El hipertiroidismo felino es la enfermedad endocrina más común entre los gatos en todo el mundo; sin embargo, la prevalencia de esta enfermedad parece variar significativamente según la región geográfica. Este trastorno multisistémico, causado por niveles excesivos de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), tiene una etiología poco clara.
Los hallazgos patológicos tiroideos vinculados al hipertiroidismo están bien documentados, siendo la hiperplasia adenomatosa tiroidea funcional que afecta a uno o ambos lóbulos tiroideos la anomalía más común. Varios factores contribuyen al desarrollo y la gravedad de esta enfermedad, incluyendo la genética, la ingesta dietética de yodo y selenio, la edad y el estilo de vida. Además, estos factores pueden influir en la aparición de la enfermedad y su distribución, lo que puede explicar las diferencias en la prevalencia observadas en los estudios realizados hasta la fecha.
La conciencia sobre el hipertiroidismo felino entre los propietarios y los veterinarios ha aumentado significativamente. Como resultado, la medición de la concentración sérica de tiroxina total (TT4) se ha convertido en una parte rutinaria de los perfiles bioquímicos séricos felinos geriátricos, lo que conduce a un diagnóstico más temprano de los gatos con hipertiroidismo. El rango de edad de los gatos diagnosticados con esta afección es de entre 4 y 22 años, con una edad media de 13 años. Aunque el hipertiroidismo es poco frecuente en gatos menores de 4 años, se han notificado algunos casos.
El objetivo de un estudio realizado por Andrea Pérez Domínguez, Raquel Santiago Tostado, Luis Feo Bernabé, Anabel Priego Corredor y Jordi Puig Prat, del Hospital Veterinario AniCura Ars, fue investigar la prevalencia del hipertiroidismo en España, incluida su distribución geográfica y prevalencia en diferentes grupos de edad.
Se realizó un estudio transversal en el cual se evaluaron muestras enviadas a un laboratorio de referencia para evaluar la concentración sérica de tiroxina total (TT4) durante un período de 3 años, con un total de 27.888 animales analizados. Un gato se consideró hipertiroideo si la concentración de TT4 era mayor de 60,4 nmol/l (4,7 μg/dl).
Los gatos hipertiroideos se clasificaron según su concentración de TT4 al momento del diagnóstico como levemente (TT4 60,4–124,8 nmol/l [4,7–9,7 μg/dl]), moderadamente (TT4 124,8–249,68 nmol/l [9,7–19,4 μg/dl]) o severamente (TT4 >249,6 nmol/l [>19,4 μg/dl]). Las muestras también se agruparon por etapa de la vida, en adultos jóvenes (1-6 años), adultos maduros (7-10 años) y personas mayores (>10 años). El estudio incluyó muestras de 17 regiones de España y el mapeo geográfico se basó en siete dominios.
Un total de mil setecientos veintidós de los 27.888 gatos (6,2 %) fueron clasificados como hipertiroideos. Dentro del grupo de hipertiroideos, las edades oscilaron entre 2 y 25 años, con una mediana de 14 años. Dentro de la población hipertiroidea, 14/368 (3,8 %), 27/368 (7,3 %) y 327/368 (88,8 %) eran adultos jóvenes, adultos maduros y ancianos, respectivamente.
La prevalencia de hipertiroidismo en la muestra de laboratorio en España fue del 2,7 al 6,9 %, dependiendo de la región geográfica. Durante el período de estudio, el 8,2 % de los casos que inicialmente no eran hipertiroideos fueron diagnosticados posteriormente con hipertiroidismo.
En resumen, ante tales hallazgos, los autores han comentado que la prevalencia del hipertiroidismo en España es del 6,2 % en general y del 7,9 % en gatos mayores de 10 años. La distribución de la enfermedad “es heterogénea entre las diferentes regiones geográficas”. Este estudio es “el mayor estudio de prevalencia realizado en España sobre hipertiroidismo felino”, pero consideran que “se requieren más estudios prospectivos a gran escala para determinar los factores de riesgo en cada región y comprender las razones de esta variación”.