Una reacción de hipersensibilidad tipo 1, o reacción de hipersensibilidad inmediata, está mediada por IgE y da como resultado la desgranulación de mastocitos y basófilos. Las reacciones de hipersensibilidad tipo 1 ocurren después de la exposición a alérgenos como alimentos, medicamentos, veneno o vacunas.
Los signos clínicos que se observan con las reacciones de hipersensibilidad tipo 1 varían de leves a graves y dependen no solo de la especie, sino también de los órganos afectados. Algunos signos observados con reacciones leves incluyen prurito, angioedema y urticaria, mientras que las reacciones graves pueden provocar obstrucción de las vías respiratorias, hipotensión y muerte.
Las reacciones leves generalmente se clasifican como reacciones alérgicas, mientras que las reacciones graves se denominan reacciones anafilácticas. Dada la gravedad de la anafilaxia, es importante distinguirla clínicamente de las reacciones alérgicas. El tratamiento para la anafilaxia consiste principalmente en epinefrina (adrenalina) y reanimación con líquidos intravenosos.
El tratamiento de las reacciones alérgicas se ha investigado en la literatura veterinaria sobre perros. En un estudio retrospectivo reciente, se observó que no se observaron diferencias en la respuesta a la terapia ni la necesidad de una intervención adicional cuando se agregó glucocorticoide a la difenhidramina para el tratamiento de reacciones alérgicas en perros. El tratamiento con antihistamínicos tiene como objetivo regular a la baja la respuesta alérgica y reducir los signos clínicos como la urticaria, el prurito, el eritema y el angioedema. Así, las formulaciones inyectables proporcionan un inicio de acción rápido.
Los glucocorticoides regulan a la baja la respuesta inflamatoria eosinofílica de fase tardía. También se cree que los glucocorticoides bloquean la cascada del ácido araquidónico y pueden aliviar los signos prolongados y prevenir la anafilaxia. Es importante tener en cuenta que, si bien muchos médicos administran glucocorticoides para la reacción inmediata, tardan de 4 a 6 horas en comenzar los efectos beneficiosos, independientemente de la vía de administración.
Dada la limitación de estudios en gatos en esta materia, el objetivo principal de un trabajo realizado por investigadores de EEUU fue informar el resultado del tratamiento inicial de reacciones alérgicas en felinos con el antihistamínico difenhidramina solo frente a difenhidramina más glucocorticoide.
Los objetivos secundarios fueron reportar la recurrencia de signos y la necesidad de intervención veterinaria adicional en los días posteriores al tratamiento inicial y determinar la incidencia de reacciones alérgicas.
Se realizó un estudio retrospectivo sobre 73 gatos tratados por reacción alérgica con difenhidramina sola o en combinación con un glucocorticoide en un hospital veterinario de referencia entre el 1 de enero de 2012 y el 31 de marzo de 2021.
La causa desencadenante era conocida o muy sospechosa en 50 casos. Las vacunas fueron la causa sospechosa más común documentada en 31 casos, seguidas de envenenamiento por insectos en 17 casos y reacciones adversas a medicamentos en 2 casos. En 23 casos, la causa sospechosa no estaba documentada o figuraba como desconocida.
Las anormalidades más comunes identificadas en la historia clínica y el examen físico fueron hinchazón facial (33); vómitos (29); letargo (24); prurito (19); eritema generalizado (19); hinchazón de la pata (15); y diarrea (8). La urticaria solo se documentó en 1 gato.
En cuanto a la terapia, en total, 44 gatos fueron tratados con difenhidramina sola (grupo AO), y 29 fueron tratados con difenhidramina más un glucocorticoide (AG). Se reportó una mejora en los signos clínicos en 68/73 gatos, 41/44 (93 %) en el grupo AO y 27/29 gatos en el grupo AG. Ningún gato de ninguno de los grupos progresó a la anafilaxia durante la visita. Igualmente, no hubo diferencia en la resolución de los signos clínicos entre los grupos.
Por otro lado, el contacto de seguimiento se hizo con éxito con 40/73 dueños de gatos. Los 40 gatos estaban vivos, pero ocho tenían signos persistentes. Tampoco hubo diferencia en el número de gatos con signos persistentes entre los grupos. Cinco gatos requirieron tratamiento adicional después de la visita de emergencia inicial.
Los autores concluyen que no hubo diferencia en los resultados medidos entre los gatos tratados con difenhidramina sola y los tratados con un glucocorticoide además de difenhidramina. “Se desconoce el tratamiento ideal para las reacciones alérgicas. Según los datos actualmente disponibles en la literatura humana y veterinaria, los glucocorticoides no están indicados para tratar las reacciones alérgicas agudas”, comentan.
Del mismo modo, “el papel de los antihistamínicos como parte de un plan de tratamiento de apoyo sintomático para acortar la duración de los signos no está claro en este momento y debe ser evaluado”, agregan.