La deficiencia de cobalamina, o vitamina B12, es común en perros con enteropatías crónicas (EC), y se cree que está relacionada con una disminución en la absorción de cobalamina en el íleon debido a alteraciones en los receptores.
Las bacterias presentes en el microbioma intestinal requieren cobalamina para numerosos procesos enzimáticos, y algunas especies bacterianas dependen de la absorción de cobalamina del huésped para obtener este nutriente. La capacidad de las bacterias para adquirir cobalamina puede afectar la absorción de cobalamina por parte del huésped, y la suplementación oral con la vitamina puede favorecer el crecimiento de ciertas especies bacterianas en el intestino.
Sin embargo, los estudios en humanos y animales han arrojado resultados diversos en cuanto a cómo la suplementación con cobalamina afecta la diversidad del microbioma intestinal. Además, la forma de cobalamina utilizada en la suplementación y la vía de administración (oral o parenteral) pueden influir en los efectos sobre el microbioma.
La suplementación oral con cobalamina podría crear un entorno intestinal con mayor disponibilidad de cobalamina para las bacterias, lo que podría afectar la composición del microbioma. Por otro lado, la suplementación parenteral con cobalamina podría evitar la competencia bacteriana por la absorción de cobalamina en el intestino y potencialmente prevenir el enriquecimiento selectivo de bacterias dependientes de cobalamina.
Con el objetivo de caracterizar y comparar el microbioma intestinal en perros EC con deficiencia de cobalamina con aquellos que son normocobalaminemicos, un equipo internacional de científicos ha realizado un estudio.
También se propusieron describir los efectos de la suplementación con cobalamina sobre el microbioma y comparar los efectos de la suplementación con cobalamina oral versus parenteral sobre el microbioma intestinal en perros EC con deficiencia de cobalamina.
Para realizar el trabajo, se evaluó a 29 perros con enteropatía crónica y deficiencia de cobalamina, 18 perros con enteropatía y normocobalaminemia y 10 perros de control sanos. Los perros con deficiencia de cobalamina también se analizaron después de la administración de suplementos de cobalamina por vía oral o parenteral.
La composición general del microbioma al inicio del estudio fue significativamente diferente en los perros EC con deficiencia de cobalamina en comparación con aquellos con normocobalaminemia y con los controles sanos.
Las abundancias de Firmicutes y Actinobacteria aumentaron significativamente, mientras que las de Bacteroidetes y Fusobacteria disminuyeron de forma notable en perros EC con deficiencia de cobalamina en comparación con controles sanos.
La composición general del microbioma en las muestras de seguimiento se mantuvo significativamente diferente después de 3 meses en los perros que recibieron suplementos de cobalamina por vía parenteral u oral.
Debido a que la suplementación con cobalamina, en combinación con la terapia adecuada, no logró restaurar la composición del microbioma en los perros del estudio, “es poco probable que la cobalamina sea la causa de esos cambios en el microbioma, sino más bien un indicador de las diferencias en la fisiopatología subyacente que no influyen en la gravedad clínica, pero resultar en un agravamiento significativo de la disbiosis”, comentan los autores.
En resumen, “estos hallazgos plantean la necesidad de una mayor investigación sobre el papel del microbioma en la deficiencia de cobalamina asociada con la EC en perros”.
COBALAMINA ORAL O PARENTERAL
Para evaluar la eficacia de la suplementación oral o inyectable con cobalamina para normalizar las concentraciones séricas de cobalamina y ácido metilmalónico (MMA) en perros con hipocobalaminemia causada por enteropatía crónica (EC) o insuficiencia pancreática exocrina, un equipo de investigadores realizaba un estudio que recogía este medio.
Durante la investigación, se reclutaron cuarenta y seis perros con hipocobalaminemia. Se efectuó un ensayo clínico aleatorizado prospectivo. Los perros se dividieron en dos grupos (EC o IPE) y se aleatorizaron para recibir suplementos orales o inyectables de cobalamina. Cada perro tuvo tres visitas y se midieron las concentraciones séricas de cobalamina y MMA en cada visita.
En perros con EC, las concentraciones séricas de cobalamina aumentaron con la administración oral a 733 ng/L, o suplementos inyectables a 563 ng/L. En perros con IPE, las concentraciones séricas de cobalamina aumentaron con la administración oral a 919 ng/L) o inyectable a 390 ng/L. Las concentraciones séricas de MMA disminuyeron con la suplementación oral o inyectable en perros con EC.
Ante estos datos, los autores consideraron que “la suplementación oral o inyectable de cobalamina es eficaz para normalizar las concentraciones séricas de cobalamina en perros con hipocobalaminemia debido a EC o IPE, muchos de los cuales tenían deficiencia de cobalamina como lo demuestra un aumento de la concentración sérica de MMA”.
“La suplementación oral e inyectable de cobalamina provocó una disminución significativa de las concentraciones séricas de MMA en perros con EC. Sin embargo, en perros con IPE, solo aquellos suplementados con suplementos orales de cobalamina redujeron significativamente las concentraciones séricas de MMA”, concluyeron los autores.