La gonadectomía, o más generalmente denominada “esterilización”, se ha convertido en una herramienta común para controlar la reproducción y eliminar el riesgo de enfermedades reproductivas en perros, como cáncer de glándula mamaria, piómetra e hiperplasia/infección de próstata, tumores testiculares. Además, la castración de perros se promueve para el control de la población y la modificación del comportamiento. Por otro lado, numerosas publicaciones recientes han demostrado que la gonadectomía aumenta el riesgo de enfermedades degenerativas musculoesqueléticas (p. ej., displasia de cadera, ruptura del ligamento cruzado craneal), obesidad y enfermedades asociadas, varias formas de cáncer, algunas enfermedades inmunomediadas, incontinencia urinaria y síndrome de disfunción cognitiva.
Todas estas enfermedades asociadas con la gonadectomía pueden requerir atención y tratamiento continuos, monitoreo intermitente y protección. La carga del cuidador se define como el impacto en la salud emocional, la salud física, la vida social y la situación financiera del dueño de la mascota como resultado de adoptar el papel de cuidador, lo que se ha investigado recientemente en dueños de mascotas que cuidan a mascotas con enfermedades crónicas. El estrés del cuidador puede provocar agotamiento, enfermedades corporales agudas y crónicas, depresión, aislamiento social y preocupaciones financieras, según estudios sobre dueños de animales de compañía con enfermedades crónicas.
La necesidad de la gonadectomía en perros sigue siendo controvertida. Esta controversia surge principalmente del hecho de que la gonadectomía confiere una combinación de beneficios y efectos adversos que varían según la edad en el momento de la esterilización, el sexo y la raza. En este sentido, la compañía mundial de salud animal Virbac se ha asociado con la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) para apoyar a su recién creado Comité de Control de la Reproducción. El Comité está trabajando para garantizar que los veterinarios de todo el mundo tengan acceso a los últimos recursos y conocimientos en el área de rápida evolución del control de la reproducción.
La información a este respecto resulta, pues, imprescindible, dado que las complicaciones de la esterilización a largo plazo pueden afectar no solo al bienestar del perro sino también a la calidad de vida del propietario. Por lo tanto, los posibles riesgos para la salud a largo plazo relacionados con la gonadectomía de rutina pueden ya no ser aceptables para todos los propietarios de mascotas.
Una revisión reciente ha querido consolidar y presentar información de forma clara y concisa, centrándose en los posibles riesgos de la gonadectomía, además de identificar las posibles complicaciones a largo plazo posteriores a la castración que enfrentan los propietarios de perros.
La primera complicación es la obesidad. Los estudios epidemiológicos han demostrado que los perros castrados de ambos sexos tienen más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad que los perros intactos. La gonadectomía contribuye a la obesidad a través de dos vías principales: aumento del apetito y una tasa metabólica reducida. Según los autores, los componentes más importantes y críticos para reducir el riesgo de sobrepeso después de la castración incluyen controlar el peso corporal de la mascota, hacer los ajustes necesarios en la cantidad y el tipo de alimento que se le da y la rutina de ejercicios. Los mayores desafíos con un programa de pérdida de peso son evitar la sobrealimentación y reducir gradualmente la ingesta de alimentos.
En este sentido, apuntan que se ha demostrado que la obesidad en las mascotas afecta la calidad de vida tanto de los humanos como de las mascotas. “Es responsabilidad del veterinario analizar los riesgos de la obesidad con los dueños antes de la esterilización y prescribir planes individuales de mantenimiento del peso después de la esterilización”, indican.
Las hormonas sexuales desempeñan un papel importante en la regulación del alargamiento de los huesos. En los perros que se han sometido a una gonadectomía prepuberal (antes de los 6 meses de edad), “el cierre de la placa de crecimiento se retrasa”.
Muchos estudios han informado que los perros castrados tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar trastornos ortopédicos que los perros intactos. Los problemas ortopédicos más comunes son la rotura del ligamento cruzado craneal, la displasia de cadera, la displasia de codo y la osteoartritis. La relación entre la castración y la osteoartritis se complica aún más por el hecho de que los perros castrados tienen más probabilidades de ser obesos.
