La cobalamina es un cofactor intracelular requerido para mantener las funciones celulares en los mamíferos. La cobalamina que los perros obtienen de su dieta debe combinarse con el factor intrínseco (IF) antes de ser absorbida en el íleon como un complejo por receptores específicos. Debido a que el páncreas exocrino es la principal fuente de IF en perros, la insuficiencia pancreática exocrina (IPE) es una causa común de hipocobalaminemia en perros.
Otra causa común de hipocobalaminemia en perros es la enfermedad crónica del intestino delgado donde la mucosa ileal dañada da como resultado una expresión reducida del receptor de cobalamina con la consiguiente disminución de la absorción de cobalamina. Otras causas menos comunes incluyen trastornos congénitos del receptor de cobalamina y disbiosis del intestino delgado.
La hipocobalaminemia en perros puede manifestarse como letargo, inapetencia, vómitos, diarrea, pérdida de peso, anemia y falta de desarrollo en los cachorros. Es importante que los médicos evalúen el estado de cobalamina en perros con enteropatía crónica (EC) o IPE porque la hipocobalaminemia es un factor de pronóstico negativo en estas enfermedades.
Estudios recientes han demostrado una eficacia similar de la suplementación oral de cobalamina en comparación con la suplementación inyectable en perros, pero se han publicado pocos estudios prospectivos aleatorizados.
Para evaluar la eficacia de la suplementación oral o inyectable con cobalamina para normalizar las concentraciones séricas de cobalamina y ácido metilmalónico (MMA) en perros con hipocobalaminemia causada por enteropatía crónica (EC) o insuficiencia pancreática exocrina, un equipo de investigadores ha realizado un estudio recientemente publicado.
Para llevar a cabo la investigación, se reclutaron cuarenta y seis perros con hipocobalaminemia. Se efectuó un ensayo clínico aleatorizado prospectivo. Los perros se dividieron en dos grupos (EC o IPE) y se aleatorizaron para recibir suplementos orales o inyectables de cobalamina. Cada perro tuvo tres visitas y se midieron las concentraciones séricas de cobalamina y MMA en cada visita.
En perros con CE, las concentraciones séricas de cobalamina aumentaron con la administración oral a 733 ng/L, o suplementos inyectables a 563 ng/L. En perros con IPE, las concentraciones séricas de cobalamina aumentaron con la administración oral a 919 ng/L) o inyectable a 390 ng/L. Las concentraciones séricas de MMA disminuyeron con la suplementación oral o inyectable en perros con EC.
Ante estos datos, los autores consideran que “la suplementación oral o inyectable de cobalamina es eficaz para normalizar las concentraciones séricas de cobalamina en perros con hipocobalaminemia debido a EC o IPE, muchos de los cuales tenían deficiencia de cobalamina como lo demuestra un aumento de la concentración sérica de MMA”.
“La suplementación oral e inyectable de cobalamina provocó una disminución significativa de las concentraciones séricas de MMA en perros con EC. Sin embargo, en perros con IPE, solo aquellos suplementados con suplementos orales de cobalamina redujeron significativamente las concentraciones séricas de MMA”, concluyen los autores.