Las aves sinantrópicas, aves adaptadas a entornos humanizados y que se agrupan en entornos como granjas avícolas y ganaderas debido a la disponibilidad constante de alimentos y agua, pueden actuar como “hospedadores puente”, aumentando el riesgo de transmisión de patógenos y bacterias resistentes a los antibióticos entre animales domésticos y salvajes. Dada la importancia de comprender estas dinámicas, especialmente en medio de la actual panzootia de gripe aviar causada por el clado 2.3.4.4b del virus H5N1 Goose/Guangdong (Gs/GD) y su reciente transmisión entre aves silvestres, explotaciones de vacas lecheras y granjas avícolas, el análisis combinado de prevalencias de patógenos y datos de telemetría ofrecen nuevas perspectivas para integrar la ecología del huésped en la epidemiología de enfermedades infecciosas.
En este contexto, científicos del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), junto con investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD – CSIC) y la Universidad de Extremadura (UEx), han llevado a cabo un estudio marcando estorninos negros (Sturnus unicolor) y recopilando datos continuos de alta resolución de sus movimientos. Estos datos, combinados con la detección de patógenos en las aves marcadas y utilizando el transporte de la bacteria comensal con potencial patógeno Escherichia coli como modelo, proporcionan una visión más completa de cómo las especies sinantrópicas adquieren y transmiten enfermedades en la interfaz entre la vida silvestre, los animales domésticos y los humanos.
Los resultados de la investigación se basaron en la captura, marcaje con transmisores satélites y muestreo de 21 estorninos en una granja de perdices para detectar diversos patógenos, incluyendo el virus de la influenza aviar, el virus del Nilo Occidental (VNO), el ortoavulavirus aviar 1, el coronavirus aviar, Salmonella spp. y Escherichia coli. Aunque no se encontraron virus ni Salmonella, se observó que un individuo tenía anticuerpos contra el VNO o flavivirus de reacción cruzada. Además, se encontró E. coli en el 61% de los estorninos, un comensal habitual pero que puede convertirse en patógeno y que con frecuencia porta mecanismos de resistencias a los antibióticos.
Investigando la ecología del movimiento de estas aves sinantrópicas mediante datos de seguimiento GPS y construcción de redes espaciales, se demostró que los estorninos negros conectan diferentes granjas con sitios urbanos y naturales cercanos, lo que potencialmente facilita la exposición, el transporte y la transmisión de microbios como E. coli. De hecho, al analizar el transporte de E. coli como indicador de la adquisición/dispersión de bacterias, se encontraron diferencias entre las redes espaciales construidas para estorninos positivos para E. coli (n = 7) y negativos para E. coli (n = 9). Los resultados sugieren que los estorninos negros que utilizan sitios naturales tienen menos probabilidades de portar bacterias de importancia para la salud humana y animal en comparación con aquellos más asociados con entornos urbanos.
Este estudio marca un hito al utilizar modelos gráficos aleatorios exponenciales (ERGMs) para determinar la relación entre la conectividad entre parches de hábitat por aves paseriformes sinantrópicas y la prevalencia de patógenos ganaderos/humanos. Además, revela cómo la conectividad de hábitats puede covariar con la prevalencia de patógenos.