La esterilización, que implica la extirpación quirúrgica de los ovarios y, a menudo, del útero, es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes que se llevan a cabo en la veterinaria. Históricamente, la esterilización se utilizaba como una medida de control de la población, evitando el nacimiento de cachorros no planificados o no deseados y, por lo tanto, ayudando a reducir la cantidad de perros callejeros. Esta práctica todavía se practica en muchas partes del mundo en la actualidad. Los beneficios adicionales propuestos también incluían la prevención del desarrollo de enfermedades relacionadas con el tracto reproductivo, como la piómetra y los cánceres mamarios.
En condiciones fisiológicas, el estrógeno estimula el crecimiento del tejido mamario y su efecto proliferativo sobre el epitelio puede contribuir al desarrollo de tumores mamarios, mientras que las progestinas estimulan un desarrollo lobuloalveolar con hiperplasia de las células mioepiteliales y secretoras. Esto ocurre durante cada ciclo estral y, posteriormente, hace que una perra sea más susceptible a la carcinogénesis, ya que su exposición acumulada al estrógeno y la progesterona aumenta a lo largo de su vida. Dado que el riesgo de desarrollo de cáncer mamario está influenciado por la exposición acumulada al estrógeno, los factores que la reducen probablemente ayudarían a limitar el desarrollo de tumores mamarios. Como tal, la esterilización prepuberal, en comparación con la esterilización intacta o tardía, reducirá la exposición de los tejidos mamarios al estrógeno al reducir el estrógeno producido y la cantidad de tejido mamario expuesto, lo que potencialmente reducirá el desarrollo del cáncer.
Los estudios sobre la edad óptima a la que se debe realizar la esterilización han arrojado resultados contradictorios. Históricamente, la edad a la que se realizaba la esterilización en muchos países era entre los primeros meses de vida, usualmente antes del año. El primer estudio importante que recomendaba la esterilización prepuberal como cirugía preventiva contra el desarrollo de cáncer mamario se publicó en 1969. Esto dio lugar a un cambio de pensamiento hacia la esterilización a una edad más temprana. Hoy en día, la castración prepuberal es una práctica común en muchos refugios de animales y clínicas veterinarias privadas.
Se han identificado varios factores de riesgo para los tumores mamarios caninos y es probable que una combinación de factores externos y la susceptibilidad del huésped desempeñen un papel importante en el desarrollo de la enfermedad. Los factores de riesgo más importantes notificados son la edad, la raza, la predisposición genética, las hormonas y la dieta.
Una revisión sistemática publicada hace 11 años examinó la asociación propuesta entre la edad de esterilización y un efecto protector contra el desarrollo de cáncer mamario, que encontró que debido al riesgo de sesgo y la evidencia limitada revisada por pares, la relación entre la edad de esterilización y el desarrollo de tumores mamarios se consideró débil. Comparar los resultados de varios estudios que examinaron la edad de esterilización y el desarrollo de tumores mamarios ha resultado difícil debido a diferencias significativas en la metodología, las poblaciones de estudio y las variables de confusión. Se han publicado varios estudios más desde entonces, lo que justifica una mayor investigación sobre el conjunto de evidencia existente.
En una revisión realizada por veterinarios australianos, se revisó la evidencia sobre el momento de la castración y el desarrollo de tumores mamarios en perros, y si la edad de la castración es una herramienta útil para reducir la incidencia de esta enfermedad. La búsqueda inicial arrojó 232 artículos de las tres bases de datos. Después de eliminar los duplicados y realizar la selección, quedaron 13 para analizar. Los artículos incluyeron evidencia del impacto de la edad de esterilización en el desarrollo de tumores mamarios en una variedad de razas de perros y en diferentes ubicaciones geográficas/períodos de tiempo.
Sobre la evidencia de la esterilización temprana, siete de los trece artículos analizados en la revisión aportaron pruebas que apoyaban el efecto protector de la esterilización temprana contra el desarrollo de neoplasias mamarias. No obstante, comentaron que estos estudios no fueron consistentes en cuanto a si agrupaban la esterilización por edad o por número de ciclos estrales experimentados por la perra. En consecuencia, “fue difícil distinguir entre la esterilización temprana (esterilización realizada después de que la perra haya experimentado un ciclo estral) y la esterilización prepuberal (esterilización realizada antes de que se haya producido cualquier ciclo estral)”.
En el otro extremo, seis de los trece artículos no encontraron evidencia que sustente un efecto protector de la esterilización temprana para la prevención del desarrollo de neoplasias mamarias. Estos estudios, indican, descubrieron que, si bien el desarrollo de neoplasias mamarias no se vio afectado en gran medida por la esterilización temprana, “la incidencia de otras enfermedades aumentó”. Por ejemplo, un estudio descubrió que la incidencia de desgarro y rotura del ligamento cruzado craneal aumentó en perras Golden Retriever y Labrador Retriever esterilizadas en comparación con perras intactas de la misma raza.
Por otro lado, se han identificado y analizado previamente varios factores de riesgo de confusión que se cree que contribuyen al desarrollo de tumores mamarios en perros. Sin embargo, “toda la literatura incluida no logró controlar al menos uno o más de estos factores, por lo que es difícil sacar conclusiones significativas”, lamentaron. Entre ellos, la revisión exploró la edad, la raza y la predisposición genética, o la dieta, entre otros. Por ejemplo, sobre la raza, indican que los perros de raza pura estaban significativamente sobrerrepresentados entre los casos de tumores mamarios caninos. En este sentido, “se ha informado que razas como caniches, cocker spaniels, pastores alemanes, yorkshire terriers y teckels tienen un mayor riesgo de desarrollo de tumores mamarios”.
Así, a modo de conclusión, proponen que, aunque existen pruebas de que la esterilización temprana podría tener un efecto considerable en la reducción del desarrollo de tumores mamarios, “la solidez de las pruebas que lo respaldan es inconsistente”. Varios estudios carecen de un análisis estadístico adecuado, control de sesgos y factores de riesgo de confusión. Estudios adicionales específicos de cada raza con controles emparejados sobre los principales factores de riesgo “ayudarían a abordar estas lagunas de investigación y evaluar los riesgos y beneficios de la esterilización prepúber frente a la tardía, y si algunas razas pueden beneficiarse de la cirugía”. Si bien la prevención de tumores mamarios es probablemente un beneficio de la esterilización temprana, “esto debe equilibrarse con otras consideraciones sobre la edad óptima para esterilizar a las perras”.