Los tripanosomas son protozoos flagelados que pertenecen a la familia Trypanosomatidae y al género Trypanosoma, que abarca una amplia gama de protozoos hemoparásitos que afectan principalmente a los vertebrados. Varias especies, como Trypanosoma brucei, T. vivax, T. congolense, T. evansi y T. equiperdum, pueden causar enfermedades en mamíferos domésticos, lo que genera un impacto socioeconómico sustancial y una disminución de la productividad animal a nivel mundial.
El ganado también puede servir como reservorio de tripanosomas infecciosos para los humanos, como T. brucei rhodesiense y posiblemente T. brucei gambiense, contribuyendo significativamente a la transmisión de la enfermedad del sueño en humanos.
Hasta ahora, la aparición de especies de Trypanosoma en Europa se ha asociado únicamente con el historial de viajes o inmigración de pacientes humanos o la introducción de animales infectados. Sin embargo, hay información limitada disponible sobre la situación epidemiológica de los tripanosomas que infectan naturalmente a los mamíferos en Europa.
A excepción de T. equiperdum, que se transmite sexualmente, estos parásitos se transmiten principalmente por insectos hematófagos. En África se trata principalmente de dípteros pertenecientes al género Glossina, comúnmente conocidos como moscas tsetsé, y parte del ciclo de vida de los parásitos ocurre dentro de estos insectos.
PATÓGENO CAUSANTE DE LA SURRA
Sin embargo, una especie patógena, T. evansi, es única porque no sufre ningún desarrollo ni replicación dentro de la mosca tsetsé. Por lo tanto, la transmisión del parásito está mediada mecánicamente, lo que le permite extender su rango de vector a especies de los géneros Stomoxys, Tabanus e Hippoboscidae. Además, también se han informado otras formas de transmisión, como la horizontal (contacto directo de la mucosa con secreciones parasitadas), vertical (transplacentaria) o iatrogénica (reutilización o mala limpieza de material).
Este tripanosoma patógeno puede causar la enfermedad "Surra" en équidos, bóvidos, cánidos y humanos, aunque es posible que los humanos no desarrollen ningún síntoma aparente.
En la década de 1990, la Surra se informó por primera vez en España cuando se detectó en un dromedario en las Islas Canarias. La hipótesis de que T. evansi fue introducida en las islas desde el extranjero está respaldada por los dromedarios históricamente importados de regiones del norte de África como Marruecos y Mauritania para actividades agrícolas y relacionadas con el transporte.
En 2008, se detectó T. evansi en una granja de camellos y caballos en la provincia de Alicante, tras la importación de un dromedario de las Islas Canarias seis meses antes. Este animal presentó síntomas clínicos, incluyendo pérdida de peso, debilidad y anemia. Después de tratar al dromedario con melarsomina, se tomaron muestras del resto de animales de la granja. Como resultado, 18 animales (16 camellos y 2 caballos) dieron positivo.
Ante los distintos focos de la enfermedad observados en animales exportados desde Canarias, existe un riesgo potencial de propagación de la enfermedad a otros territorios.
Para gestionar mejor la información existente y futura sobre la aparición de la Surra en España y conocer la historia epidemiológica de la enfermedad y la situación actual en las Islas Canarias, un grupo de investigadores españoles, en colaboración con Italia, ha realizado una base de datos/sistema de información centralizado. Los autores elaboraron un 'atlas' nacional que recopila y organiza todos los documentos y datos disponibles que detallan la tripanosomosis causada por T. evansi desde su detección inicial en España.
El atlas fue desarrollado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) en colaboración con la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias.
MUESTRAS DE DROMEDARIOS Y OTRAS ESPECIES
Para el desarrollo del atlas, se construyó un repositorio que abarcaba una variedad de conjuntos de datos y documentos que abarcan desde 1997 hasta 2022. La información de cada fuente, y en particular las ubicaciones georreferenciadas y los resultados de análisis de sangre en animales, se extrajo e integró en un completo base de datos. Se analizaron un total de 31 fuentes, aportando un total de 99 localizaciones georreferenciadas y 12.433 muestras de animales.
En estas muestras se incluyeron cinco categorías de especies animales, siendo los dromedarios los más frecuentemente analizados (63,1 % del total), seguidos de los équidos (16,4 %, principalmente caballos y burros), cabras (11,3 %), ovejas (6,7 %), y bovinos (2,5 %).
De estas muestras, 601 (en su mayoría de dromedarios) resultaron positivas para T. evansi. La prueba de aglutinación en tarjeta para T. evansi (CATT/ T. evansi), una prueba serológica, fue el método de diagnóstico más utilizado y mostró una mayor prevalencia en todas las especies animales analizadas.
En cuanto a la ubicación, los científicos investigaron un total de 99 ubicaciones de diferentes fuentes. La mayoría de ellas pertenecen a la provincia de Las Palmas (85 localidades), principalmente en las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, seguida de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (13 localidades), principalmente la Isla de Tenerife, y la provincia de Alicante (1 localidad). Se encontraron muestras positivas en el 19% de las localidades encuestadas. “Los casos positivos se concentraron principalmente en Canarias, concretamente en la provincia de Las Palmas, encontrándose casos aislados en la provincia de Alicante”, comentan.
UN HITO EN LA COMPRENSIÓN DE LA ENFERMEDAD
Los autores han considerado que este atlas “proporciona una visión general de la historia y aparición de la Surra en España, y representa una valiosa herramienta para futuras iniciativas de control y para la investigación”.
Dada la falta de una base de datos completa sobre la aparición de Surra y otros tripanosomas patógenos en España, “este estudio supone un hito en la comprensión de la enfermedad y su distribución en el espacio y el tiempo”. Además, “no sólo proporciona información sobre los acontecimientos ocurridos hasta la fecha, sino que también sirve como herramienta para el control de enfermedades en el futuro”.
No obstante, apuntan que sigue siendo necesario elaborar más estudios, “especialmente para realizar más pruebas de huéspedes potenciales distintos de los camélidos y para examinar sus posibles vectores de transmisión”.
En resumen, “este atlas pretende ser una herramienta útil para que las autoridades oficiales de sanidad animal, principalmente de Canarias, mejoren las actividades de seguimiento y control, principalmente a través del análisis de riesgos y la consideración de los rebaños en riesgo en las diferentes islas”. Además, en el caso de nuevos brotes de enfermedades, “puede proporcionar información y orientación para implementar medidas adecuadas de profilaxis y control en las regiones afectadas de España”.