En la fauna silvestre “no hay dos días iguales y todo se convierte en una aventura”

La tarea de un veterinario de fauna salvaje es una de las menos conocidas, pero resulta igual o más importante que otras más populares. Uno de los principales pilares es velar por la salud de la fauna silvestre, investigando y conviviendo con el medio que les rodea, y, por ende, cuidando de la salud pública.

Para conocer mejor las tareas de un veterinario de fauna salvaje, Diario Veterinario ha tenido la oportunidad de poder entrevistar a Jaime Galán, veterinario y biólogo experto en animales de fauna salvaje. “Cuando terminé mis estudios de Biología, sentía que aún me faltaba mucho campo de conocimiento y vi claro que también quería hacer Veterinaria”, confiesa.

En cuanto a su trayectoria, se especializó en fauna salvaje y exótica. “Seguí viajando por África haciendo dos estancias en Malaui y Kenia y terminé mis estudios graduándome como veterinario”.

Después de terminar sus estudios y haber podido conocer de primera mano el trabajo de veterinario de fauna salvaje, “hice un máster en epidemiología y salud pública y cofundé NJOVU African Wildlife Conservation”. Actualmente, “combino mi trabajo de campo en Zambia con mi labor como profesor de universidad en España y estudiante de doctorado en Veterinaria en el área de la farmacología en fauna salvaje”. 

Desde entonces, ha trabajado y realizado numerosas estancias tanto en centros y parques zoológicos colaborando en múltiples proyectos en África, como dirigido y coordinado grupos de expediciones formativas en países como Zambia, Zimbabue, Botsuana y Sudáfrica.

CÓMO LOGRAR SER VETERINARIO DE FAUNA SILVESTRE

Galán cuenta que pudo llegar a poder trabajar en África “sacrificando vacaciones, tiempo libre y dinero”, además apunta que “es importante que, por mucho que sea nuestra pasión, nadie va a luchar por ella más que nosotros mismos”.

Estar trabajando de veterinario en la fauna silvestre de África es toda una incógnita, ya que “cada día es un desafío en el que se ponen a prueba los conocimientos de la universidad y la capacidad de adaptación”, confiesa.

El veterinario aconseja para todos los estudiantes de Veterinaria que quieran lograr dar el salto a este campo, que “todo depende de las ganas, el esfuerzo, la disposición al sacrificio y, por supuesto, un buen componente de suerte”. Del mismo modo, señala que, “si de verdad es tu sueño, nada debería ser más importante que eso. La experiencia me dice que, quien lo intenta con verdaderas ganas, lo acaba consiguiendo”, anima.

No obstante, manifiesta que trabajar en el área de la fauna salvaje no es lo más estable, ya que se debe permanecer en su hábitat y eso conlleva muchos riesgos y también renuncias, “es importante valorar ese equilibrio en las distintas etapas de la vida”.

Trabajar en África trae consigo numerosas anécdotas, tanto positivas como negativas. Galán menciona algunas situaciones surrealistas como “ser embestido por un rinoceronte negro, encontronazos con elefantes, despertarse con serpientes en la habitación u oficina, transportar leones en la parte de atrás de una pick up militar o participar en la anestesia de una jirafa salvaje”.

Pero aunque se puedan crear situaciones peligrosas, “cuando te enfrentas a la vida en su esencia más salvaje, saltan todos los prejuicios y descubres que es difícil establecer límites fijos, aprendes cada día que todo es relativo y que es importante tener una mente abierta”.

CONCIENCIACIÓN SOBRE LAS ENFERMEDADES ANIMALES

Después de que se produjera la pandemia mundial originada por la Covid-19, el trabajo de los veterinarios empezó a cobrar más importancia, revelando la importancia que tienen para la sociedad.

Por ejemplo, “al principio de la pandemia, cuando se disipó un poco el humo y las tinieblas, hubo un sincero interés por aprender, no siempre bien satisfecho por quienes debían enseñar. Esto, junto con la ganancia progresiva en seguridad, trajo todo tipo de corrientes negativas”. Por lo que aún queda un largo camino para llegar a entender que “seguiremos estando expuestos a grandes riesgos que nos harán sufrir enormes pérdidas en todos los sentidos”, advierte el experto.

Durante la pandemia se expusieron las debilidades de la sociedad, pero para Galán que ha visitado y trabajado en numerosos países con un desarrollo tecnológico y científico mucho más precario, cree que “la mansión de cristal en la que vivimos en el mal llamado primer mundo nos ha distanciado del miedo que puede ser necesario para el aprendizaje y la precaución”.

PROFESIÓN VETERINARIA EN ESPAÑA

A su juicio, el trabajo de un veterinario en España “debe conseguir un mayor reconocimiento social, pero esto debe hacerse desde dentro y con trabajo. No podemos reivindicar nuestra profesión si no la conocemos, apreciamos y defendemos nosotros mismos”.

Por ello, para intentar lograr un buen reconocimiento como profesionales veterinarios, recuerda que “la excelencia trae resultados y no debería depender de un reconocimiento inicial, es importante lo que hacemos, aunque nadie esté mirando. Creo sinceramente que en España se hace una veterinaria fantástica y que hay grandísimos profesionales, pero creo que también debemos hacer autocrítica y analizar nuestras flaquezas para fortalecerlas”.