Preservar la salud de los animales exóticos de compañía es necesario para hacer un uso responsable de los medicamentos veterinarios. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de León ha tenido como objetivo describir los patrones de prescripción de medicamentos en mascotas exóticas y animales silvestres que acuden al Hospital Docente Veterinario de la Universidad de León (HVULE).
Se realizó un estudio retrospectivo entre 2018 y 2022. Las aves fueron el grupo más grande de animales exóticos que asistieron al HVULE. Las visitas estuvieron relacionadas con motivos de urgencia y por trastornos musculoesqueléticos. Finalmente, un tercio de los animales fueron sacrificados. En cuanto a los tratamientos farmacológicos, los principios activos más utilizados fueron pentobarbital, isoflurano, meloxicam y dentro de los antibióticos, marbofloxacino (categoría B en la clasificación de la Agencia Europea del Medicamento).
Los autores apuntan que “este es el primer estudio que describe el patrón de prescripción en mascotas exóticas y animales silvestres en un Hospital Universitario de Veterinaria durante un largo período de estudio. La mayoría de los estudios encontrados en la literatura son encuestas y otros se centran en todo tipo de mascota”.
En Europa, el 15,7 % de las mascotas son aves; el 9,5 %, pequeños mamíferos; y el 3,7 %, reptiles. Italia, Turquía y España tienen las mayores poblaciones de aves ornamentales; Rusia, Alemania y Francia de pequeños mamíferos y Francia y España de reptiles. En los hogares españoles, el perro es la mascota preferida (21,9 %) seguido del gato (8,2 %). Sin embargo, la presencia de otras mascotas, principalmente aves y peces, ha aumentado considerablemente en los últimos años. Además, según una encuesta realizada en la Universidad de Dublín a veterinarios de mascotas exóticas, las aves ocuparon el mayor número de sus visitas (96,4 %), seguidas de los pequeños mamíferos (89,3 %) y los reptiles (78,6 %). Los perros y gatos visitaban al veterinario al menos una vez al año. Por el contrario, solo el 50 % de los dueños de mascotas exóticas señalaron haber visitado una clínica veterinaria en 2019.
“Hemos observado que las aves acuden al hospital por una urgencia mucho más que los pequeños mamíferos”, explican los autores. Según los profesionales veterinarios, el porcentaje de urgencias atendidas diariamente es mucho mayor en animales exóticos que en perros y gatos. Según indican, varias razones pueden explicar estas diferencias. En este sentido, “estas especies pueden enmascarar su enfermedad hasta que ésta esté muy avanzada, y probablemente los dueños no dediquen tanto tiempo a observar a sus mascotas. Además, tienen requisitos ambientales específicos y sus patrones de comportamiento ante el dolor o la enfermedad aún no se comprenden bien”.
En relación con la hospitalización, los animales exóticos suelen acudir al veterinario cuando las patologías están mucho más avanzadas que en otros animales domésticos. Asimismo, deben tenerse en cuenta las limitaciones económicas de los propietarios para el tratamiento o la falta de medicamentos autorizados para estos animales. En estas situaciones, los autores apuntan que, con trastornos patológicos muy avanzados y pronóstico desfavorable, “se debe realizar la eutanasia para reducir el sufrimiento del animal. Es importante realizar este procedimiento utilizando técnicas que minimicen el estrés”. Los métodos aceptables de eutanasia incluyen la administración intravenosa si se realiza sin causar miedo o angustia. Recomiendan sedación profunda intramuscular o anestesia previa en estas especies, como se realiza en el HVULE.
Algunos fármacos recomendados son la xilazina, los analgésicos opioides, la dexmedetomidina (utilizada para pequeños mamíferos en el HVULE), la alfaxalona o el midazolam, entre otros. Una vez que el animal está inconsciente, se administran soluciones de eutanasia por vía intravenosa (vía de administración utilizada en pequeños mamíferos en el HVULE), intraósea, intracardíaca o intratorácica (estas dos últimas utilizadas en aves en este hospital). Las tasas de eutanasia fueron relativamente más altas (34 %) en comparación con los animales de compañía, como perros (1 %), gatos (2 %) o conejos (4 %). Los investigadores relacionaron sus tasas de eutanasia con la mayor gravedad de los trastornos en estos animales.
TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS
En cuanto a los tratamientos farmacológicos, el grupo más utilizado fue el QN (Sistema Nervioso), siendo el pentobarbital y el isoflurano los principios activos más prescritos, ya que un tercio de los animales evaluados en este estudio fueron sacrificados. Los opioides también se utilizaban con bastante frecuencia.
El segundo grupo más utilizado fue el QB (sangre y órganos hematopoyéticos), en determinadas soluciones que afectan el equilibrio electrolítico, lo que concuerda con que la mitad de los pacientes estuvieron hospitalizados y recibieron fluidoterapia.
Por otro lado, el meloxicam se utilizó con bastante frecuencia ya que un gran número de pacientes padecían trastornos musculoesqueléticos. Este medicamento se receta comúnmente de forma no autorizada para el dolor y la inflamación en muchos animales exóticos y de zoológicos, incluidos reptiles y aves. “Hoy en día, es el fármaco de elección debido a su uso generalizado y la baja incidencia de toxicidad reportada en prácticas con animales exóticos”, añaden.
El uso inadecuado de antimicrobianos es una amenaza potencial para la salud pública. Se han informado bacterias multirresistentes en varias especies animales exóticas, como estafilococos resistentes a la meticilina en conejos y aves, enterobacterias productoras de β-lactamasas de espectro extendido en tortugas y aves silvestres, o Escherichia coli resistente en aves silvestres. Concretamente en la Península Ibérica, Pseudomonas spp. mostró los niveles más altos de resistencia entre aves, mamíferos y reptiles, y la resistencia a múltiples fármacos también fue significativa en Enterobacterales.
Para aquellos antibióticos pertenecientes a la categoría B (Restringir), el marbofloxacino fue el más utilizado en el HVULE.
Por otra parte, los antibióticos de la categoría A (Evitar), que deberían administrarse a animales de compañía en circunstancias excepcionales, “se utilizaron sólo una vez en el HVULE, mientras que los pertenecientes a la categoría B (Restringir), cuyo uso debería restringirse en animales debido a su importancia crítica en la medicina humana, se recetaban con bastante frecuencia en el hospital. Sin embargo, los antibióticos pertenecientes a la categoría C (Precaución), que deben usarse sólo cuando no existan antimicrobianos eficaces de categoría D (Prudencia), son mínimos. Finalmente, aunque la categoría D es el primer grupo de elección, su utilización no es muy elevada en nuestro estudio”.
No obstante, los autores subrayan que las posibles limitaciones de este estudio incluyen la representatividad de la muestra y es posible que los resultados no sean generalizables a otras clínicas u hospitales veterinarios. “Aunque se hicieron importantes esfuerzos para identificar especies animales, características demográficas, signos clínicos y prescripciones farmacéuticas utilizando metodologías manuales y semiautomáticas, es posible que los autores hayan pasado por alto descripciones poco claras o faltantes. Además, la pandemia de COVID-19 ocurrió durante el período de estudio y pudo haber tenido un impacto en las visitas al hospital. Sin embargo, a pesar de estas limitaciones, nuestros hallazgos pueden ayudar a generar más debates sobre el uso prudente de varios grupos farmacológicos en este tipo de animales, que cada vez son más populares entre la población”.
“Los hallazgos del estudio proporcionan datos suficientes a los responsables de políticas veterinarias y de educación destinados a mejorar las prácticas de uso de medicamentos y el uso de antimicrobianos en la profesión”, concluyen.