Importante paso en el desarrollo de una vacuna frente a la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHF, por sus siglas en inglés) tiene una amplia prevalencia en varias regiones de Asia, Europa y África y se transmite a los humanos principalmente a través de garrapatas. Los síntomas clínicos de la FHCC son similares a los de la gripe típica, manifestándose como fiebre, diarrea, fatiga y somnolencia, y en casos severos, los pacientes desarrollan lesiones renales, insuficiencia hepática y daño pulmonar, con una tasa de mortalidad de aproximadamente 40 % en humanos. No existe una vacuna segura y eficaz para prevenir esta enfermedad, y el virus representa una amenaza para la salud pública en muchos países y regiones, ya que el CCHFV.

Hasta la fecha, la única vacuna desarrollada es la vacuna inactivada desarrollada en la antigua Unión Soviética, que se administró en Bulgaria y posteriormente se suspendió debido a su limitada eficacia protectora. En los últimos años, los investigadores han desarrollado vacunas contra diversas formas de la enfermedad, como vacunas de ADN, vacunas de partículas similares a virus (VLP), vacunas de vectores vegetales, vacunas de subunidades y vacunas de ARNm.

Algunas de estas vacunas también han demostrado su eficacia en animales de experimentación, pero ninguna ha sido evaluada en ensayos clínicos. Entre ellos, la investigación de vacunas de subunidades es relativamente madura, con alta pureza de preparación, pocos efectos secundarios y alta seguridad, y este enfoque se ha convertido en una de las estrategias importantes para desarrollar vacunas contra la CCHF.

Considerando dicho aspecto, un nuevo estudio ha tratado de expresar la proteína CCHFV Np y la proteína Gn, evaluar su inmunogenicidad como vacunas candidatas en ratones y proporcionar una base teórica para el desarrollo de vacunas de nanopartículas CCHF.

Los autores probaron la proteína de cuerpo de proteína vegetal (Zera), “una nueva estrategia en el desarrollo actual de vacunas que puede mejorar la inmunogenicidad”. FFusionaron las proteínas Zera con las proteínas Gn y Np del virus.

Los resultados obtenidos mostraron que las nanopartículas recombinantes Zera-Gn y Zera-Np se expresaron con éxito, y “Zera-Gn tuvo una buena inducción de inmunidad humoral y celular en ratones, y su inmunogenicidad fue significativamente mayor que la de Zera-Np”.

Los resultados indicaron que las nanopartículas de Zera-Gn “tienen el potencial de ser una vacuna candidata para la CCHF, y este estudio proporciona una referencia para el desarrollo de la vacuna de nanopartículas siguiendo esta técnica”.

EUROPA BUSCA SOLUCIONES FRENTE A LA ENFERMEDAD

En 2016 ocurrió la primera muerte en España causada por la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. El hombre, de 62 años de edad, fue picado por una garrapata y dos días después fue trasladado a un hospital de Madrid, donde su estado se deterioró rápidamente, muriendo al noveno día de la enfermedad. No obstante, recientemente se ha conocido que el primer caso de Crimea-Congo en España fue anterior al previamente informado.

Los casos iniciales fueron difíciles de diagnosticar porque la fiebre hemorrágica no había existido en Europa occidental. Desde entonces, en España ha habido un total de 12 casos confirmados, 4 de los cuales fallecieron.

Pero ahora, los científicos advierten que la enfermedad, que puede matar entre el 10 % y el 40 % de los pacientes, se está extendiendo hacia el norte y el oeste de Europa.

"Las garrapatas se están desplazando por Europa debido al cambio climático, con veranos más largos y secos", explicaba el profesor Ali Mirazimi, virólogo del Instituto Karolinska en Suecia.

"Una vez que encontramos las garrapatas infectadas, sabemos que tarde o temprano habrá un brote", lamenta Mirazimi.

El virus está actualmente en garrapatas en diversas zonas, por ejemplo, en Italia, pero no ha habido brotes. En España, el agente viral se encuentra presente en varias comunidades.

Su llegada a nuevas zonas y países resulta peligrosa porque “puede ser difícil para los médicos identificar la nueva enfermedad en los pacientes”, comenta.

Para complicar la situación, el experto explica que no existen tratamientos eficaces, “no hay un buen antiviral, ninguna vacuna aprobada y el conocimiento de la enfermedad no es completo". Esto significa que los médicos “no tienen más remedio que confiar en el tratamiento médico general”, que consiste en fluidoterapia, medicamentos sintomáticos y cuidados intensivos.

Otro desafío destacado por Mirazimi es que una persona infectada con fiebre hemorrágica puede transmitirla a contactos cercanos a través de la saliva y el sudor. Esto representa un riesgo para los miembros de la familia, así como para los médicos y enfermeros que atienden a la persona.

Así que cuanto antes se diagnostique a un paciente, “mejor para todos, porque el diagnóstico rápido permite aislar adecuadamente a los pacientes”.