humanas que más preocupan a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su elevada mortalidad, la ausencia de vacunas eficaces, su capacidad de transmisión de persona a persona, la enorme capacidad de mutación del virus que la provoca y su potencial pandémico. En España, donde el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo circula de forma endémica desde hace mucho tiempo, el primer caso se produjo en 2013, y desde entonces ya son 14 los casos de confirmados en el país, con 4 fallecimientos hasta abril de 2024. En Portugal, la primera evidencia de exposición al virus de la FHCC se produjo en 1985, pero no se han producido casos en humanos.
Debido a que no existe tratamiento o vacuna que proteja a las personas contra la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la prevención es la principal herramienta para luchar contra la propagación de esta enfermedad, por lo que es fundamental conocer dónde hay más riesgo de contraerla. El virus causante es transmitido por las garrapatas del género Hyalomma, y aunque sólo causa enfermedad en personas, se trata de un virus que puede infectar a una gran cantidad de especies animales que contribuyen al mantenimiento de las poblaciones de garrapatas transmisoras del virus y a su circulación, y que pueden servir como especies centinela para monitorizar la presencia y la dinámica de la enfermedad.
Un claro ejemplo se encuentra en el ciervo (Cervus elaphus), que ya fue utilizado como especie centinela por científicos del Grupo de en Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) para la elaboración del primer mapa nacional de riesgo de infección por el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Como continuidad al mencionado trabajo de investigación, los científicos del Grupo SaBio del IREC, en colaboración con un equipo multidisciplinar de investigadores internacionales, han analizado el grado de exposición de poblaciones ibéricas de jabalí (Sus scrofa) al virus de la FHCC. Este ungulado silvestre, ampliamente distribuido en la península ibérica, es uno de los principales hospedadores de las garrapatas del género Hyalomma, por lo que los investigadores se plantearon valorar su uso como modelo para identificar los factores determinantes del riesgo de infección de esta enfermedad y plasmarlos en un mapa de riesgo más completo, aplicable a España y Portugal.
Los resultados de este trabajo muestran que el 63.3% de las poblaciones de jabalí y el 19.4% de los animales muestreados fueron positivos al virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo. La mayor exposición al virus se observó en el suroeste de España, en áreas donde la garrapata Hyalomma lusitanicum es más abundante y donde se han producido la mayor parte de casos de enfermedad en humanos.
Izq.: localizaciones de poblaciones de jabalíes analizadas, así como las seroprevalencias en cada una de ellas. Dcha.: riesgo de exposición al virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España y Portugal.
El modelo elaborado usando al jabalí como especie centinela también captó zonas de alto riesgo de infección en el este y el noreste de España, fuera del núcleo de distribución de Hyalomma lusitanicum, pero donde otros estudios han encontrado animales de diferentes especies con anticuerpos frente al virus, por lo que son áreas de circulación del patógeno. En el caso de Portugal, este es el primer mapa de riesgo de exposición frente al virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo. De forma general, el modelo basado en el jabalí anticipa con precisión el riesgo para la población humana y puede servir como herramienta para prevenir la aparición de casos clínicos tanto en España como en Portugal.