Nuevos horizontes en la lucha contra los parásitos en la salud animal

La industria de la salud animal, un mercado en constante evolución valorado en aproximadamente 30 mil millones de euros anuales, se encuentra en un punto de inflexión crucial. La creciente resistencia a los antiparasitarios, combinada con los desafíos impuestos por el cambio climático y las tendencias sociales, está impulsando un cambio radical en el enfoque de la gestión de enfermedades en animales destinados a la producción animal y en las mascotas.

Los antiparasitarios representan el segundo segmento más grande de este mercado, con aproximadamente un 25% de participación. Sin embargo, la mayoría de los ingredientes activos en estos tratamientos se desarrollaron hace más de dos décadas, con algunas excepciones notables como los isoxazolinas. Esta falta de innovación farmacéutica ha dado lugar a un escenario en el que la resistencia a los medicamentos se ha convertido en un problema generalizado y preocupante, especialmente en nuestras ganaderías.

El problema de la resistencia a los medicamentos no es el único desafío. La industria también debe adaptarse a las realidades del cambio climático, que altera la distribución geográfica de los parásitos y, por ende, afecta la prevalencia de diversas enfermedades parasitarias. Asimismo, las demandas sociales actuales hacia tratamientos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente están impulsando la búsqueda de soluciones 'verdes'.

En este contexto, se hace evidente la necesidad de innovaciones disruptivas. La conveniencia en la administración de tratamientos, la eficacia prolongada y la seguridad son aspectos clave que los nuevos productos deben abordar. A esto se suma el potencial de las vacunas contra parásitos, un campo todavía incipiente pero prometedor, que podría revolucionar la manera en que abordamos la prevención de enfermedades parasitarias.

La industria de la salud animal se encuentra en una encrucijada. Para seguir siendo relevante y efectiva, debe enfocarse en la innovación, no solo en términos de nuevos productos, sino también en adaptarse a un mundo en cambio. Esto implica no solo responder a las necesidades inmediatas del mercado, sino también prever y prepararse para los desafíos futuros. La resistencia a los medicamentos, el cambio climático y las demandas sociales son señales claras de que ha llegado el momento de un cambio de paradigma en la salud animal.