La leishmaniosis canina es una enfermedad zoonótica con una patogenia compleja, lo que dificulta su manejo a los veterinarios clínicos. Marina Banda, veterinaria recién graduada por la Universidad Cardenal Herrera CEU de Valencia, ha llevado a cabo una revisión del diagnóstico y tratamiento de la leishmaniosis canina en la Comunidad Valenciana.
“La leishmaniosis canina es una enfermedad endémica que se está expandiendo. Es muy prevalente en zonas cálidas, como la costa del Mediterráneo, pero se está empezando a diagnosticar con más frecuencia en lugares donde antes no era endémica”, explica Banda. Con la ayuda de su profesora Esperanza Montaner, planteó el trabajo como una comparación de los protocolos que se siguen en las clínicas veterinarias y los que han establecido expertos como Koutinas, Solano-Gallego o Roura.
“Quisimos enfocarlo hacia los protocolos de actuación de las guidelines, pero no pensamos que las personas encuestadas fuesen a ajustarse tanto a ellos”, reconoce. Sin embargo, recuerda que el estudio “no llegó a una población amplia”, por lo que los resultados no son concluyentes.
Una práctica que se desvía de las recomendaciones es el uso de snap test para diagnosticar la leishmania sin combinarlo con una técnica cuantitativa, como la serología. El test rápido tiene una sensibilidad diagnóstica limitada y “es un método cualitativo, que no permite ver el título de anticuerpos del animal”. Marina señala que se suele emplear antes de la vacunación: “al no tener una fiabilidad del 100 % se puede obtener un resultado negativo y vacunar al perro, pero en realidad tiene los anticuerpos bajos y no lo detecta, o puede que todavía no haya seroconvertido”, e incluso puede dar falsos positivos. “Por esto se recomienda combinar el snap test con serología cuantitativa, que indique el número de título de anticuerpos que tiene el paciente”.
Métodos diagnósticos empleados para diagnosticar leishmaniasis canina en la población de estudio.
Un dato que llamó la atención es “el miedo al uso del antimoniato de meglumina. Es decir, al Glucantime®”. Se creía que este medicamento era nefrotóxico, pero “se ha descrito, y hay varios artículos científicos que afirman no solo que no lo es, sino que su uso es necesario si es la leishmaniasis la causante de la enfermedad renal”. Pese a esto, han percibido que no suele ser la primera opción de tratamiento, sobre todo en casos de enfermedades renales o de anemias graves.
Respuestas al primer tratamiento en un paciente con ausencia de síntomas, seropositivo bajo 1/80 en Leishmania y con un proteinograma no alterado.
La veterinaria considera que “se debería hacer un estudio similar con mayor profundidad”. Cree que este no debería limitarse a hacer una revisión de los protocolos de actuación, sino que “debería mentalizar del uso correcto de los tratamientos, ya que se están viendo resistencias a los fármacos, en especial al Alopurinol, un leishmaniostático”. Este estudio tiene un alcance limitado, y en su caso no pudo “relacionar las resistencias a los fármacos que se emplean para el tratamiento de leishmania con las recaídas que sufren algunos pacientes”.
IMPORTANTE PAPEL DE LA PREVENCIÓN
Aunque la incidencia en humanos es muchísimo menor que en animales, se trata de una enfermedad grave con impacto en la salud pública. Según la propia OMS, cada año se producen entre 700.000 y un millón de casos en personas.
Se ha demostrado que protegiendo a los perros frente a la leishmaniosis se protege también a las personas. Consciente de esta situación, LETI Pharma ofrece LetiFend®, vacuna que disminuye el riesgo de desarrollar leishmaniosis clínica. Además, es una vacuna DIVA (Differentiating Infected from Vaccinated Animals) que permite la discriminación entre animales vacunados e infectados.
LetiFend® también contribuye a reducir la transmisión de la enfermedad, ya que los animales vacunados tienen 3,5 veces menos presentar parásitos.
Por su parte, MSD Animal Health ofrece Scalibor®, el único collar para perros de actividad repelente frente al flebotomo con una eficacia de hasta el 98 % durante 12 meses. En los numerosos estudios de campo que han involucrado hasta más de 30.000 perros, Scalibor® ha demostrado una eficacia en la prevención de la leishmaniosis de entre el 94 % y el 98 %.