Dani Serralta, experto africanista, guía de viajes de aventura y director de la Fundación Tribu Kifaru, que lucha para combatir la caza furtiva de África, ofreció recientemente una charla en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León (ULE), en la que aprovechó su estancia en España para explicar la dramática situación en la que se encuentra la fauna salvaje africana, y detallar los casos de algunas especies emblemáticas, como el león, el elefante, el rinoceronte o el pangolín.
Serralta acudió a la Facultad de Veterinaria atendiendo a la invitación formulada por la Asociación Veterinaria para la Asistencia a la Fauna Exótica y Salvaje (AVAFES-León), fiel a su compromiso con la protección de los animales, la lucha contra la caza ‘deportiva’ y para denunciar los graves efectos de la caza furtiva.
En su intervención ofreció algunos datos ciertamente preocupantes y explicó que, si no toman medidas, "en pocos años muchas especies solo se podrán ver en cautividad, en zoológicos o parques", ya que su existencia en libertad está seriamente amenazada. El ránger español relató sus experiencias en Zambia, en donde desarrolla tareas de vigilancia y control desde su fundación con un grupo de rángers para patrullar, a veces con escasos medios, y proteger las especies más amenazadas.
Dani Serralta impartió una charla en la Facultad de Veterinaria.
ÚLTIMOS RINOCERONTES EN LIBERTAD
Los rinocerontes se han convertido en víctimas del crimen organizado y su número está descendiendo a un ritmo muy alto. Serralta mostró algunas fotos y vídeos que causaron gran impacto entre los asistentes a la charla, en las que se podía ver animales a los que se había asesinado para cortarles los cuernos, que alcanzan un elevado valor en el mercado negro por supuestas propiedades medicinales. Con frecuencia los encuentran aún vivos, ahogándose en su propia sangre en una lenta agonía, y no pueden hacer otra cosa que sacrificarles para poner fin a su sufrimiento.
El cuerno de rinoceronte se promociona como una cura para la resaca, el cáncer y la impotencia. En realidad no son verdaderos cuernos, porque están hechos de queratina, el mismo material que compone nuestro cabello y uñas. La mayor demanda de este producto se encuentra en Asia, donde se utiliza en esculturas ornamentales y medicina tradicional.
En los últimos 70 años ha desaparecido el 98 % de la población de rinoceronte negro, y pese a todos los esfuerzos, mueren por la caza furtiva tres ejemplares al día, lo que está conduciendo a la especie a la extinción.
Algo parecido ocurre con el pangolín, otro animal que es absurdamente sacrificado porque hay quien entiende que su carne es un manjar, o por el alto valor que algunos pagan por sus escamas.
En el caso de los leones se produce un fenómeno lamentable, que consiste en que son criados en granjas para que después puedan ser cazados de forma cómoda y segura por pretendidos ‘aventureros’ que están dispuestos a pagar un safari que les haga sentirse ‘cazadores’, cuando no hacen otra cosa que apretar el gatillo y matar a animales prácticamente ‘domésticados’, que les ponen en el punto de mira de su escopeta. El resultado es quela población de leones ha decrecido en un 93 % desde hace 10 años, y ya se han declarado extintos de 16 países.
Tampoco es nada buena la situación de los elefantes, cuya población se ha reducido de forma drástica y en la actualidad apenas llegan a 400.000 en estado salvaje. Serralta comento que mueren por la caza furtiva un 10 % anual y 93 al día. La caza furtiva de elefantes y la demanda de marfil están llevando a este mamífero hacia la extinción.
Además de la caza ‘deportiva’ y el furtivismo, hay otros problemas graves como el crecimiento exponencial de la población humana, el crecimiento del terreno dedicado a las explotaciones agrícolas, la construcción de carreteras, etcétera, que reducen día a día los hábitats de la fauna salvaje.
El ránger español concluyó su charla animando a todos los presentes, muchos de ellos futuros veterinarios, a no rendirse, a continuar en la lucha, y a colaborar cada uno a su manera y como pueda, en la tarea de la conservación.