La caspa es una afección dermatológica del cabello que, como a muchas personas, también puede afectar a los gatos en algún momento de su vida, llegando a ser un verdadero inconveniente, ya que puede ser muy molesto o producir otras patologías asociadas.
Se trata de piel muerta que se desprende del cuero cabelludo y puede llegar a quedarse adherido al pelaje del animal. No es una enfermedad como tal, sino que es un síntoma que puede producirse por varios factores.
Aunque la renovación de la piel del cuero cabelludo es algo que se produce de forma natural, el exceso de caspa, o los problemas asociados a la aparición de ésta, pueden ser síntomas de una afección mayor y es necesario buscar ayuda profesional.
La doctora Lori Teller, profesora clínica asociada de la Facultad Veterinaria de Texas, ha divulgado las diferentes causas de este problema y distintas maneras de tratar la caspa en los felinos.
Teller explica que las causas de la caspa en gatos son muy variadas y pueden ir desde motivos muy simples como la obesidad, las alergias o la acumulación de capa interna, hasta razones más graves como pulgas, infecciones de piel o cánceres como el linfoma cutáneo.
Es posible que la caspa también se origine “debido a ácaros u otros parásitos externos, como bacterias, hongos, pero también pueden ser determinantes causas como la desnutrición o enfermedades como la renal o la diabetes”. La doctora aclara que cada animal es diferente y las causas pueden variar mucho de unos a otros.
“Si un propietario nota la caspa, es necesario revisar al gato en el veterinario para descartar un problema subyacente, especialmente si el felino tiene otros problemas concurrentes”, comenta. También insiste en que, si se notan pérdidas de cabello, vómitos, falta de apetito, usos diferente de la caja de arena, es decir, “si se observan comportamientos diferentes, o poco habituales en el animal, lo más recomendable es acudir al veterinario”.
“El tratamiento para la caspa felina dependerá de la causa”, matiza Teller. Las infecciones se pueden tratar con antibióticos o antifúngicos, y los parásitos con productos antiparasitarios. “Ciertamente cualquier enfermedad sistémica subyacente debe ser tratada. Si la obesidad o la artritis son parte del problema, se puede recomendar la pérdida de peso o el control del dolor”. En caso de que en la visita al veterinario no se determinen dolores subyacentes, recomienda cepillar al animal diariamente para eliminar la caspa existente, y si tiene el pelo largo es posible que se necesite repetir el cepillado varias veces al día.
La doctora también aconseja consultar con el veterinario sobre cuáles son las prácticas más adecuadas para cada mascota concretamente, e informa que si los dueños son alérgicos a los animales también deben comentarlo con el profesional veterinario, ya que la caspa puede incrementar esta alergia.
"Si la caspa es más que unas pocas escamas, si el gato nota picores o no actúa con normalidad, o si alguien más en la familia (humano o animal) desarrolla lesiones en la piel, vale la pena visitar al veterinario", sostiene Teller.
A pesar de que la caspa en los felinos puede llegar a ser muy común, una vez consultado con el veterinario y habiendo descartado problemas mayores, la caspa es una afección menor.