"No ha quedado acreditado que fisioterapeutas puedan prestar cuidados propios de su disciplina a animales"

En 2018, la Asociación Empresarial Malagueña de Veterinarios (CEVE Málaga), que forma parte de Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE), presentó una querella por un presunto delito de intrusismo contra una fisioterapeuta de Coín (Málaga) por supuestamente ejercer tratamiento y diagnóstico sobre animales. CEVE Málaga denunció porque los empresarios sospechaban que el servicio de rehabilitación de animales de compañía “lo ofrecían sin el concurso del profesional adecuado”, explica Jesús A. Gutiérrez, presidente de CEVE Málaga y responsable del departamento de asuntos legales de CEVE.

Gutiérrez cuenta que, al principio, CEVE Málaga recibió una información de un asociado sobre un caso de "competencia desleal hacia los centros sanitarios veterinarios por parte de una fisioterapeuta que trata animales sin tener atribuciones para ello. Dado que se está realizando la actividad por un profesional sanitario que no tiene atribuciones para llevarla a cabo, se está ejerciendo una actividad que no se puede ejercer, entonces, ahí entra la competencia desleal". 

Se pusieron en contacto con su asesoría jurídica y ésta les recomendó que procedieran por la "vía del intrusismo. Es ahí donde viene la denuncia que ponemos hacia esa persona", explica Gutiérrez en declaraciones a Diario Veterinario, quien cuenta que enviaron un "detective con un perro para ver que efectivamente era cierta la información". 

Después de este paso, el caso fue hacia una fase de instrucción, "donde la jueza ve posibilidad de que, efectivamente, hay un caso de delito de intrusismo. Es decir, entiende ya desde la fase de instrucción, que, si esta persona sólo tiene una titulación de fisioterapeuta no tiene permitido ejercer esta práctica con los animales". 

Si bien, cuando se llega al juicio oral se produce una sentencia favorable a la fisioterapeuta, que luego es ratificada por la Audiencia Provincial de Málaga. 

RESPUESTA DE CEVE MÁLAGA

Desde CEVE Málaga hacen hincapié en que "lo que se ha juzgado es un caso individual, ni siquiera se ha juzgado el ejercicio de la fisioterapia en animales por parte de la fisioterapeuta". Gutiérrez recrimina que se han difundido a través de los medios de comunicación (sobre todo, de tipo sanitario y enfocado a humanos) informaciones "grandilocuentes y falsas, pues se ha juzgado solo el caso que se ha presentado, es decir, cómo ha sido la relación de esta persona con este animal concreto y en ese momento concreto".

Lo que dice la sentencia y luego ratifica la Audiencia Provincial de Málaga es que "no ha quedado acreditado que en este caso se hiciese un diagnóstico de ninguna enfermedad, lo cual invadiría las atribuciones de los veterinarios (para que haya delito de intrusismo, se tienen que usurpar competencias de una profesión, en este caso: el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades de los animales)", explica el presidente de CEVE Málaga. 

Además, aclara que la sentencia tampoco acredita que se hiciese un tratamiento del animal con los procedimientos habituales de la fisioterapia, "por lo que tampoco ha habido usurpación de funciones en este aspecto". 

"Ha quedado acreditado que corresponde a los diplomados universitarios en fisioterapia la prestación de los cuidados propios de su disciplina dirigidos a la recuperación y rehabilitación de personas, pero lo que no ha quedado acreditado es que los fisioterapeutas puedan prestar los cuidados propios de su disciplina a los animales, es decir, la sentencia no entra a valorar esto". Gutiérrez añade que "en ninguna de las instancias judiciales por las que ha pasado el caso se ha afirmado que los fisioterapeutas puedan ejercer las funciones de los veterinarios ni ha entrado a valorarlo". 

El presidente justifica que la denuncia de CEVE Málaga también tenía la intención de dilucidar si otros profesionales sanitarios, como los fisioterapeutas, podían trabajar atendiendo animales con su titulación, y así saber si podían contratar a estos profesionales o no en sus centros veterinarios, porque ellos quieren “ofrecer sus servicios con los profesionales legalmente habilitados para ello, por respeto hacia sus clientes y pacientes”. Desde la organización no contemplan la contratación de este tipo de personal, sin embargo, sigue siendo necesario que las autoridades clarifiquen "del todo" las competencias de cada profesional, para evitar estas confrontaciones.

Otra de las causas que se observa en este caso es el dolo (la voluntad de hacer algo a sabiendas de que está mal). "Para que exista una condena por intrusismo tiene que demostrarse dolo. No ha habido ocasión de entrar en este asunto, pues los tribunales han considerado que esta persona no estaba tratando ni diagnosticando al animal", relata Gutiérrez.

Para aprovechar las capacidades de cada profesional sanitario y evitar controversias, el presidente argumenta que debería haber más colaboración entre las ramas sanitarias y la veterinaria, sobre todo, en lo que tiene que ver con la "relación entre humanos y animales". "El animal vive en el entorno humano y es transmisor de enfermedades, por lo que esa colaboración indudablemente debe hacerse". Pero lo relativo al tratamiento y diagnóstico de los animales "queda reservado a la profesión veterinaria", concluye.