La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHF, por sus siglas en inglés) es una enfermedad transmitida por garrapatas ampliamente distribuida en los seres humanos, que emerge en diferentes partes del mundo. En Europa Occidental, el primer y único país afectado por esta enfermedad es España, donde el agente etiológico, el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHFV, por sus siglas en inglés), se identificó por primera vez en garrapatas en 2010.
Es de destacar que los primeros casos autóctonos de CCHF se notificaron en 2016. En esta, hasta ahora primera incidencia, el paciente probablemente adquirió la infección por la picadura de una garrapata, mientras que una enfermera (paciente secundario) se infectó mientras cuidaba al enfermo.
Desde entonces, se han reportado 5 casos más de CCHFV en 2018, y 3 más en 2020. Todos estos casos (excepto el caso nosocomial en 2016) surgieron en verano en zonas rurales del centro-oeste de España. Los estudios de campo han confirmado que estas áreas están en riesgo de ocurrencia de FCHF debido a la abundancia de garrapatas vectores Hyalomma lusitanicum. Se ha verificado CCHFV en especímenes recolectados allí y se han observado altas seroprevalencias en animales salvajes y domésticos.
Diversas instituciones sanitarias, entre las que ha participado el Centro de Investigación en Sanidad Animal, INIA-CISA, han llevado a cabo un análisis retrospectivo a raíz de un posible caso de enfermedad que en su día no fue entendido como un caso de CCHF.
“En agosto de 2020 nos contactó una persona que se recuperó de una enfermedad grave en mayo de 2013, que había sido descrita como 'causada por una picadura de garrapata', y que ocurrió en la región de alto riesgo a la que se hizo referencia anteriormente”, comentan los autores. La etiología de la infección permaneció desconocida. No obstante, el caso fue lo suficientemente sugerente como para justificar la revisión de la historia clínica del paciente por parte de los investigadores.
“En el momento del alta no se sospechaba CCHF, probablemente porque esta enfermedad nunca se había presentado en España u otros países cercanos, y el examen de la capa leucocitaria sugirió ehrlichiosis”. Sin embargo, examinando de forma retrospectiva, y con la perspectiva de 7 casos de CCHF en 4 años en España, 5 de ellos en la misma zona, el caso sugiere fuertemente una infección por CCHFV.
Para confirmarlo, los investigadores recogieron una nueva muestra de suero y analizaron, mediante el ELISA, la presencia de anticuerpos contra CCHFV, dando resultados positivos, lo que confirmó la infección.
Este estudio demuestra que la aparición de casos de infección de Crimea-Congo en España se inició 3 años antes del primer caso conocido previamente informado. “Es posible que en el futuro se diagnostiquen casos adicionales de CCHF que datan incluso antes, ya que los anticuerpos parecen ser de larga duración, alcanzando una vida de hasta 7 años”, explican los investigadores en el estudio.
En conclusión, la CCHF debe incluirse en el diagnóstico diferencial después de picaduras de garrapatas en áreas en las que es endémica. Además, el conocimiento de la CCHF es clave para prevenir infecciones nosocomiales entre los trabajadores de la salud expuestos.
UNA DE LAS MAYORES AMENAZAS PARA LA SALUD PÚBLICA
La Organización Colegial Veterinaria (OCV) elaboró recientemente una infografía de las 8 enfermedades que representan una mayor amenaza para la salud pública, y todas ellas provienen de los animales, lo que se conoce como zoonosis.
Entre las enfermedades que mencionan, destaca la fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo. “Se transmite al ser humano principalmente a través de garrapatas y del ganado. La tasa de letalidad de los brotes puede llegar hasta el 40%”, apuntan desde la OCV.
Por ello, cabe recordar el papel clave del veterinario a la hora de velar por la salud de todos los ciudadanos. “Los veterinarios trabajamos en el control y gestión de las enfermedades que compartimos seres humanos y animales en el origen, para evitar así que se transmitan a las personas”.