El paracetamol es uno de los fármacos más utilizados en medicina humana. Tiene un perfil farmacológico único que transmite potentes efectos analgésicos y antipiréticos con poca o ninguna actividad antiinflamatoria, este último lo distingue de los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
En humanos se recomienda como fármaco de primera línea en el tratamiento del dolor y la pirexia debido a sus escasos efectos secundarios gastrointestinales, renales y vasculares. También se utiliza en protocolos de analgesia multimodal debido a su efecto ahorrador de dosis cuando se usa en combinación con otros fármacos como antiinflamatorios no esteroideos y opioides.
Si bien, existen pocos estudios controlados e informes de casos sobre el uso de paracetamol en perros, y se requieren más trabajos para dilucidar sus posibles beneficios y efectos secundarios en esta especie. Como resultado, las percepciones actuales sobre el uso de paracetamol en perros se basan en gran medida en la información de estudios en humanos y en la experiencia individual de profesionales que lo hayan utilizado.
Por lo tanto, es probable que los veterinarios tengan opiniones diferentes sobre su uso en función de la experiencia individual. Históricamente, rara vez se abogó por el uso de paracetamol en perros. No obstante, su uso parece haber aumentado significativamente en los últimos años.
Para arrojar luz sobre esta incógnita, un grupo de investigadores ha realizado un trabajo con el objetivo de examinar la percepción actual y el uso de paracetamol en perros por parte de los veterinarios que trabajan en el Reino Unido.
Se invitó a los veterinarios a completar una encuesta online. Las preguntas abordaron el historial profesional, el uso previo y las percepciones personales del uso de paracetamol en perros.
Se incluyeron en la encuesta un total de 450 veterinarios, el 96 % de los cuales trabajaban solo en clínica de pequeños animales. De estos, 327 trabajaban en una clínica generalista. Gran parte de los veterinarios encuestados se habían titulado después de 2010 (n = 232).
SOLO 8 NUNCA HABÍAN PRESCRITO PARACETAMOL
La mayoría (n = 442) de los veterinarios entrevistados habían usado paracetamol en algún momento a lo largo de su trayectoria profesional. Muchos de ellos informaron una frecuencia de uso de 1 a 3 veces por semana (n = 197), siendo la dosificación oral la vía de administración más común (n = 440). Solo 8 nunca habían prescrito paracetamol. El paracetamol se usó más comúnmente para proporcionar analgesia (n = 431) que para el tratamiento de la pirexia (n = 292), y se usó predominantemente como una alternativa a los AINE (n = 408) o como parte de la analgesia multimodal (n = 406).
Asimismo, entre los veterinarios que usaban paracetamol en perros, 314 habían cambiado su frecuencia de uso en la última década. La gran mayoría de los encuestados (n = 309) confesaron que tenían más probabilidades de recetar paracetamol ahora que hace 10 años.
Tanto los efectos hepatotóxicos como los gastrointestinales fueron una preocupación común, aunque la mayoría percibió un bajo riesgo de dichos efectos secundarios y consideró que era probable que fueran leves si ocurrían (n = 279).
Solo el 5 % de los encuestados informó haber experimentado efectos secundarios, siendo los síntomas gastrointestinales y hepatotoxicidad los más comunes.
Además, los autores del estudio comentan que “la frecuencia de uso de paracetamol fue significativamente mayor entre los veterinarios que se habían titulado en el Reino Unido en comparación con los veterinarios que se habían titulado en el extranjero”.
En resumen, el paracetamol “es ampliamente utilizado por los veterinarios que trabajan en el Reino Unido”, explican. “La mayoría de los veterinarios ha cambiado su percepción sobre el uso de paracetamol en la última década y consideran que está asociado con menos efectos secundarios y con efectos analgésicos y antipiréticos más efectivos de lo que creían anteriormente”, agregan.
También apuntan que los estudios de posgrado “tuvieron una fuerte correlación positiva con la frecuencia de uso de paracetamol, lo que sugiere que los veterinarios con estudios adicionales pueden estar más familiarizados con el perfil farmacológico, terapéutico y de seguridad de este fármaco”.