Cuidar a perros que padecen enfermedades ortopédicas puede ser una tarea física y emocionalmente exigente para sus cuidadores. Los impactos negativos multifacéticos de tener un perro osteoartrítico incluyen, comentan: el estrés de las visitas veterinarias; sentir que han decepcionado a su perro al no encontrar tratamientos efectivos; desafíos para lograr que el perro tome medicamentos; y mantener al perro en un peso y una puntuación de condición corporal razonables mientras está en un régimen de ejercicio restringido. Como resultado de las condiciones ortopédicas de sus mascotas, “muchos dueños de perros han experimentado desafíos indeseables como dificultades financieras debido a los costes del tratamiento; dejar sus trabajos para cuidar a sus perros; cambiar los horarios de trabajo, la distribución de las habitaciones, los vehículos y los muebles; dolor de espalda por cargar o ayudar a perros grandes a subir y bajar escaleras o ayudarlos a entrar y salir del automóvil”.
La neoplasia, una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en las mascotas, es una de las principales causas de preocupación entre los dueños de mascotas. Se han establecido asociaciones entre el desarrollo de algunos tipos de neoplasias y el estado de castración.
Así, comentan que “la gonadectomía tiene el potencial de disminuir la incidencia de ciertos tipos de neoplasias como tumores mamarios, tumores ováricos, neoplasias uterinas, tumores vaginales y vulvares”. Por otro lado, la gonadectomía “puede estar asociada con un mayor riesgo de desarrollo de ciertas neoplasias como cáncer de próstata canino, linfoma, tumores de mastocitos, hemangiosarcoma y osteosarcoma”.
Los dueños de mascotas están particularmente preocupados por el cáncer, ya que es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en las mascotas. “El cáncer es una enfermedad con carga emocional, y mantener a un animal de compañía con cáncer puede ser angustiante para el dueño”.
Respecto al comportamiento, aunque generalmente se piensa que la castración reduce la incidencia de varios tipos de agresión, hay alguna evidencia de que puede aumentar algunas conductas agresivas. Indican que varios estudios de perros derivados para el tratamiento de problemas de conducta han identificado una mayor proporción de hembras esterilizadas que de hembras intactas entre los animales que exhiben agresión.
“Los problemas de conducta son una causa frecuente de ruptura del vínculo entre humanos y animales, poniendo en peligro su bienestar mutuo y pudiendo dar lugar al abandono de las mascotas y a la eutanasia”.
Por otro lado, la suciedad prolongada de la casa debido a la incontinencia urinaria puede ser exasperante y generar tensión en el vínculo entre el propietario y la mascota, además de requerir la inversión de tiempo y dinero en limpiar, reparar y, a veces, incluso reemplazar las pertenencias sucias. En este sentido, la revisión expone que “aproximadamente el 75 % de las perras se vuelven incontinentes dentro de los 3 años posteriores a la gonadectomía”.
Por todo ello, concluyen que “los veterinarios deben tener en cuenta la posibilidad de que el cuidador sufra una carga que afecte las relaciones familiares, la vida social, las actividades diarias, el trabajo, las finanzas y el tiempo libre”. También “deben hablar con sus clientes sobre las posibles complicaciones a largo plazo asociadas con la esterilización y las cargas que pueden enfrentar los propietarios”.
Las nuevas pautas de control de la reproducción publicadas por la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales informan a los veterinarios, entre otras cosas, sobre las opciones que ahora tienen a su disposición, que van desde la extracción tradicional de gónadas hasta técnicas emergentes de castración no quirúrgica.
Las pautas mencionan, por ejemplo, los implantes liberadores de deslorelina comercializados por Virbac, que suprimen temporalmente la fertilidad, y los califica como "un enfoque viable e interesante".
Consideran que es una alternativa especialmente interesante existe un perro con algún problema de comportamiento. Se puede colocar el implante y ver la evolución de la conducta, para posteriormente decidir si realizar una esterilización quirúrgica definitiva.